Análisis de Issac Alexander
A.- ENTENDIMIENTO
A1.- Memoria
A2.- Razón
A3.- Imaginación
... habrán de seguir las subdivisiones de este sistema figurado de los conocimientos humanos que Diderot y D'Alambert expusieron para la realización de su Enciclopedia. Y me parece interesante en tanto en cuanto toda elección se conforma en este sistema de locos, de enfervorizados creyentes en una categoría extrema de la condición terrícola que es el Hombre...
... bienvenidos los cambios, los parlamentos donde se habrá de parlamentar. Aunque sólo sea el escaparate del verdadero poder que gobierna el mundo que por lo menos se vea mono...
... os dejo que escucho a Kukan Dub Lagan y me hierve (habría puesto yerbe que me suena a más meridional y a mí, en ocasiones, lo meridional me lubrica) la sangre tronera ante la muchacha que baila ante mí vestida de morado como los colores del mundo cuando amanece y vemos en las estrellas los designios de las urnas.
... Y juro que esta noche mi papeleta entrará por una ranura carnosa como la papaya, fresca como la lavanda, limpia como la siega a finales de agosto.
... siempre defenderé -mientras la muchacha me come la boca- la educación y el respeto como principales armas contra la corrupción.
... ¡A las urnas! ¡A las urnas!
... O no.
A1.- Memoria
A2.- Razón
A3.- Imaginación
A1a Historia
A2a Filosofía
A3a Poesía
A2a Filosofía
A3a Poesía
A1a1 Sagrada. Historia de los profetas
A2a1 Ciencia del hombre
A3a1 Profana y Sagrada
A2a1 Ciencia del hombre
A3a1 Profana y Sagrada
A1a2 Eclesiástica
A2a1b Metafísica general u Ontología o Ciencia del ser en general, de la Posibilidad, de la Existencia, de la Duración etc...
A3a1b Narrativa
A3a1b Narrativa
A1a3 Historia civil antigua y moderna
A2a1c Ciencia de Dios
A3a1c Dramática
A3a1c Dramática
... habrán de seguir las subdivisiones de este sistema figurado de los conocimientos humanos que Diderot y D'Alambert expusieron para la realización de su Enciclopedia. Y me parece interesante en tanto en cuanto toda elección se conforma en este sistema de locos, de enfervorizados creyentes en una categoría extrema de la condición terrícola que es el Hombre...
... bienvenidos los cambios, los parlamentos donde se habrá de parlamentar. Aunque sólo sea el escaparate del verdadero poder que gobierna el mundo que por lo menos se vea mono...
... os dejo que escucho a Kukan Dub Lagan y me hierve (habría puesto yerbe que me suena a más meridional y a mí, en ocasiones, lo meridional me lubrica) la sangre tronera ante la muchacha que baila ante mí vestida de morado como los colores del mundo cuando amanece y vemos en las estrellas los designios de las urnas.
... Y juro que esta noche mi papeleta entrará por una ranura carnosa como la papaya, fresca como la lavanda, limpia como la siega a finales de agosto.
... siempre defenderé -mientras la muchacha me come la boca- la educación y el respeto como principales armas contra la corrupción.
... ¡A las urnas! ¡A las urnas!
... O no.
Película escrita y ditigida por Richard Linklater
Antigua maldición china: ¡Ojalá y tengas una vida interesante!
La última escapada. El último aliento. La visión primera. Vivir es ver y someterse (de ahí la grandeza simbólica del toreo), humillar, humillar. Darse de bruces contra un hombre despojado de razón, atenerse a las decisiones de otros, ver cómo tu cabello cae bajo la rasuradora de un hombre al que otro le paga por humillarte. Vivir es también aprender a vadear estos sometimientos, estas humillaciones.
No hay épica en la vida (la épica es la sublimación de lo cotidiano). He visto fotografías de mi hija a lo largo de muchos años por mor de la casualidad; fotografías en las que yo no estoy porque no estaba. Siempre que las veo asoma un pensamiento cruel -para mí- y es que pienso toda la cotidianeidad que no he vivido junto a ella, nuestro vernos ha sido siempre un estado de excepción (excepto el mes de julio que pasamos siempre juntos y justo cuando lo cotidiano ya empieza a ser, termina el mes y ella se va).
Esas decisiones. Incluso esa cotidianeidad de la decisión.
Y al final crecemos, rodeados de hijos de puta. Porque todos hemos tenido a varios hijos de puta cerca cuando éramos niños (de ahí la eficacia de los antiguos cuentos maravillosos) y son ellos los que más van a marcar nuestra existencia y son ellos los fantasmas que vamos a tener que vencer -si es que los vencemos- aunque la mayor parte de las veces nos volvemos nosotros también unos hijos de puta. Y los que no se convierten en canallas, en represores, en detentadores de su pequeña parcela de poder, tendrán una maldita vida interesante -como dice la antigua maldición China- y ahí te quiero ver con el corazón en carne viva, con el terror de tu propia cotidianeidad, campando la estulticia a sus anchas y con unos carroñeros que te dicen que la vida es bella, ya verás. Menos mal que también es muy posible que te encuentres al que te diga, La belleza no es felicidad. La belleza puede ser terrible y no por eso dejará de ser bella; sí, tú que te has apartado de ser un hijo de puta, encontrarás algún maestro que no querrá serlo, porque no puede serlo, porque le va la vida en no serlo y sin embargo de él aprenderás a vivir sin juzgar -si es que está en ti el aprender semejante cenit de la existencia- o cuando menos -seamos cautos- emprenderás ese camino. Y yo te digo, ¡qué bello camino!
Y sí, es cierto, si has pasado la infancia que es una cárcel con unos carceleros y unos barrotes en las ventanas y unos patios grises y unos corredores iluminados con neones blancos y unos urinarios que huelen siempre mal y unos luces que se apagan cuando aún tienes miedo y unas comidas que te hacen vomitar y unos castigos que sacuden tu alma y te dejan extenuado, con ganas de morir, de morir para siempre, en aquel lago, en aquella colina, en aquel avión, en aquella estela; te digo entonces que si superas esa cárcel (que es la única de la que no puedes escapar) no habiendo aprendido a ser un hijo de puta, entonces te espera una vida terrible e interesante, una vida que se te irá vaciando de contenido, una vida que se irá aligerando hasta ser remolino de viento, pelusa de flor o menos aún sueño, sueño de haber sido y aún así vivirás ese último plano -que es el primero de la vida- con una persona que te atrae a tu lado, ante el paisaje más hermoso que puedas imaginar y habiendo ingerido una droga que te hará volar. Y te sentirás dichoso y te sentirás libre y agradecerás a este milagro que ocurre en este planeta, el que te haya permitido ser parte de él y cogerás la mano de la persona que te gusta y la brisa de la tarde se colará entre vuestros labios que ya se están besando y que es, el beso, el preludio de una nueva tempestad, de una vida nueva, de una nueva cárcel, de un nuevo lamento, de una nueva espera, de una pena nueva y del descubrimiento, claro, si es que no has aprendido a ser hijo de puta, de la belleza, de la belleza... y surgirá por enésima vez una maldita vida interesante.
No hay épica en la vida (la épica es la sublimación de lo cotidiano). He visto fotografías de mi hija a lo largo de muchos años por mor de la casualidad; fotografías en las que yo no estoy porque no estaba. Siempre que las veo asoma un pensamiento cruel -para mí- y es que pienso toda la cotidianeidad que no he vivido junto a ella, nuestro vernos ha sido siempre un estado de excepción (excepto el mes de julio que pasamos siempre juntos y justo cuando lo cotidiano ya empieza a ser, termina el mes y ella se va).
Esas decisiones. Incluso esa cotidianeidad de la decisión.
Y al final crecemos, rodeados de hijos de puta. Porque todos hemos tenido a varios hijos de puta cerca cuando éramos niños (de ahí la eficacia de los antiguos cuentos maravillosos) y son ellos los que más van a marcar nuestra existencia y son ellos los fantasmas que vamos a tener que vencer -si es que los vencemos- aunque la mayor parte de las veces nos volvemos nosotros también unos hijos de puta. Y los que no se convierten en canallas, en represores, en detentadores de su pequeña parcela de poder, tendrán una maldita vida interesante -como dice la antigua maldición China- y ahí te quiero ver con el corazón en carne viva, con el terror de tu propia cotidianeidad, campando la estulticia a sus anchas y con unos carroñeros que te dicen que la vida es bella, ya verás. Menos mal que también es muy posible que te encuentres al que te diga, La belleza no es felicidad. La belleza puede ser terrible y no por eso dejará de ser bella; sí, tú que te has apartado de ser un hijo de puta, encontrarás algún maestro que no querrá serlo, porque no puede serlo, porque le va la vida en no serlo y sin embargo de él aprenderás a vivir sin juzgar -si es que está en ti el aprender semejante cenit de la existencia- o cuando menos -seamos cautos- emprenderás ese camino. Y yo te digo, ¡qué bello camino!
Y sí, es cierto, si has pasado la infancia que es una cárcel con unos carceleros y unos barrotes en las ventanas y unos patios grises y unos corredores iluminados con neones blancos y unos urinarios que huelen siempre mal y unos luces que se apagan cuando aún tienes miedo y unas comidas que te hacen vomitar y unos castigos que sacuden tu alma y te dejan extenuado, con ganas de morir, de morir para siempre, en aquel lago, en aquella colina, en aquel avión, en aquella estela; te digo entonces que si superas esa cárcel (que es la única de la que no puedes escapar) no habiendo aprendido a ser un hijo de puta, entonces te espera una vida terrible e interesante, una vida que se te irá vaciando de contenido, una vida que se irá aligerando hasta ser remolino de viento, pelusa de flor o menos aún sueño, sueño de haber sido y aún así vivirás ese último plano -que es el primero de la vida- con una persona que te atrae a tu lado, ante el paisaje más hermoso que puedas imaginar y habiendo ingerido una droga que te hará volar. Y te sentirás dichoso y te sentirás libre y agradecerás a este milagro que ocurre en este planeta, el que te haya permitido ser parte de él y cogerás la mano de la persona que te gusta y la brisa de la tarde se colará entre vuestros labios que ya se están besando y que es, el beso, el preludio de una nueva tempestad, de una vida nueva, de una nueva cárcel, de un nuevo lamento, de una nueva espera, de una pena nueva y del descubrimiento, claro, si es que no has aprendido a ser hijo de puta, de la belleza, de la belleza... y surgirá por enésima vez una maldita vida interesante.
¡Dame veneno que quiero morir! (Popular)
¡Mardito parné! (Popular)
Cada uno cuenta la feria según le va (Popular)
Proemio
Me llama Fernando García-Loygorri a altas horas de la madrugada. Él sabe que soy animal nocturno (en realidad también lo soy diurno y vespertino. Quiero decir: soy animal a todas horas) y que es en la madrugada cuando más me dedico al juego de la elucubración y los escritos con los que suelo (en más de un 99,99%) limpiarme el culo de la primera cagada del día siguiente (la deliciosa cagada del café con leche y cigarrillo mientras el cuerpo caliente de la amante de turno me espera en la cama, oculto por las sábanas... -sabéis que muero por el cuerpo de una mujer dormido a mi lado, en el lado izquierdo del lecho, bajo esta luz salvaje del fin del mundo. No me avergüenza el contaros que en muchas ocasiones disfruto tan sólo del cuerpo, importándome un ardite la mente del cuerpo con el que estoy. Aseguro que el cuerpo del que hablo siente la misma simpatía por mí. Bendito sea si después de toquetearnos, se nos abre la mente y comulgamos aunque sea en dos ideas frenéticas- murmuraciones de viejo verde). Como decía, me llama F.G.L. (me comentó -para que veáis hasta qué punto la vanidad se acomoda hasta a las iniciales- que le gustaba que escribiera sus iniciales porque son las mismas que las de Federico García Lorca) y me pregunta si tengo algo escrito contra la democracia. Yo le contesto, lo más amable que puedo, que por qué no le dan un poquito por el orto y se deja de grandes palabras o de conceptos grandes, que padres tiene la iglesia y que a qué viene ahora esa pregunta. Me responde Loygorri que hace tiempo una amante le metió un consolador por el mismísimo orto y que lo hizo con tal frenesí que le provocó un desgarro -desgarro físico, no moral- y que quizá fue el recuerdo de ese dolor que sintió -a la par que placer- lo que le llevó a pensar en mí y mis posibles escritos anti-democráticos. Le respondo que si es así la cosa cambia. Todo pensamiento nacido de un consolador en el culo me merece el mayor de los respetos. Así es que le pido que me dé unos días para revisar lo poco que guardo de lo mucho que escribo e incluso -le exclamo- si no tuviera nada al respecto quizá sea una buena analogía para empezar a discurrir sobre ese término con el que se llenan la boca tantas y tantas personas del occidente mundo. Me agradece Loygorri mis palabras y le respondo si como agradecimiento no podría presentarme a la amante que le desgarró. Ríe él. Río yo. Me llama viejo rijoso. Le llamo maricón frustrado. Me contesta que no es políticamente correcto llamarle maricón. Le digo que se vaya a la mierda. Vuelve a reír. Vuelvo a reír. Termino la conversación con un algo te mandaré.
Ensayo
Tags : ¿De Isaac Alexander? Versus democratia Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 06/05/2015 a las 19:17 |
Vais a buscar dónde se encuentra el perdón y así la remisión alcanzará las heces
Someteréis a interrogatorio la posible condonación. No importa el gesto de quien implore el olvido. Podría ser cualquier...
Si existe es hez. No es palabra gratuita. Es hez
Una alza la mano. Calla la lechuza. Va vestida entera de rojo. También los labios los ha pintado. También las huellas de las manos y de los pies. Porque va descalza. Porque corona su cabeza con tallos de rosas (sin flor). Alza -decimos- la mano y sonríe sin piedad alguna. Os desdice. Os aniquila. Os opone su propia libertad. No hay perdón, En una de las siete vida que viviréis -os dice- seréis asesinos. Nada os lo puede hurtar. Baila. Sus senos se mueven libres bajo el vestido rojo. No hay. No hay. No
Ni penitencia. Ni bula. Ni jubileo. Ni simonía. La mujer que alzó la mano se tira por el ventanal y cae al río, hondo como la culpa, y sale a flote y nada y se embellece y refulge y no es sirena y no es puta y no es culpable
No quiero el perdón, tampoco
No quieras dispensar paz alguna
Nada se revolverá en su tumba
Ha latido un corazón. Es cierto que rompimos el álbum. Es cierto que fuimos nosotros los ladrones. Es cierto que soportamos que culparan a otros. Es cierto que nos vencía el terror y la necesidad
Vemos a la mujer que se aleja por el río y se acerca a un meandro. Tras él le espera Un Territorio Sin Mácula
Llegará. Sabéis que llegará
El hacha entonces no mata a E
La hiel se queda en la vejiga del puerco
El alba no volverá a luchar contra la oscuridad; dejará que se venza de fatiga
Nada muchacha que alzaste la mano
Tu traje rojo tiñe de pasión las aguas y nos da esperanza y nos genera aletas
Ya llegas, alma apasionada
No, no habrá perdón
No habrá escara
No habrá puerto
No habrá montaña
Ni faro hay en la costa
Ni pez con entrañas
Cuando aflojéis la cuerda del arco
la niña dejará de berrear y el cementerio florecerá sin cruces y los fuegos fatuos serán fósforo y mito
Cuando llevéis la mano blanda
renacerá la paz en las ciudades y hasta entonces ¡Nada, muchacha! ¡Nada por el río! ¡Por el río hondo de las muchas culpas! ¡A flote! ¡Con tu cabellera negra y tu mirada osada! ¡Nada, mujer que eres para nosotros la brazada que nos mantiene vivos en esta tierra sin humedad ni juncos!
Someteréis a interrogatorio la posible condonación. No importa el gesto de quien implore el olvido. Podría ser cualquier...
Si existe es hez. No es palabra gratuita. Es hez
Una alza la mano. Calla la lechuza. Va vestida entera de rojo. También los labios los ha pintado. También las huellas de las manos y de los pies. Porque va descalza. Porque corona su cabeza con tallos de rosas (sin flor). Alza -decimos- la mano y sonríe sin piedad alguna. Os desdice. Os aniquila. Os opone su propia libertad. No hay perdón, En una de las siete vida que viviréis -os dice- seréis asesinos. Nada os lo puede hurtar. Baila. Sus senos se mueven libres bajo el vestido rojo. No hay. No hay. No
Ni penitencia. Ni bula. Ni jubileo. Ni simonía. La mujer que alzó la mano se tira por el ventanal y cae al río, hondo como la culpa, y sale a flote y nada y se embellece y refulge y no es sirena y no es puta y no es culpable
No quiero el perdón, tampoco
No quieras dispensar paz alguna
Nada se revolverá en su tumba
Ha latido un corazón. Es cierto que rompimos el álbum. Es cierto que fuimos nosotros los ladrones. Es cierto que soportamos que culparan a otros. Es cierto que nos vencía el terror y la necesidad
Vemos a la mujer que se aleja por el río y se acerca a un meandro. Tras él le espera Un Territorio Sin Mácula
Llegará. Sabéis que llegará
El hacha entonces no mata a E
La hiel se queda en la vejiga del puerco
El alba no volverá a luchar contra la oscuridad; dejará que se venza de fatiga
Nada muchacha que alzaste la mano
Tu traje rojo tiñe de pasión las aguas y nos da esperanza y nos genera aletas
Ya llegas, alma apasionada
No, no habrá perdón
No habrá escara
No habrá puerto
No habrá montaña
Ni faro hay en la costa
Ni pez con entrañas
Cuando aflojéis la cuerda del arco
la niña dejará de berrear y el cementerio florecerá sin cruces y los fuegos fatuos serán fósforo y mito
Cuando llevéis la mano blanda
renacerá la paz en las ciudades y hasta entonces ¡Nada, muchacha! ¡Nada por el río! ¡Por el río hondo de las muchas culpas! ¡A flote! ¡Con tu cabellera negra y tu mirada osada! ¡Nada, mujer que eres para nosotros la brazada que nos mantiene vivos en esta tierra sin humedad ni juncos!
Ensayo
Tags : Sinonimias Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/04/2015 a las 12:11 |
A los tantos muertos en el Mare Nostrum. A los que buscan. A los que se arriesgan. A los que se ven empujados. A los cobardes... y a los valientes. A cada uno de ellos... sin cifras redondas
Cuando Napoleón... desde Napoleón... Alepo... Siria... naufragio
La encalladura estaba en el propio país. ¿Cómo se hicieron los países? ¿Desde cuándo se fueron sometiendo los hombres a otros hombres a cuchillo, a látigo, a arma de fuego, a dron?
Zozobra la conciencia si ves el ahogamiento (verdura de los peces. No cantes al mar. Que ningún poeta cante hoy a mar ninguna. Enlutemos hoy las mares y dejemos que sean tan sólo los peces quienes se alegren del festín)
Salvamento
Naufragar es derivar hacia lo desconocido, sin
Zozobra la embarcación y muere
Se anega la sentina
Hace agua la mar
Se pierde el horizonte, ¡Era allí! ¡Acullá!
Y al hundirse el hombre cuya esperanza estaba en aquella orilla. Qué juego infernal fueron las corrientes. Qué será nadar. Fluyen hacia abajo. Y los pulmones. Y el aire. Y el sol. Y el hijo. Esa mujer que grita agua. Esa mujer que escupe la última gota de sangre con sal
Se fueron a pique los pocos recuerdos. Ya yacen en el fondo del mar o en el estómago de un pez. Visitaréis a Jonas y él os contará que también él fue náufrago en el mismo mar
Ya estáis a salvo
Quizás un hallador se haya encontrado tus zapatos o haya rescatado su reloj, el del que iba a tu lado y murmuraba una canción
Quizás una raquera haya pirateado un corazón
Pecio es vuestra aventura
Derrelicto vuestro afán
Raques provocaron quienes os empujaron a enfrentar la mar sin salvavidas
¡Qué hermoso objeto la guindola!
¡Qué tesoro la boya!... que no tuvisteis... que no os lanzaron con un cañón de lanzacabos
¡Agua!
¡Niños, mujeres y hombres al agua!
¡Ropa al mar!
Que nadie lo cante hoy
sino es como tumba o aún más
inmenso cementerio
La encalladura estaba en el propio país. ¿Cómo se hicieron los países? ¿Desde cuándo se fueron sometiendo los hombres a otros hombres a cuchillo, a látigo, a arma de fuego, a dron?
Zozobra la conciencia si ves el ahogamiento (verdura de los peces. No cantes al mar. Que ningún poeta cante hoy a mar ninguna. Enlutemos hoy las mares y dejemos que sean tan sólo los peces quienes se alegren del festín)
Salvamento
Naufragar es derivar hacia lo desconocido, sin
Zozobra la embarcación y muere
Se anega la sentina
Hace agua la mar
Se pierde el horizonte, ¡Era allí! ¡Acullá!
Y al hundirse el hombre cuya esperanza estaba en aquella orilla. Qué juego infernal fueron las corrientes. Qué será nadar. Fluyen hacia abajo. Y los pulmones. Y el aire. Y el sol. Y el hijo. Esa mujer que grita agua. Esa mujer que escupe la última gota de sangre con sal
Se fueron a pique los pocos recuerdos. Ya yacen en el fondo del mar o en el estómago de un pez. Visitaréis a Jonas y él os contará que también él fue náufrago en el mismo mar
Ya estáis a salvo
Quizás un hallador se haya encontrado tus zapatos o haya rescatado su reloj, el del que iba a tu lado y murmuraba una canción
Quizás una raquera haya pirateado un corazón
Pecio es vuestra aventura
Derrelicto vuestro afán
Raques provocaron quienes os empujaron a enfrentar la mar sin salvavidas
¡Qué hermoso objeto la guindola!
¡Qué tesoro la boya!... que no tuvisteis... que no os lanzaron con un cañón de lanzacabos
¡Agua!
¡Niños, mujeres y hombres al agua!
¡Ropa al mar!
Que nadie lo cante hoy
sino es como tumba o aún más
inmenso cementerio
Ensayo
Tags : Sinonimias Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/04/2015 a las 10:16 |
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Ensayo
Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/05/2015 a las 21:28 |