Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Aquel muchacho que fuiste lo serás siempre y bastará con que una persona sea algo detallista para que sepa reconocerte de inmediato en el deje de tu mirada aunque haya pasado cincuenta años sin saber de ti.
¡Ay, muchacho que ahora sales al mundo, yo te deseo que tus padres no sean unos hijos de puta! Te deseo que quienes han de reprimirte lo hagan con toda la dulzura posible y sepan que en ti anida la mirada que ellos te impondrán.
¡Querido mío, indefenso cuando asoma tu cabeza por el coño de tu madre, yo te deseo que esa mujer sepa acunarte y que cuando te asolen las desgracias te quiera y que cuando se produzcan las victorias te quiera y cuando se den esas largas temporadas nada se encuentre a tu lado, serena su mirada, con su mano sobre la tuya!
Porque siempre serás el niño que te hagan. Porque en tu corazón anidarán los miedos que, como improntas, te fijaron en el alma. Y también las fortalezas se mantendrán y te harán sano.
No suelen los padres ser buenas personas porque tampoco sus padres lo fueron y así tú te convertirás, sin poder evitarlo, en un mal hijo y cuando seas padre también harás  daño a los tuyos. Esa es la rueda perversa de la vida. Esa es la verdadera herencia.
Es cierto que a veces, muy pocas, se producen mutaciones y tras la represión en los días de la alta infancia cuando estamos sometidos a los inconscientes de nuestros padres y sufrimos sus castigos con un horror inexpresable y esperamos sus caricias como el maná los judíos en su travesía por el desierto; en esos tiempos en los que se conforman nuestros miedos, tan intensos, que los negamos; hay veces, te escribía querido muchacho, que el resultado no es otro ser humano miserable más sino que aparece un hombre admirable, una mente sana que supo convertir su dolor en conocimiento y su conocimiento en bien. A veces pasa, sí a veces pasa.
Pero como ésa es la excepción tan sólo te pido, muchacho mío, que te mantengas alerta y cuando tengas entre tus brazos a tu hija recién nacida seas consciente de que tu única misión, la única realmente vital, es que le hagas el menor daño posible.
Quizás así, un día, el mundo no amanecerá en llamas, la injusticia no campará a su anchas y la violencia sea tan sólo un rescoldo de la Historia de la Humanidad, casi cenizas, humo que desaparece, ignorancia incluso...
 

Ensayo poético

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/07/2025 a las 19:21 | Comentarios {0}



No desfallecer. Ir al vacío. Ahí está la respuesta. Mirar los libros. No abrirlos. Contemplar. Sabes. Quedarse dentro del agujero. Reivindicarse la existencia, las horas pasadas a solas con los libros. Haber navegado por ellos como la tarde navega por el paisaje enfermizo de un jardín en el convento de las monjas. Haber sido monja. Haber cruzado el Danubio en el siglo XIII. Visitar a Magherite Porete. Haber llorado como Julian Sorel. Esos lugares. Los cosmos. Las ideas sobre ese espacio inmenso y hueco, Una pelota en una cueva. Un cordón como serpiente. La suerte de haber llegado el primero. Haberse quedado solo. Prepararse para la buena muerte. No la que te mata sino la que te muere. No desfallecer. Ni ante el sarcasmo del buen amigo. No hay autoridad que te sorprenda. Sabes que los poemas de Catulo no son su biografía. Eso lo sabes. Lo aprecias en lo que vale. En esa labor has de seguir. Hasta el último aliento. Por el puro placer. Mañana -si no esta misma noche- volverás a Foucault o a Graves. La noche. Sí, la noche. Eso has de seguir haciendo. Mover los dedos. Hacer digitaciones. Vigilar la espuma de la orina. Manejar con destreza la excitación que te ha producido esta tarde el recuerdo de un culo amado. Limpiarse. Mirarse. Cortarse las uñas de los pies. Ir erguido por el valle. No desviar la mirada. Eso has de hacer. También mañana. Aún con el sol. Por mucho que sea verano. 
 

Ensayo poético

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 01/07/2025 a las 21:39 | Comentarios {0}



Estaba la esquina. El tránsito. Sólo consistía en torcer y encarar una calle nueva. Estaba la tarde que se iba haciendo vieja. También había una bandada de estorninos y un plumín de acero en el suelo. Lo miraba todo y no miraba nada. Tampoco le parecía una gran decisión torcer la esquina y encarar la calle. Era como la venas que no duelen.

Habían pasado muchos años y las secuelas seguían ahí, dando por culo. El tránsito se había hecho. La madurez se había consumado. Los textos lo decían. Las lecturas se apilaban. Seguía disfrutando con una cerveza fría y con el olor que el calor deja al anochecer en una ciudad llena de asfalto en lo alto de una meseta que no llega a ser altiplano.

La mirada se iría encorvando. La meditación no se haría mecánica. Le asaltarían cada vez pensamientos inesperados y debería desecharlos como se ha de hacer también cuando cualquier tipo de amor se ha consumido. Juntaría las manos. Sentiría un ligero escalofrío en el lado izquierdo del rostro y la emoción del tiempo quedaría marcada en su piel.

Ya no se volvería loco. Llamaría a alguien para decirle una verdad amable, de esas verdades que surgen cuando pasa el tiempo y parece éste un analgésico que mitiga tantos dolores que permite decir esa verdad, Te he echado de menos, ¡Qué tontería fue! Ya ni me acuerdo.

Al fin quedará el silencio. Una lluvia a destiempo. Un abrazo largo. La mirada que se fijó en un estante. Los huesos fuertes. La miel por la garganta. Unos labios que le recordaron a otros labios. La figura que se aleja. La reverberación del aire. El tiempo de la canícula cuando el calor vuelve locos a los perros y éstos aúllan tanto que hay que acudir a los cementerios para que se callen.

No hay más. La noción quizá. Esa espera que se alarga y es mansa. No, no hay más. No quiere ocultarlo. No va a ocultarlo. Aprendió que los dolores hay que sacarlos y luchar con ellos a brazo partido para alcanzarlos y abrazarlos y condolerse porque duelan tanto. No hay más. Una sustancia. Una queja. Una mano. O una pisada en los guijarros.
 

Ensayo poético

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 26/06/2025 a las 18:50 | Comentarios {0}


Me declaro libertino (en el sentido que a esta palabra se le daba en el siglo XVIII, es decir, en moderna terminología: librepensador). La reflexiones que voy a ir plasmando a lo largo de las próximas semanas tienen un carácter provisorio y se acogen a una de las características de uno de los métodos científicos: estas reflexiones son falsables. Incluso yo mismo, a lo largo de este periodo que hoy se inicia, podré mostrar la falsabilidad de algunas de ellas.
Estas reflexiones no pertenecen a ningún heterónimo. De cada una de las palabras que escriba en este libro el único responsable soy yo: Fernando García-Loygorri Gazapo. Por supuesto que cuando utilice citas facilitaré el nombre del autor y el título del libro o fuente de donde las haya sacado.


La hora exquisita. Gilbert Garcin
La hora exquisita. Gilbert Garcin

173.- Dios no existe.

174.- El terror de las mujeres a la oscuridad existe. El terror de los hombres a la oscuridad existe. El terror de los niños a la noche existe. El terror de muchas niñas a su primera sangre existe.

175.- No hay vírgenes que gesten. No hace falta ni dioses ni vírgenes para vivir con nuestro terror a morir.

176.- Tan sólo a la muerte podríamos compararla con la idea de diosa.

177.- Dios es un aborto de las ideas humanas.

178.- El gran horror de la humanidad es la idea de Idea.

179.- Como heroína de la idea de dioses surge la Autoconciencia. Tan sólo por ella -especie de malformación de Prometeo- surge la noción de un ser que rige desde la indiferencia los destinos de todos los universos posibles

180.- La más leve partícula de dolor rasga el sentido de la creación de arriba abajo. (Georg Büchner)

181.- ¿Te imaginas lo que sería un vacío sin Dios? Es como si Inglaterra jugara contra Brasil en el estadio de Wembley sin un solo espectador presente. ¿Te imaginas? Jugando ante un estadio totalmente vacío. El match del siglo. Silencio absoluto. Ni un alma mirando. Absoluto silencio. Aparte del silbato del árbitro y una buena dosis de joder y simular. Si te apartas de Dios, quiere decir que el grande y noble juego llamado fútbol caerá en un desuso permanente... (Harold Pinter. Ashes to ashes).

182.- Porque dios no existe acepto la realidad. Porque la diosa no existe acepto la realidad. Porque los héroes no existen... porque no existen...
 

Ensayo poético

Tags : Reflexiones para antes de morir Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 10/06/2025 a las 17:29 | Comentarios {0}



Me entrego. Porque existe lo mudable. Porque carezco de ausencias. Las noches fueron largas desde entonces. Caí en una fosa que tenía algo de materia y mucho de vacío. Me aterraba mi alma. Me aterraba la salvación. Quería ir a las simas. Quería despertarme muerto. Ahora sé que el día ha vuelto y que la única manera de respeto es renunciar a ti. Porque ya no eres ni pez pequeño ni agüita salada ni naricita de azúcar. Ya no te sé. Anduvimos juntos un trecho. Yo te llevaba de la mano tan sólo porque tenía más años y temía que te hicieras daño. Me gustó contarte cuentos. Me gustó inventar personajes para ti. Me gustó escucharte. Me gustó cantarte aquella vez que tuviste tanta fiebre y mi canto logró que entraras en el sueño como si éste fuera paraíso y silencio.
Me entrego. Hoy no es hace veinte años y nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Quiero contarte un último secreto: antes de entregarme tuve un acceso de ira; fue ayer, cuatro de junio; luché contra esta renuncia, clamé al cielo por lo injusto hasta que un ángel me atizó en el lomo y me dijo con voz tronante mitad caballo mitad mujer, ¡Vamos, levanta! ¡Mueve el culo hacia otra parte! No es cuestión de olvido, es respeto por ti mismo. ¡Calla ya! No más lamentos. ¿No ves, pedazo de animal, que el cielo está cambiando y hay en el firmamento unos cuantos millones de estrellas que desconoces? ¿A qué fijarte en un agujero negro? Aparta la vista de la crueldad y siente en tu rostro los primeros rayos del sol en un planeta nuevo.
Adiós. Hace sol. Juntaré los pedazos de mi corazón. Adiós. Adiós.
 

Ensayo poético

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/06/2025 a las 19:19 | Comentarios {0}


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