Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Me entrego. Porque existe lo mudable. Porque carezco de ausencias. Las noches fueron largas desde entonces. Caí en una fosa que tenía algo de materia y mucho de vacío. Me aterraba mi alma. Me aterraba la salvación. Quería ir a las simas. Quería despertarme muerto. Ahora sé que el día ha vuelto y que la única manera de respeto es renunciar a ti. Porque ya no eres ni pez pequeño ni agüita salada ni naricita de azúcar. Ya no te sé. Anduvimos juntos un trecho. Yo te llevaba de la mano tan sólo porque tenía más años y temía que te hicieras daño. Me gustó contarte cuentos. Me gustó inventar personajes para ti. Me gustó escucharte. Me gustó cantarte aquella vez que tuviste tanta fiebre y mi canto logró que entraras en el sueño como si éste fuera paraíso y silencio.
Me entrego. Hoy no es hace veinte años y nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Quiero contarte un último secreto: antes de entregarme tuve un acceso de ira; fue ayer, cuatro de junio; luché contra esta renuncia, clamé al cielo por lo injusto hasta que un ángel me atizó en el lomo y me dijo con voz tronante mitad caballo mitad mujer, ¡Vamos, levanta! ¡Mueve el culo hacia otra parte! No es cuestión de olvido, es respeto por ti mismo. ¡Calla ya! No más lamentos. ¿No ves, pedazo de animal, que el cielo está cambiando y hay en el firmamento unos cuantos millones de estrellas que desconoces? ¿A qué fijarte en un agujero negro? Aparta la vista de la crueldad y siente en tu rostro los primeros rayos del sol en un planeta nuevo.
Adiós. Hace sol. Juntaré los pedazos de mi corazón. Adiós. Adiós.
 

Ensayo poético

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/06/2025 a las 19:19 | Comentarios {0}








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