Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri


Todo -ismo es un istmo

 

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/11/2022 a las 20:08 | Comentarios {0}



En septiembre de 2022 no siento a las personas como hace cuarenta años.
La mañana se ha nublado. Han caído unas gotas.
Las personas. La etimología de la palabra persona. El desvelamiento. Ojalá.
Una nueva postura mientras escribo a la que obliga la silla nueva en la que me siento. Hago pruebas (probablemente volveré al viejo modo).
Persona (¿habré escrito ya esta etimología en estas largas memorias de mi fantástica?): tomado del latín persona 'máscara de actor', 'personaje teatral' y de ahí 'personalidad, persona'. (Diccio. Cri. Eti. J. Corominas- y J.A. Pascual). 
Nos denominamos con el término que en primera instancia señala la máscara de un actor y en segundo lugar a un personaje. Somos máscaras de lo que somos. Somos personaje de un drama que es la trayectoria vital de cada cual. En nuestra vida no somos esa vida sino un personaje de ella.
Ahora he de cocinar. Se ha hecho tarde. No sé si cuando vuelva sabré seguir el hilo de estas reflexiones mañaneras que surgieron cuando empezaron a caer las primeras lluvias de septiembre y hube de recoger la colada a toda prisa mientras aspiraba ese aroma dulce que parece emanar la montaña al ser mojada.

Son las cinco de la tarde. Todo está nublado. No cantan los pájaros. A lo hora de la comida sonaron ruidos de motor. La conexión hipocampo/amígdala. 
No hay unanimidad entre los neurólogos acerca de si el cerebro tiene áreas especializadas o no. Eso siento. ¿Un recuerdo se crea cada vez que se recuerda?
Personas, decía, máscaras que intentan ocultar que tras ella tan sólo hay un rostro que alberga un gesto (como curiosamente también la máscara). Somos, a lo sumo, dos gestos (pues se podrá dar el caso en que el gesto de la máscara y el gesto del rostro que la lleva sean el mismo).
Ahora he de volver a los campos de la Arcadia y dejarme invadir por los amores subidos de tono entre ninfas y pastores para poder extraer el jugo (al modo alquímico) que sea la quintaesencia de una forma de vivir. Tendré que acudir a mis evocaciones de ninfas y sentirme  bello muchacho que ve pacer a su rebaño mientras soy objeto del deseo de una mujer que podría tener alas.
Personas, pienso. Personas que ahora mismo están en cualquier parte del mundo con su máscara puesta frente a otras máscaras. Personajes del gran teatro del mundo. Casi todos (por aceptar humildemente las enseñanzas de Wittgenstein) títeres... en esta hora de la tarde. Ahora sí en silencio. Me acompaña la brisa que entra por la ventana y que acaricia con frescor mi hombro izquierdo. 
También somos tacto.
 

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/09/2022 a las 13:59 | Comentarios {0}



¡Qué hermoso lugar si no fuera el de mi destierro!
Alardearía.
Pasearía con mi perro y aspiraría el olor de las flores.
Pasearía con mi perro y apuntaría tareas por hacer: conocer el nombre de esa planta, poner nombre de ave a un canto, conocer las historias de los montes y los valles.
¡Qué hermoso lugar éste si no fuera el de mi destierro!
Esto es sólo una introducción, me digo. Tendré que hacer una estructura y comenzar lentamente a trabajar con las palabras. Una vez más. Siempre me digo: Sólo una vez más. Llevo diciéndome esa frase veinte años por lo menos, desde que fui consciente de que me faltan demasiadas cualidades para llegar al mérito, de que me faltan demasiados azares para tener suerte y de que con sólo mi carácter no basta para labrarme un porvenir.
Y ahora en el destierro... si fuera Ovidio... ¿Seré Ovidio?... Me comenta R. que el otro día pasó por un pueblo cercano al mío y se dio cuenta de lo lejos que me había ido. No -le respondí- yo no me he ido lejos: el demérito, la torpeza propia y la pobreza me han traído hasta aquí.
El destierro es siempre físico y espiritual (modernamente tendría que haber escrito en vez de espiritual, mental, sólo que me viene a la gana escribir al viejo modo y siendo así debería estar atento por si la palabra no es espiritual sino anímico en su acepción de relativo al alma, no relativo al estado de ánimo). Porque el espíritu viene de fuera y el alma se encuentra dentro. Así es que sería conveniente retocar un poco la idea y escribir: el destierro es siempre físico, espiritual y anímico Buena estructuración sería entonces desarrollar cada una de las tres formas del destierro y una vez desarrolladas generar una síntesis en la totalidad de las partes. (Esas cosas que nunca haré. Que nunca he hecho hasta hoy porque si lo hiciera quizá me diera carta de naturaleza para poder ser canónico y al serlo terminar con mi destierro y volver a mi ciudad, a mis espirituales y mi alma en sí).
Sólo para empezar (y no sé si continuaré) elogiemos de nuevo la tierra que me acoge: ¡Qué hermoso lugar si no fuera el de mi destierro!
 

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/07/2022 a las 13:39 | Comentarios {0}



No hubo distinción.
Ni tiempo.
La ilusión, aquello que es un motor en la vida, lo que permite levantarse un día más, lo que permite sonreír y detenerse a mirar el vuelo del autillo; eso extraño; eso que navega por nuestra forma de conectarnos con lo que nos rodea, lo que nos atraviesa, lo que permanece y parece pertenecer a algo que llamaríamos -cada uno a sí mismo- mi interior, eso que nos sumerge y no nos ahoga, eso que nos envejece, que nos hace olvidar, que nos hace reconstruir lo pasado, que nos permite construir lo no pasado.
No hubo soberbia.
Lo hizo con toda la sencillez del mundo. Sin ponerse una meta lo hizo. Lo hizo porque las circunstancias se volvieron fastas. Lo hizo por tener ilusión de sí (también ilusión en el sentido de algo irreal, de algo que podría no ser nunca, algo que ha estado ahí, flotando, en la laguna interior, la que está bajo la montaña, la montaña hueca que parece tan sólida desde afuera).
No hubo testigos. No hubo, por lo tanto, arte. Erguida. Suplantándose frente al horizonte fáustico, el que entiende lo infinito, el que no se arredra ante ese concepto antinatural. Natural sí es el ciclo. El ciclo no es necesariamente infinito mientras que lo infinito necesariamente lo es. Suplantada la imagen de sí. Una figura hueca sin forma de montaña. Una figura hueca con forma humana.
Sonaron las campanas mucho más allá de la medianoche. Rebuznó el burro su anhelo. Orión, el Guerrero, soñaba dejarse caer del Cielo. El mundo había conseguido girar una vez más sobre sí mismo. A punto estaba de llegar la Aurora. Justo en el instante en que se hace el silencio cuando va a despuntar la primera línea de luz.
Lo hizo sin vergüenza. Sin fluir nada desde dentro. En una intensa intimidad.
 

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/06/2022 a las 17:21 | Comentarios {0}



El gesto del pájaro esta mañana. El gesto del perro esta mañana. El gesto de la rama del olmo esta mañana.

Las preguntas y las respuestas de los asistentes al banquete.

La torpeza por los nervios ante un desenlace opuesto a sus intereses provoca que todo lo que tenía mecanizado se convierta en artificial.

El otro mundo. El mundo del mal. El mundo de la necesidad. Normalmente en tonos fríos El boceto de un sexo de mujer.

Al escuchar el idioma extranjero sentía la lluvia cayendo sobre su anorak aunque él estuviera sentado frente a un ordenador en una aldea la cual, por ley, estaba obligada a ofrecer fibra óptica a sus habitantes.

A nivel de mar la mujer se convirtió en barca.

Los muros blancos del cementerio. El camino que lleva al valle. La serpiente que vio la otra tarde. El alma de asno del perro. La gallina entre sus dientes (los del perro con alma de asno).

¿Por qué Dionisos e convierte en el sucesor de Zeus para los órficos? Religiones soteriológicas.

El último día del mes. Recuerda el viejo refrán campesino: ocho meses de invierno y cuatro de infierno. Meseta castellana.
 

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 31/05/2022 a las 18:27 | Comentarios {0}


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