Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Hoy
Hoy no puedo extenderme mucho. No estoy en el sitio. Diría: espera. Calor. Los sonidos. La luz. Como ir despertando a otro sueño. No sé a qué se debe todo esto. He olvidado algo fundamental. Quizá. Ha sido una inquietud constante. Ahora estoy sudando. Me hubiera gustado tener el sentido del humor que permite escribir comedias (lo escribo pero en realidad no lo siento. Ya no me importan esas cuestiones). Sólo que me cuesta mucho hablar. Hoy. Será sólo hoy. Estoy seguro. El mundo a veces... ya sabes. Es tal el silencio... Y el olor del vino cuando no es un buen vino. También la mesa. También un texto que descansa a mi lado. El sabor del chocolate. Hoy sólo es saludar. Intentar. Aunque no sea objetivamente el día 1. Voy a fumar. Voy a dar un trago. Tengo sed. Mañana. Sí. Mañana. Y esa luz. Y esa esperanza loca (como toda esperanza).

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/08/2016 a las 00:04 | Comentarios {0}


Carta que me envía el enfermero del manicomio de Acra.
En el manicomio de Acra estaba internado Olmo Z.
Durante un tiempo soborné a este enfermero para que me enviara los textos que Olmo Z. escribía durante su internamiento.


Estimado señor Loigorri (escribe mal mi apellido o quizás su máquina de escribir no contenga la "y"):
Porque imagino que usted siente cierto amor por el loco Olmo Z. -al que aquí todos llamamos Expósito- me permito escribirle estas líneas para informarle de que el enfermo mental Expósito u Olmo Z. ha escapado del manicomio en la madrugada entre el 1 y el 2 de mayo del año de nuestro Señor de 2016.
También le informo de que el enfermo mental Expósito está herido. Su huída está marcada por un reguero de sangre; esta hemorragia quizá sea debida a los cortes que hubo de producirse al saltar el muro que rodea el edificio y cuya coronación está sembrada de cristales rotos.
Dada la voz de alarma, un grupo de vigilantes y servidor salimos en su persecución al rayar el alba; seguimos el rastro de su sangre hasta que de improviso, y para sorpresa nuestra, el rastro desapareció de golpe, en mitad del desierto, a unos siete kilómetros. Uno de los vigilantes, de la tribu Fula, y gran rastreador se mostró sorprendido por este hecho y lo achacó a dos posibilidades: una que alguien le esperara y lo trasladara en algún tipo de transporte curándole la hemorragia y borrando el rastro o -y por ésta se inclina el vigilante- que el Gran Espíritu del río Gambia, al oler la sangre, lo haya llevado consigo para convertirlo en alimento de su fauna.
Si diéramos con el cadáver de Olmo Z. o lo halláramos vivo me pondré en contacto con usted. También le rogaría que si usted tuviera noticias suyas tuviera a bien comunicármelo. Y por último, la ayuda que me enviaba me permitía dar de comer a los míos todos los días. Ójala pueda usted seguir enviándomela.
Su seguro servidor.
F.A.
 

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/05/2016 a las 16:27 | Comentarios {0}


Texto de Olmo Z. escrito hace dos días en el manicomio de Acra.
Agradezco al enfermero al que soborno generosamente que me haga llegar estos textos.


Trance. Fotografía de Olmo Z. 2014
Trance. Fotografía de Olmo Z. 2014
El semen sabe a sal
La flor acribilla
Náusea en la estratosfera
Si pudiera volvería mudas las arenas
Mata el amor
Porque es volcán mata
Porque raya en la locura mata
Porque recuerda a la Idea mata
El flujo sabe a ostra
y nadie se ampara en el hueco del bonzo en el árbol
Volverá el alacrán a su danza
Nacerá la huella en su piel
La peste se llenará de lombrices
El amor mata
El amor es un asesino, un vulgar y mediocre asesino de seres libres
No te dejes amar
No te dejes encadenar
Vomito calor por la boca
Me duele la quinta vértebra
Quisiera escalar por una ciudad de Nepalm
o vivir en la ciudad más honda de Siberia
¡Archipiélago Gulag! ¡Archipiélago Gulag!
El amor es un invento de los funcionarios de la Roma Imperial
Las mujeres con sangre latina son putamente dignas de amar
Huyo de las mujeres con sangre latina
Huyo aún más de las mujeres con sangre etrusca
Y me reviento los ojos si sé que desciende de una estirpe de las tierras de Ausonia
El cielo me abrasa
El musgo me escupe gargajos viscosos
La ciénaga se oculta
La noche se ha hecho demasiado larga
Ven, osa
Ven, liebre
Ven, musaraña
Ven, putrílago
Ven, légamo
Neutrino huye
Quark huye
Valencia huye
Protón huye
Bosón de Higgs huye, huye, huye
No hay canción comparable a unas tetas caídas
No hay caricia que soporte unos cojones canosos
La tormenta del desierto anima a la walquiria
y hay un puerto inseguro a punto de acogerte
Reina de las sodomitas
Emperador de los íncubos
Marica de uñas pintadas y rouge rosa pálido
Cardenal ilustrísima de la Puta Mierda
No voy a soñar la tarde
Tendré pesadillas
que amo
que he dejado de ser libre
que me obsesiono con unos ojos
que suspiro por un talle
que elaboro una metáfora
que sugiero un mañana entre sábanas
¿Qué son? ¿Qué son las sábanas?
Amar mata
El amor es el Herodes de los inocentes
El amor es un volcán que abre un cráter en nuestros ombligos
por donde la sangre huye de nosotros
y la debilidad se incrusta en nuestros huesos
hasta quebrarlos, hasta obligarnos a reptar, a reptar
¡Oh, Leteo!
¡Oh, Estigia!
¡Oh, barquero!

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 24/04/2016 a las 00:43 | Comentarios {0}


Texto de Olmo Z. desde el manicomio de Acra.


Las hijas de Lot de Lucas van den Leyden (ca. 1520)
Las hijas de Lot de Lucas van den Leyden (ca. 1520)
... y los ricos, ¡y los ricos!
Seré el último tras el sonido (la niebla también urde su complot)... la voz clara dice, Hola Olmo
Y esa aguja
Esa perforación en la base de los cojones, justo donde la próstata ¡Glándula maldita! ¡Inspiración de la vida! ¡Soliloquio de la paja!
No pasarán
Y seremos los primeros
Aturdidos seremos los primeros en el Paraíso
Avanzaremos como un ejército de diablos cojos, renqueando nuestras culpas, al socaire de un día para celebrar
Nacimiento del Dios
Dios hecho carne
Dios hecho falo
Los primeros, los primeros en el Paraíso, a través del desierto, sin agua, sin flujo, sin sangre, sin venas, pura esencia nuestra maldad
Malos de Santa Solemnidad
Antes que los ricos
Antes, antes que los ricos
En esta pobreza del amar
Pobres y arrastrados, restregando nuestras lenguas por un arenal
ansiosos de la caricia de Dios
ansiosos de que nos meta su dedo divino por el culo
para gritar de gozo y exaltación de las nubes claras que corretean por la gran pradera del cielo con su verdor de alas angelicales y toda la cohorte de cantos femeninos que endulzan nuestras heridas con los tonos agudos de su canto
¡Los primeros! ¡Los primeros! Nosotros los últimos. Parias del amor. Parias de la razón. Parias del color. Sombras grises de la locura.
Átame, átame a la cama, ata mis brazos, ata mis tobillos, anúdame, que no puedan mis manos, que no puedan mis pies... el pecado es su olor, el pecado en mi pasión, ¡Maldito Dios de los pecados! ¡Cástrame, enfermero! ¡Hazme querubín!
Extírpame el tímpano
Que nada vibre a mi alrededor
y así la hoja del roble
Quema mis pezones
Arrasa con mi tacto
Corta los nervios de mi tacto. Que la piel deje de ser órgano.  Que mi divagar impida la metáfora
Ojo de aguja mi alma
Nada mi alma
Sólo ojo vacío
Seco ojo que nada ve
Nada espera
No hay nada en lontananza
Ya no recuerdo la cicatriz
Vuela de aquí
¿No ves que no hay carnaza?
Dejadme
Cortadme
En pedazos uno en Acra otro en Albania uno más en España y luego esparcidme por las tierras de Arabia y en la lejana Alaska dejad mi corazón para que hiele y no sienta la condena
¡Calor, huye!
¡Siroco, gira en torno a mí!
¡Desierto no te vuelvas nunca fértil!
No esperanza
Ninguna esperanza para mí
Castradme
Atadme
Moridme
Ya llego, sí, ya llego, sí, sí, sí

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/04/2016 a las 11:42 | Comentarios {0}


Olmo Z. busca la curación.
Por medio del soborno a un enfermero del manicomio de Acra, me llegan estas notas -manuscritas- de Olmo.
La transcripción que he hecho es casi literal, lo reconozco, porque hay algunas expresiones que ni yo mismo podía soportar.
Sufre Olmo Z. su locura y aún así busca la salvación.


Nota 1
Tablilla sumeria: sal, nitrato, piel de serpiente, concha de tortuga, leche.
(Mis ojos se han movido con bailan los ojos de los actores del teatro balinés. Deduzco la locura de la ausencia. Pasa el tiempo y no pasa mi locura. Me dejo vencer. Me voy hundiendo y al mismo tiempo esbozo la risa y me sale el chiste y duermo como una bestia y a veces incluso hablo)
Nota 2
Cañafístula. Mirto. Tomillo. El asa fétida. Pino. Peral. Sauce. Palmera datilera. Vino kushumma.
(No recobraré el pálpito. Quizá me estén buscando. Un día. Cualquier día veré llegar por lontananza al ser que me libere de estos muros. Hablará con los doctores y les convenzerá de que soy inofensivo, absolutamente inofensivo aunque fuera capaz de matar a una mosca algún día, en un paseo, desesperado de la pesadez de la mosca porque las moscas son pesadas y quizá sea la pesadez lo único que me pueda llevar al asesinato)
Nota 3
Assaku es el demonio que reparte las enfermedades mortales y por ello se lo identifica con Namtar, el Destino.
(Mi enfermedad es mi locura. Mi enfermedad es mi recuerdo. Aunque viniera el bueno de Jung, en su orden. Yo lo aceptaría. Yo callaría. Porque no llego a saber. Discuto con Enki, el dios de la magia y la sabiduría, los motivos de mi cautiverio. Y cuando veo, de nuevo, el lejano gozo de los días primeros recuerdo un canto, una letanía vieja. ¿Ya te has ido para siempre? ¿Ya tus cabellos se deslizan por tus hombros mientras los peinas? ¿Ya tu cadera se acompasa a los desniveles del desierto?
Mi trabajo ¿cuál era? ¿Por qué me alimentan? ¿Cuál era el nombre del río cuyo olor me llega cuando el Bóreas corre por estos parajes del Sur? ¿Tenía las manos delgadas? Tenía las uñas cuidadas. Sus manos en mis pies. Las herramientas de la pedicura. Sentía algo de pudor. Creo que se lo dije. Mis pies en sus manos)
Nota 4
Piedras de jade suspendidas a modo de carrillón pien-ch'ing.
(Ese cristal sonoro. Ese caminar sin rumbo. Esa revuelta última. Retorcidamente. Estaba de espaldas. Tumbada. Sábanas blancas. Yo enarbolo una bandera roja en la manifestación. Miles de personas. Voces que gritan lemas al unísono. No logro encadenarme a la pasión de la multitud. No puedo desligar el lema revolucionario de la imagen de su espalda sobre las sábanas blancas. Aunque tomara el palacio de invierno. Aunque consiguiéramos los últimos objetivos yo no podría dejar de anhelar el lunar que sobresale como un otero en la llanura de su omóplato izquierdo. ¿Es esta la locura? ¿Es por esto que me atan cada noche a los barrotes del camastro? ¿Ya nunca más su voz? ¿Será tan obediente? ¿Seré tan concienzudo?)

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/04/2016 a las 12:58 | Comentarios {0}


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