
Una tarde, en una casa ajena, Milos Amós se puso a escribirse en tercera persona. Miraba a través de una ventana, en realidad dos ventanas en ángulo recto. No sabía a quién pertenecía esa casa. No sabía por qué se encontraba ahí. Era una casa limpia. Tenía varios adelantos modernos. De aquella casa surgió la cuarteta 421 de su libro Poemas a la Gripe A. La guardó. Apenas la volvió a leer. Tan sólo sabía que estaba allí. La cuarteta. Estaba allí y eso era suficiente en aquel momento, en aquella casa. Pensaba, frente a las ventanas, que la fantasía se había acabado. Ya no estaba. Tras tantos años alejándose. Ocho años alejándose. Pensó en aquella casa el número ocho. Le pareció una cifra redonda. Infinita también. Quiso o recordó un libro de Georges Ifrah sobre la historia de las cifras. No una historia esotérica, una historia científica. Era una historia científica. O una simple historia.
Cuarteta 421
Madrugadas y azul
se me vienen y van.
Madrugadas y azul
alejado de allá.
Pronto se había hecho la noche y se había visto en la cama. En una cama que en nada le concernía. Como una cama de hotel, en una habitación de hotel. Sin historia para él que se escribía en tercera persona, en mitad de la madrugada, en una casa desconocida, con unos ruidos desconocidos que ni siquiera le causaban temor. Si le hubieran causado temor. A lo mejor, entonces, se dijo o incluso lo escribió en tercera persona, llamando al personaje por su nombre. Más tarde abandonaría esa casa limpia.
Cuarteta 421
Madrugadas y azul
se me vienen y van.
Madrugadas y azul
alejado de allá.
Pronto se había hecho la noche y se había visto en la cama. En una cama que en nada le concernía. Como una cama de hotel, en una habitación de hotel. Sin historia para él que se escribía en tercera persona, en mitad de la madrugada, en una casa desconocida, con unos ruidos desconocidos que ni siquiera le causaban temor. Si le hubieran causado temor. A lo mejor, entonces, se dijo o incluso lo escribió en tercera persona, llamando al personaje por su nombre. Más tarde abandonaría esa casa limpia.
Ventanas
Seriales
Aforismos
Agosto 2013
Apuntes
Archivo 2008
Archivo 2009
Carta a una desconocida
Ciclos
Citas del mes de mayo
Colección
Desenlace
El Brillante
El espejo
El mes de noviembre
El viaje
Ensayo sobre La Conspiración
Escritos de Isaac Alexander
Haiku
Jardines en el bolsillo
La mujer de las areolas doradas
La Solución
Las homilías de un orate bancario
Las manos
Las putas de Storyville
Libro de las soledades
Listas
Marea
Meditación sobre las formas de interpretar
Mosquita muerta
No fabularé
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
Reflexiones
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Sincerada
Sinonimias
Sobre la música
Sobre las creencias
Tasador de bibliotecas
Tríptico de los fantasmas
Velocidad de escape
¿De Isaac Alexander?
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020 Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Cuento
Tags : La Solución Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/08/2009 a las 00:55 | {0}