Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Isaac Alexander en estado de melancolía (debido a la lectura de un texto de Richard Tarnas)


Huelo el aire de la tarde. Es del norte. Cuando huelo el aire del norte por la tarde, huelo nostalgia y algo de melancolía. El viento barre las nubes. Las nubes son blancas y grises. El tiempo transcurre en las campanas de la iglesia y puede ser que no tengamos razón. Puede ser que el Cosmos tenga un Alma del Mundo y que el colmo del antropocentrismo sea pensar que nosotros somos los únicos que tenemos la capacidad divina de pensar y de sentir lo en sí y lo fuera de sí; puede ser que Copérnico, al iniciar el camino de la insignificancia de la Tierra en el vasto universo diera inicio también a la insignificancia del hombre en ese mismo universo; puede ser que la literalidad de Copérnico haya sido la espada de Damocles de nuestro lugar en el Mundo; puede ser que el Universo piense y sienta. Es más -y esto lo afirmo- el Universo piensa y siente porque -cuando menos- nosotros pensamos y sentimos; puede ser que el Universo tenga una finalidad, que todas y cada una de las criaturas que lo conforman sean parte de ese ser y ya no sólo de manera metafórica sino real como yo ahora pienso si esto que escribo fue dictado hace muchos siglos por la sirena de un mar. Y si no estuviéramos solos en este vasto espacio-tiempo; si nuestro pensamiento fuera pensamiento cósmico; si el Cosmos sintiera y especulara y errara y fuera en última instancia, él también, cosmocéntrico; o si, por elevación, un Cosmos que es fuera mucho más por ser más inmenso y más rico que el ser nuestro, ¿cómo podría comunicarnos su belleza, su tranquilidad, su ausencia de deseos, su falta de hybris (eso que los griegos atribuían a los héroes que desafiaban a los dioses por desmesura y en ella encontraban su perdición), su negativa a la contienda, su aceptación del devenir de sus asuntos, su absoluta confianza en sus destellos?
El aire de la tarde viene húmedo. La soledad era esto. Una corza ha bajado al prado con su corcillo. Mientras la cría brinca, la corza se tumba entre la hierba y escucha atenta los sonidos de la tarde. Si el Mundo nos rodea, nos impregna, somos él. Si el Mundo no sólo está también es.

delibes___flower_duet_from_lakme.mp3 Delibes - Flower Duet From Lakme.mp3  (4.27 Mb)

Narrativa

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 10/06/2010 a las 19:58 | Comentarios {0}


Reverbero

Busco De inmediato esa palabra se corta y algo en la cabeza dice Basta Pasa el día Pasan los años Vuelvo a escuchar voces de antaño Y la música está alta Basta El cuervo se acordó de la urraca y la voz de mí (de otro mí enamoradizo y audaz) exclamó Quiero tener algo contigo antes de morir Basta ¡Querida ese beso ese pelo ese cuerpo ese pecho! Las nubes acabaron envolviendo la cima de la montaña bajaron con ansia las temperaturas exclamaron cuatro exabruptos llenos de castellanidad y llegó la noche como un reguerito de sombra Basta La clara consonancia de la cerveza y el limón La guitarrilla El Estadio Azteca y un recuerdo de otro ser que me emociona como si fuera yo quien lo hubiera vivido Castilla Andalucía La Baja Sajonia Mi Normandía Mi Normandía la mía la que nunca supe las tundras siberianas y su eternidad blanca Basta y por qué no para terminar el quejigo que ni es roble ni es encina ni gime y lo más que parece es el perfil de un dromedario en los desiertos Basta

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/06/2010 a las 22:16 | Comentarios {0}


A Ester y Balí (dáimones con apariencia humana)



Bajo el desfiladero he visto el río Ebro recién nacido, muy pequeño. Sus aguas verdes de márgenes verdes en este verde final de primavera;
he visto y he oído el rugir de las madreselvas
y desde lo alto de un gran pico me observaban agazapados los ojos de los buitres;
he sentido el aliento del daimon del espino y la caricia del viento que baja de los altos y en la noche
-al raso-
las estrellas no amenazaban nada, ni nacimientos, ni infortunios, ni esperanzas;
he sentido caer el sol sin aspavientos,
he tocado la semilla de los álamos en todo su esplendor
y he escuchado la historia de un hombre que plantó a unos niños para que se supieran árboles.

La casa grande
La casa grande

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 06/06/2010 a las 19:02 | Comentarios {0}


Hazlo, se decía. Atravesó un instante y se dejó llevar. Era el aire del verano. El cielo azul. Esas cosas eran.
Bajó por la calle Arenal. Se detuvo en un estanco. Compró un mechero. Porque sí. No fumaba. Miró a una chica joven con un gran escote y una falda muy corta. El final de su cuerpo, en cambio, le pareció el de un centurión.
Rió. Bebió una sangría. Porque sí. Jamás le había gustado la sangría. Miró a un chico feo y simpático que se estaba camelando a una guiri con el desparpajo de un buscavidas galdosiano. Aún en la calle Arenal.
Recordó unos buenos momentos. Una carretera. Un gran cansancio tras un gran esfuerzo y el sabor de un agua muy fresca. Recordó una tarde en un Colegio Mayor en Avignon. Una joven le descubrió masturbándose. Era estudiante como él. Aquella noche se acostaron. Los días siguientes los pasaron juntos viendo espectáculos teatrales. Cuando llegaba la noche se acostaban y follaban. No les importaba que durmieran en un largo corredor y que tan sólo estuvieran separados de las otras camas por una cortina. Ella se llamaba Elianne. Recordó la muerte de su padre.
Caminó por la calle Arenal hasta la plaza de Ramales y de ahí, por la plaza de Oriente, tomó la calle Bailén.
El cielo azul. La sierra a lo lejos.
Se puso en el mp3 la música que había elegido. Sorteó la mampara del Viaducto y se lanzó al vacío. Su última palabra fue: Café.

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 20/05/2010 a las 19:49 | Comentarios {1}


Artículo atribuido a Isaac Alexander y publicado en Le Vieux Observateur.


Cuando una información viene avalada por todos los medios de comunicación hay que desconfiar de ella. Los datos que voy a dar a continuación están extraídos del FMI, de CFT, de UJ, de Ecofin, de URS, de Amepra y de la Reserva Federal del Tesoro de los Estados Unidos.
Todo comenzó a mediados de 2001, pocos meses después de la entrada del euro en el mercado internacional. En una reunión celebrada en el despacho oval de la Casa Blanca, Dick Cheney y Donald Rumsfeld entregaron un documento al flamante golpista Georges Bush hijo en el cual se ofrecían datos de cómo Irak y otras países de la OPEP, entre ellos Venezuela, estaban decididos a abandonar el petrodólar como moneda base y cambiarlo por el petroeuro. Semejante pérdida de poder de la moneda americana podría dar al traste con la supremacía económica de los Estados Unidos en el mundo. En esa reunión se decidió detener el cambio de moneda invadiendo Irak (propulsor de la idea) a cambio de unas cuantas vidas humanas en el World Trade Center de la ciudad de Nueva York. Y en efecto, la invasión detuvo la operación financiera. Al mismo tiempo, en el departamento del Tesoro se estaba ultimando una estrategia en seis pasos:

1) Revalorización del euro en los mercados internacionales frente al dólar

2) A lo largo del periodo comprendido entre 2002 y 2008 promoción de créditos blandos en toda la zona euro y venta de productos financieros con un gran margen de ganancia a todos los bancos de la zona euro promovidos desde entidades financieras norteamericanas.

3) Una vez que los productos basura hubieran contaminado los principales centros financieros de Europa, ejecutar los cobros, de tal forma que muchos de los inversores se vieran en descubierto al no poder hacer frente a dichos pagos. Este tercer punto de la estrategia diseñada era el más delicado porque, como ya ocurrió con el World Trade Center, muchos ciudadanos norteamericanos (clases medias bajas y pobres de solemnidad) serían arrastrados a la bancarrota pero, como ya se utilizaba en las guerras, esos daños se denominaron colaterales.

4) Al mismo tiempo se promoverían -como así fue- las relaciones comerciales prioritarias con los países emergentes, fundamentalmente China, India y Brasil.

5) Conseguidos estos objetivos se lanzaría una campaña mundial de información en la que se repetiría que la crisis era global.

6) En este último punto se atacaría a la Unión Europea sin piedad, empezando por los países más pobres (Grecia, Irlanda, Portugal y España), tras haber alimentado durante los nueve años anteriores la corrupción en todos los ámbitos. Eso traería como consecuencia el debilitamiento de la moneda europea y relanzaría de nuevo al dólar como la moneda de intercambio por excelencia.

Tan sólo hubo un momento de duda en esta estrategia que fue las elecciones de noviembre de 2008. El lobby judío de los Estados Unidos fue el que más contribuyó económicamente a la victoria de Barack Obama porque en una reunión mantenida en Chicago a finales de junio de 2007, Obama aprobó la estrategia financiera y juró mantenerla.

Los resultados de esta estrategia están a la vista: la única zona del mundo que realmente está sufriendo los efectos de esta crisis especuladora es Europa. Todos los países emergentes mantienen sus niveles de crecimiento. Los países de Mercosur apenas notan los efectos de la crisis. Asia crece a un ritmo medio del 4% anual y África se sigue desangrando lo usual.
La guerra fue iniciada, probablemente, por Europa. Y los inicios fueron prometedores. Tan sólo el Reino Unido se negó a entrar en el euro (siempre fue conocida su amistad con sus primos del otro lado del Atlántico). Sólo que, como ya pasó con los japoneses tras Pearl Harbor, el contraataque yankee ha sido demoledor.
¡La Unión Europea está siendo atacada por los Estados Unidos!

Narrativa

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/05/2010 a las 18:49 | Comentarios {0}


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