Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Me declaro libertino (en el sentido que a esta palabra se le daba en el siglo XVIII, es decir, en moderna terminología: librepensador). La reflexiones que voy a ir plasmando a lo largo de las próximas semanas tienen un carácter provisorio y se acogen a una de las características de uno de los métodos científicos: estas reflexiones son falsables. Incluso yo mismo, a lo largo de este periodo que hoy se inicia, podré mostrar la falsabilidad de algunas de ellas.
Estas reflexiones no pertenecen a ningún heterónimo. De cada una de las palabras que escriba en este libro el único responsable soy yo: Fernando García-Loygorri Gazapo. Por supuesto que cuando utilice citas facilitaré el nombre del autor y el título del libro o fuente de donde las haya sacado.



183.- Hay días en los que me veo tentado a entrar al trapo de los enfrentamientos. Sólo me siento tranquilo conmigo mismo cuando consigo olvidar el supuesto agravio, la supuesta ofensa.

184.- No todas las opiniones son respetables lo que no quiere decir que no se puedan tener. No, que quede claro: no todas las opiniones son respetables y menos aún ese igual de que a veces se le añade.

185.- Asignatura obligatoria en las escuelas de primaria debería ser El arte del diálogo.

186.- Toda opinión que ataque o persiga derogar cualquiera de los derechos contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea de las Naciones Unidas en su resolución 217 A (III) de 10 de Diciembre de 1948, no merece respeto alguno y ha de ser cuestionada mediante la justicia y la razón.

187.- Desertar no significa abandonar.

188.- Yo, que tantas veces he desertado. Yo, que tengo desde muy chico la sensación de no haber tenido nunca patria y muy joven leí aquellos versos de Nietzsche: Infeliz aquél que de patria carece.

189.- Hay ya momentos en los que siento con absoluta claridad que la muerte anda cerca y al percibir su cercanía tengo la misma reacción física que experimento cuando me asomo al abismo desde lo alto de un acantilado y luchan en mí el deseo de lanzarme y volar por última vez y el terror de tropezar y caer y morir.

190.- Algo que sí intuyo que ocurre con el paso de los años (si los años han posado, si has vivido esos años, si los has madurado, incluso si los has perdonado) es que, desde la madurez que ya entra en la vejez, se es consciente de la manipulación grosera con la que el poder dirige los miedos de las masas.

191.- Divide y vencerás (divide et impera).

192.- ¡Cuántas viejas novedades nos asolan!


 

Ensayo

Tags : Reflexiones para antes de morir Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/07/2025 a las 13:05 | Comentarios {0}


Pequeño apólogo moral



Ese manto oscuro. Lo que tapa. Ese asco que destilan los defensores de cualquier ideología. Los terribles guardianes de cualquier moral. ¡Qué detestables son los moralistas! (¿debería incluir los treinta y dos tipos de identidad de género que dicen que existen en la actualidad? No, soy de los que saben que el género gramatical no es sexual).
Los moralistas son aquellos que quieren hacer de su particular uso de la costumbre -no otra cosa es la moral- la norma común para todos. Los moralistas de cualquier moral son totalitarios, son, por decirlo en román paladino, fascistas de las costumbres. En su osadía llegan a confundir la ética con la moral y no seré yo quien les haga notar las diferencias. Que estudien, si es que quieren llegar a conocer -lo de saber es harina de otro costal-.
El mundo actual se ha llenado de moralistas de salón digital. Con absoluto desparpajo te lanzan sus miserias ideológicas a la cara y te avisan y te amenazan y te insultan si incumples algunas de sus rígidas normas de su Moral de Mierda. ¡Abajo La Moral! ¡Vivan las morales! Las pequeñas morales que buscan la tolerancia y el respeto para con todos excepto para con los intolerantes. Contra ellos a sangre y fuego si es necesario, a sangre y fuego. Intolerantes son los guardianes de cualquier moral. Contra ellos a muerte si es necesario.
Mira dentro de tu casa, moralista/fascista, y cuando hayas arreglado en ella tus asuntos -si es que te da la vida para ello- cállate y acepta el uso y el derecho al uso de cualquier costumbre que sencillamente cumpla una regla: que respete la de los demás. ¡Ah, una cosa más: no hay lugar más sagrado, por libre, que la imaginación de cada cual! ¡Cuidado con quererla censurar! 
 

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/07/2025 a las 00:27 | Comentarios {0}


Me declaro libertino (en el sentido que a esta palabra se le daba en el siglo XVIII, es decir, en moderna terminología: librepensador). La reflexiones que voy a ir plasmando a lo largo de las próximas semanas tienen un carácter provisorio y se acogen a una de las características de uno de los métodos científicos: estas reflexiones son falsables. Incluso yo mismo, a lo largo de este periodo que hoy se inicia, podré mostrar la falsabilidad de algunas de ellas.
Estas reflexiones no pertenecen a ningún heterónimo. De cada una de las palabras que escriba en este libro el único responsable soy yo: Fernando García-Loygorri Gazapo. Por supuesto que cuando utilice citas facilitaré el nombre del autor y el título del libro o fuente de donde las haya sacado.


Roland Topor
Roland Topor

161.- He venido caminando. La tormenta se acercaba por detrás. No pude dejar de afirmar mi derecho a mis palabras.

162.- La desaparición de un ser al que amas no debería ser causa de desesperación.

163.- Negarse a la censura es un acto de presente (único tiempo donde se da la vida).

164.- ¿Cuánto permanece un corazón inquieto tras haber tomado la decisión?

165.- Me diría, si no estuviera de espaldas, tantas cosas. ¿Aún miro las sombras? ¿De verdad hay algo más allá del muro? ¿Estoy de espaldas?

166.- ¡Que turbación en esta tarde de junio cuando tras los cristales se mecen ansiosas las hojas y a lo lejos se anuncia la verdad de un dogma!

167.- Queda ya tan poco. Es todo tan corto.

168.- Que no hay desafío sino presente.

169.- Bala una oveja justo cuando me siento cordero. ¡Ve, que las palabras no tienen miedo! ¡Ve, sólo queda el último trecho! ¡Ve, la marisma esta ahíta y los patos sobrevuelan sus aguas con aires nuevos! ¡Ve, y déjate mirar por el espejo! ¡Ve! ¡Ve! ¡Ve!

170.- La noche se agitó tanto que de debajo de la cama salieron millones de murciélagos cantando un aleluya que no compuso Händel.

171.- No moriré por reivindicar el término. Sí me quedaré huérfano.

172.- El Tártaro me espera. Antes de descender, iré hasta el mar y visitaré a Proteo para pedirle si tuviera a bien regalarme un disfraz de bueno.
 

Ensayo

Tags : Reflexiones para antes de morir Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/06/2025 a las 17:53 | Comentarios {0}


Me declaro libertino (en el sentido que a esta palabra se le daba en el siglo XVIII, es decir, en moderna terminología: librepensador). La reflexiones que voy a ir plasmando a lo largo de las próximas semanas tienen un carácter provisorio y se acogen a una de las características de uno de los métodos científicos: estas reflexiones son falsables. Incluso yo mismo, a lo largo de este periodo que hoy se inicia, podré mostrar la falsabilidad de algunas de ellas.
Estas reflexiones no pertenecen a ningún heterónimo. De cada una de las palabras que escriba en este libro el único responsable soy yo: Fernando García-Loygorri Gazapo. Por supuesto que cuando utilice citas facilitaré el nombre del autor y el título del libro o fuente de donde las haya sacado.



160.- Qué sorprendente es nacer a un mundo y saber vivir en él.
 

Ensayo

Tags : Reflexiones para antes de morir Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 06/06/2025 a las 23:02 | Comentarios {0}


Cuadro negro sobre fondo blanco. Kazimir Malevich. 1915
Cuadro negro sobre fondo blanco. Kazimir Malevich. 1915

No son palabras las que necesita Gaza. Es arroz. Es fruta. Es aire. Es calma. ¡Buen Pueblo de Israel vosotros sabéis de qué os hablo! Buen pueblo de Israel vuestro gobierno está compuesto por la descomposición. ¿Acudimos a la Torá? ¿Nos ponemos regios? Si los carniceros, los maquinistas, los sastres, las doctoras, los albañiles, las amas de casa, las cocineras, las maestras, los deportistas, las equilibristas, los químicos... si la mayoría del pueblo alemán no hubiera sido cómplice de la masacre nazista otro gallo hubiera cantado. Spielberg, rueda, por Jehová te lo pido, un canto al gueto de Gaza como ya lo hiciste con el gueto de Varsovia. ¡Buen pueblo de Israel acabad con el crimen! Dejad de sentiros culpables por enésima vez. La tolerancia sólo ha de ser intolerante ante la intolerancia. No puede ser. No es justo. Semejante venganza no es justa y menos aún cuando parece que subyacen intereses espúreos, ajenos al ataque miserable de Hamás.
Uno de los lugares en los que he sentido una mayor emoción fue en  El Mémorial de la Shoah sita 17 rue Geoffroy l'Asnier de la ciudad de París. Era tanto el peso del sufrimiento. Tan constante. Era tan abrumador, cada rincón, cada imagen, cada objeto. Una sensación de sin aire. Está tan cerca todo aquello. No han pasado cien años. Quedan aún miles y miles de supervivientes de aquella sin razón, de aquella barbarie, de aquel dolor inmenso que el ser humano le infligió al mundo cuyos gritos aún resuenan, se escuchan, claman... como hoy en Gaza. No es una comparación banal. Es necesaria, buen pueblo de Israel, benditos seáis vosotros y vuestros descendientes por los siglos de los siglos.
 

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 29/05/2025 a las 19:17 | Comentarios {0}


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