Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
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¿Cómo fue? Deberías empezar a contar la historia. Lo tienes en tu cabeza. Sabes el principio. Conoces su nudo. Se produjo el desenlace. [...] volvieron las cargas, volvieron las aspas de los helicópteros mientras muy lejos de allí se acababa de abrir el cielo y surgía en la oscuridad de un cielo -que era el velo del paladar de un dios antiguo- una grieta por la que se colaba el fuego exterior, el que rodea a la cuasi absoluta oscuridad de nuestro universo [...] porque la física cuántica ejerce su ministerio también en nuestros cuerpos, somo composiciones de quarks y no deberíamos temerlo como tampoco habremos de temer estar dispuestos sobre una malla espacio-temporal en la que realmente no existen las flechas unidireccionales y así, ¡oh, sí! tenemos que aceptar que eso que llamamos futuro determina tanto nuestro presente como lo hizo el pasado y que el pasado no puede por menos que ser influido por este presente que en ese momento pasado era en realidad futuro y el futuro... juegos de la física cuántica... ¿qué influencia está ejerciendo sobre en mí en este día 16 de noviembre del año 2023 de la era común la destrucción de un enclave de fosfato que se empezará a explotar dentro de sesenta y tres años cuando esta supuesta unidad -unidad cuando menos en cuanto membrana que cierra en apariencia y otorga la misma a un conjunto cuatrillonario y más y más y más de elementos- que además llevará ya muchos años criando malvas -según, por supuesto, nuestra percepción de la existencia-? [...] el fascismo vuelve a Europa y siento que mi emoción se agita cuando recuerdo lo que llegué a vivir [...] ¿Deberías empezar a contar la historia que ya conoces? ¿Deberías seguir con este cuasi monólogo que intentas encubrir de todas las formas posibles [...]? composiciones cuánticas, cierta tribulación [...] Las segadoras de Millet.
 

Ensayo

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/11/2023 a las 17:14 | Comentarios {0}



[...] quizá descubrió algo (sí -se dijo- son algas las que tiene en el pecho, algas venenosas, algas microscópicas; yo entiendo que él no las vea, nadie en su sano juicio querría reconocer que su pecho está invadido por algas venenosas y microscópicas) que la obligó a alejarse de esa manera; el influjo de una ideología o el fruto de un error o la verdad (sólo que él no sabe, el sujeto del abandono, sobre el que recae esa acción, ése no sabe por qué se le está apartando); es más al sujeto de esa acción le nacen en el hígado, en la vesícula biliar, en las arterias, en las gónadas, en las circunvoluciones cerebrales, en el bulbo raquídeo, en la médula espinal, en los dedos de los pies, en la piel del codo, tras la oreja, en el cuero cabelludo, en el martillo y en el yunque, en la apófisis de la cadera, en la cabeza del fémur, en los meniscos, en los cartílagos, en las membranas de todas y cada una de sus células, en las dendritas, en los axones, le nacen en las uñas y en las cutículas, en el lóbulo derecho y en los alveolos izquierdos, en las aurículas, en la vena esplénica, en el colédoco, le nacen en los riñones y en sus cápsulas superiores, en los filamentos de su ADN, en la totalidad de su ARN Mensajero, en el alma de sus mitocondrias o en el pedestal de su empeine, le nacen, decimos, dudas de sí; ¿no ha sabido amar? ¿está haciendo lo correcto? ¿no sabe por qué ha llegado a esto? [...] ¡qué hermoso está! Las nubes grises y oscuras envuelven las cimas; el verde es gris; el agua corre a la vera del camino y arrastra consigo los restos del calor; el perro husmea, descansa, corre, muerde, está avizor, está en su medio; charcos en la tierra; a lo lejos rebuzna un burro y un ternero parece exigir leche [...] ¿Tan lejos? ¿merecerá la pena? [...] en teoría ¿será eso: algas venenosas y microscópicas en su pecho?
 

Ensayo

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/11/2023 a las 13:57 | Comentarios {0}



¿Tiempos convulsos? (esa mano sería la convulsión si se posara en la suya y se acompañara el gesto con otro de los labios en los que se quiere manifestar pesadumbre y fatum; o el atardecer que se ha convertido, en el último suspiro, en una leve coloratura morada en el cielo; o si le hubiera llegado la voz que espera, una voz que sonriera, una voz que se abriera a la esperanza; o si fuera la nieve en la cumbre de la montaña de allá, la que está tras las primeras, las que no tienen nieve y tienen menos altura; también la vida se volvería convulsa si naciera el norte en cualquier sitio que no le correspondiera; esas convulsiones no laceran) ¿Tiempos convulsos que nos obligan a fijar la atención? ¿Qué queda difuminado? ¿qué se pierde nuestra atención? (convulsión si el cosmos se alterara o si el James Webb hallara en alguno de los confines que está atravesando un yacimiento infinito de madera; convulso si al abrir los ojos se encontrara con su personaje frente a frente y supiera la forma de desnudarlo y tuviera la capacidad, milagrosa, de aliviarle sus pesares y luego, arcádico, lo arrullara en su regazo, blando como la pradera, oloroso como el rosal en octubre) ¿Quién quiere los tiempos convulsos? ¿Quién busca camorra? ¿Quién alza los gritos a los cielos? ¿Quién blande el puñal? ¿Quién el bastón? ¿Qué buscan hurgando en nuestra ira? ¿Quiénes? ¿Qué se prepara? ¿Qué se anuncia? ¿Por qué cualquier suceso parece ser la chispa que encenderá la hoguera de una nueva época totalitaria sobre la tierra, sobre las sociedades humanas, sobre cada mujer y cada hombre? (convulsión si por fin supiera aplicar cierta sabiduría a sus deseos; convulsión de la buena si se atreve a mirar a su destino y lo reta sentándose a esperar que llegue, sin juicio, sin expectativa, sin justificación, sin queja; convulsión si acaricia el pecho de la mujer que le quiere, es por la tarde, fuera la luz es un prodigio y vuelan ajenos a ese amor los halcones; convulsión si le canta una canción y suena su voz a tiempos muy antiguos, eones, cuando aún las proteínas no habían intentando la membrana) ¿Volverá el hombre escarlata? ¿Habrá autos de fe? ¿Serán paseados los reos por las avenidas para escarnio y aviso a las poblaciones? ¿Será obligatorio acudir a las ejecuciones? ¿Los habrá valientes que desobedezcan la orden? ¿A qué castigo serán sometidos? (real la convulsión ante la salida de la estrella que trae de su mano la mañana; convulsión el orgasmo; convulsión la buena nueva; convulsión de los hurgalios ante la enésima frase que describe con precisión un acontecimiento planetario; convulsión, sí, y casi atroz, la llegada de la noche en el jardín). ¡Por Atenea, que no vuelva a morir la inteligencia!
 

Ensayo

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/11/2023 a las 18:42 | Comentarios {0}



Leía el otro día en el tomo X de la Antología de poetas líricos castellanos escrita por Marcelino Menéndez Pelayo, los posibles ascendientes de Boscán. Pensó luego en transcribirlo. Se entretiene en su nuevo escritorio. Más monacal. Más pequeño el mundo. Cómo va de una mesa a otra. Siente como una gran incógnita el sentido de estar vivo. Lo relaciona de inmediato con una lagartija que habita el interior de un murete del jardín; un murete que se encuentra a la izquierda suya mirando él de frente a la ventana. Una ventana sí que ofrece un paisaje singular. Romántico. A pesar de haberse levantado tarde ha seguido ordenando libros en las baldas. De repente echa de menos uno, lo busca, no lo encuentra, se dice que mañana, con más luz, La ciudad de Dios  Agustín de Hipona. Lo encontrará. Lo colocará. ¿Faltan tantas cosas? ¿No falta ninguna? No sea necesario nada. Sólo la calma que le ofrecen los lomos de los libros. Las colecciones. Las librerías. Las baldas voladas. El tablero tras él anclado a la pared mediante un par de escuadras. Bricolaje. El tajo con el cúter ya casi ha sanado. La sangre. El espacio. El silencio. Los días nublados. La historia universal de las cifras escrita por Georges Ifrah. También ha vuelto. También lo ojea. Aquella anécdota con los niños que le lanzó -a Ifrah- a un viaje por todo el mundo en busca de los orígenes. Lo dirá: las cifras no son las matemáticas. Vuelta. Escritura. Ajax tragedia escrita por Sófocles. Pobre mío. ¿Qué haces, héroe entre ellos, a hachazos en la majada? Vuela el sueño de un hombre loco. Se bambolea el mundo un día más. No sabe cuándo se hizo palpable la antipatía. No sabe por qué no quiere actuar (y al mismo tiempo: el paseo muy largo esta mañana por los caminos abiertos de las eras, la colocación de los libros, coger el coche e irse al pueblo más cercano para comprar víveres y combustible, hacer la comida, fregar, colocar las cosas, encender la estufa, comer, descansar un poco, fregar de nuevo, hacer el café de la tarde, leer, escribir, resolver problemas de táctica, hablar con L., sugerir). Es posible que mañana o en treinta segundos haya muerto. No la habría vuelto a ver. Lo sabe. Lo piensa en ocasiones. Es una herida. No la cierra. Por mucho que lea. Por mucho que contemple a través de la ventana los colores de la tarde. Por mucho que duerma en un silencio semejante al que hará entre Orión y Casiopea o como aquel que se produce entre dos inspiraciones profundas. Las de un héroe quizá. Las de un suicida. O -por qué no- las de un Titán dormido.
 

Ensayo

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/11/2023 a las 19:50 | Comentarios {0}



Desde las manos se lo decía [...] El mundo entero o medio mundo [...] A veces, muy pocas, reía con sus chistes malos; uno decía, en las salas de espera de los oftalmólogos se lee muy poco [...] también el inicio de un cuento, Esta tarde hemos enterrado a mi suegra en el jardín, quizás aquí, previamente se podría poner una nota aclaratoria que dijera, Basado en un hecho real [...] Así lo haría, con las manos todo, una expresión matizada, una expresión experta [...] es lo que significa, es una melodía, también el ritmo distinto [...] lo dejará descansar hasta mañana [...] hacer con él [...] la noche había llegado al camino [...] renunciar es un verbo conflictivo [...] era la música, un acento y si lo quisiera un silencio de lugar remoto, gran desierto, altura sideral, vacío absoluto, universo en una pequeña habitación de una casa de aldea. La oscuridad de las noches de las montañas. La ausencia casi absoluta de sirenas. El no gentío. El trajín de las pequeñas cosas [...] eso que ocurre en la calles de las grandes ciudades y que no supone ni anécdota: un tropiezo, un estornudo, un aroma, un lapsus, un olvido, un escalón, la repentina iluminación de un escaparate [...] ¿esas cosas?
 
Una escena de teatro Kabuki. Japón ca. 1865
Una escena de teatro Kabuki. Japón ca. 1865

Ensayo

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 13/10/2023 a las 20:09 | Comentarios {0}


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