Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
A punto de ser devastada por el amor. Autorretrato. 2020
A punto de ser devastada por el amor. Autorretrato. 2020
17h. 32m.
No he desempolvado nada. La soledad y yo somos pareja desde hace años. Es la única ventaja que tengo. Estoy pensando si ocurriera que me contagio qué decisión tomaré. Ensueño si sería capaz de morir ahogándome. Si sería capaz de estar callada y no acabar pidiendo ayuda. ¿Qué ocurriría si pidiera ayuda? ¿Me contestaría alguien desde el otro de la pared? Una de las casas frontera con la mía está ocupada por una familia con tres hijos. Es una familia recta. Es una familia cuyos hijos son pequeños. La niña, que es la mayor, no tendrá más de trece años. El pequeño debe de andar por los dos. La mujer es guineana y se nota cierto aire tradicional en la forma que tiene -o que intuyo que tiene- a la hora de educar a los niños. También el padre parece tradicional. Nació en Aguilar de Campoó. El padre a veces grita. Pocas veces. Con razón, creo, cuando lo oigo. Pienso, Debe tener razón. Es un hombre con cara de pájaro y aires de pájaro y lo curioso es que su gran afición es la ornitología. En su casa suele haber pájaros. Ahora tiene tres canarios. Dos hembras y un macho. Creo que me dijo. Quizá sea una invención. Tampoco importa. ¡Qué contingencia la nuestra! ¡Qué chiquitas nuestras aficiones! A mí siempre me gustó que mi ropa íntima fuera suave, sugerentes sus formas, eróticas sus confecciones . Me he gastado miles de euros en bragas, corpiños, sostenes, enaguas, combinaciones. Me gustan el tul, la seda, el lino y el algodón (no sé si por ese orden. Esa será tarea para mañana. Decidir por orden de placer la jerarquía de los tejidos). Aficiones que no podrán entrar en la tumba. ¿Cuál será el gesto de mi muerte? ¿Tendré un bello gesto si muero ahogada? En el suelo. Si tardan días en descubrirme, mi perra Flora se habrá comido mi cara. Nada me gustaría más que si muero sirviera de alimento a mi perra Flora. ¡Cuánto hemos pasado juntas!
La vida se escapa entonces. Tengo la hermosa sensación de que la humanidad sea un árbol y que este contagio no sea sino la forma que tiene Naturaleza de podar este árbol que se está haciendo demasiado acaparador. Desearía que fuera Naturaleza la creadora de esta destrucción (aunque si el patógeno hubiera sido creado en un laboratorio también sería obra de Naturaleza su invención pues hasta el matraz es en última instancia creación de la Creación).
Creación como mujer. Creación como sabiduría. ¡Qué gran colapso de almas muertas se va a generar en las orillas de la Estigia! Y tú, Caronte, no dejes de cobrar tu moneda. Si voy pronto te ofreceré dos de oro: una por mí y otra por una nutria que jugó conmigo hace años en un regato. Al norte. Entonces en los regatos de los bosques había agua. La nutria se bañaba y me dejó acompañarla. ¡Dos monedas de oro te ofrezco, Caronte! Por Flora no te preocupes, ella sabe muy bien dónde tiene que ir.

Narrativa

Tags : Apuntes Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/03/2020 a las 17:31 | Comentarios {0}



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