Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Sabes que llega ese momento. Es más, en realidad, sabes que vuelve.

Perderte cuando vas a donde crees no querer ir ¿Estaba mal señalizado?

¿No quieres ir? Vas. Lo consigues.

No has visto ni un gesto, bueno, sí, recuerdas a una mujer mayor que te ha servido un café con leche.

Luego vuelves y el cielo está gris.

Algo hay sin tensión en ese cielo y en el sonido apagado de la ciudad.

Vuelves y el sabor de la comida te desagrada. Y entonces te das cuenta de que ha llegado, de que ha vuelto. Y sabes que vas a tener que convivir con ello, unos días. Porque dura unos días.

Te planteas si hay que luchar o no o, si como dice el principio, La vigilia todo lo disgrega y el sueño todo lo unifica.

Ahora, ya la noche, bulle en tu interior una carta. Sabes que terminarás escribiéndola. Hoy no será. Tiene que pasar, te dices, y al mismo tiempo te dices también que porque ha llegado ha surgido la idea de esa carta.

Luego giras en tu silla y piensas en una distracción.

Conoces algunos remedios. Podrías -piensas- poner uno de ellos en práctica. Quizá lo hagas, sí, quizá.

Ayer fuiste amable.

Hoy ha vuelto.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/11/2009 a las 18:45 | Comentarios {0}


Federico García Lorca & Jean Moulin
En el País Semanal del domingo 22 de noviembre, escribe Javier Marías un artículo titulado El folklore de los huesos insignes en el que defiende la decisión de la familia Lorca de impedir que los huesos del poeta sean reconocidos y reciban los honores que se merecen aduciendo razones espurias por parte de los poderes del Estado y de ese cuarto poder que es la prensa.
Me suelen gustar los artículos de Marías y sobre todo me gusta lo antipático que es (en realidad me gustan muchas personas antipáticas) y lo directo a la hora de criticar cualquier asunto. Este artículo es uno de los pocos en los que no estoy de acuerdo con él ni con la familia. E intentaré explicarme.
Fue Ramón María del Valle-Inclán, otro gran antipático y el mejor autor teatral del siglo XX español, el que dijo que -si en su mano estuviera- lo primero que haría sería abolir el derecho de herencia. La herencia -evoco de memoria- es el gran argumento del capitalismo y del patriarcado. La herencia es el cáncer de la sociedad, la que le impide progresar. Es evidente que muchos no estarán de acuerdo con esta idea (y menos, claro, los que vayan a heredar). En el caso de las personas ilustres la cosa se complica porque la herencia no es tan sólo una cuestión material sino en ocasiones también se hereda una cuestión simbólica. Este es el caso de Federico García Lorca el cual no sólo se ha convertido en el poeta español del siglo XX sino en un símbolo contra la barbarie fascista, contra la injusticia en el mundo, contra el asesinato ideológico. Por supuesto que no conozco la intimidad del pensamiento de Lorca pero no sería muy arriesgado pensar que como artista buscó el reconocimiento del público y la gloria. La Historia le colocó además en otro lugar prominente: Mártir del Fascismo.
Yo conocí la historia de Jean Moulin gracias a Caroline una buena amiga y traductora al francés de algunos textos de Federico García Lorca, además de ser una persona comprometida en causas políticas. Bien, Jean Moulin es el Héroe de la Resistencia Francesa, el cual fue torturado antes de morir por los nazis sin que consiguieran con sus torturas que hablara, siendo -como era- el jefe de la Resistencia, el que la había organizado, el que había conseguido coordinar a todos los partisanos para que, llegado el momento de la invasión de los Aliados, se encontraran con un Ejército en el interior, listo para intervenir. En el año 1964 Jean Moulin -que estaba enterrado como mandan los hombres en el cementerio de Père Lachaise- fue trasladado al Panteón de los Hombres Ilustres y André Malraux evocó su figura en un discurso emocionante cuyo pensamiento principal era: no dejemos que los niños y jóvenes de Francia olviden a hijos suyos, hijos como Jean Moulin.
Es evidente que si desconfiamos de los motivos de todos para colocar -no en los altares sino en Un Lugar de Símbolos (como ocurrió con el feísimo monumento a los muertos del 11 de Marzo. Nadie protestó, ni se indignó por el homenaje)- a Federico García Lorca en el lugar que la Historia -no él- le ha puesto, no hay lugar para este desacuerdo por mi parte pero si hubiera un sentimiento profundo, un reconocimiento de la necesidad de la memoria, un lugar donde Lorca y todos los lorcas y todos los descendientes de éstos pudieran acudir no para recordar al Lorca particular sino para recordar y saber lo que la barbarie genera, monstruos, y para rendir homenaje sincero, sí, sincero, a todos aquellos que sufrieron o murieron defendiendo la dignidad del hombre, entonces no sé qué tienen que decir las sobrinas, tías o primas de tal o cual Símbolo/Persona porque ya no les pertenece, porque ya no es de su rama genealógica sino que se ha convertido en Hoja Favorita del árbol humano.
Quizás es que a los españoles nos falta La Grandeur o los tiempos nos han llevado a desconfiar de todo y todos y ya nada puede ser puro, ya nada puede redimirnos de aquella guerra asquerosa y a cada intento de saber, de reconocer se pone como traba la maldita ley de la herencia.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/11/2009 a las 09:59 | Comentarios {0}


Héroe de Georg Grosz
Héroe de Georg Grosz
La oscilación. Vieja y sabia teoría.

Porque me llega la sensación de aquello que los marxistas de los años sesenta llamaban tener el espíritu burgués, problemas pequeños-burgueses, cosas de los sentimientos y eso...

Ciudad de Dios habla de otros problemas no sé si con mayor eficacia, no sé si son más importantes. Son otros problemas.

Como si no quisiera escribir de eso que también me inquieta o me inquietaba.

A veces lo pienso. Quizás ya no me inquiete tanto.

Escribir sobre la inmigración o sobre la corrupción o sobre la economía o sobre la explotación del hombre por el hombre o sobre las hambrunas o sobre las guerras.

Derivar hacia eso.

La mente forma parte del pasado de uno -me dijo ayer una buena amiga- porque la mente sólo puede pensar el pasado. La mente no puede con el presente ni con el futuro. El pensamiento, por lo tanto, es siempre sobre algo que ya fue.

Hay un hombre negro y hermoso pidiendo a la puerta de la tienda de comestibles donde suelo comprar el pan y las cervezas. Imagino su viaje hasta aquí. Sus ojos brillan y tiene una sonrisa inmensa y siempre sonríe, siempre sonríe, sonríe de veras.

O el otro día cuando se habló de Franco y alguien lo alabó y yo no pude callar y sobre todo no pude reprimir mi indignación. Quisiera por una parte reprimirla y por otra esa vehemencia me dice que todavía estoy, soy, que todavía siento asco ante la injusticia, ante el fascismo.

Joy Division fue el nombre que se daba a los barracones dedicados a la prostitución en los campos de concentración nazis y fue el nombre que tomó el grupo de Manchester en los años 70. Cuando se aplica el término posmodernismo para justificar el nombre del grupo no acabo de aceptarlo.

El entorno y la personalidad. Esa es otra posibilidad.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/11/2009 a las 00:24 | Comentarios {0}


¿Cómo se puede alejar una persona de lo más amado y justificarlo más tarde?

Ese dolor, esa distancia, se irá agrandando con el paso del tiempo.

Hay que tener un corazón falso para alejarse de ese modo y no reconocer que el error pudo ser inevitable pero fue, en esencia y en existencia, un error.

La niebla que va cubriendo esa distancia no la altera.

Los nuevos sucesos no la encubren.

No se puede perdonar. Es falso. Cuando se ha producido el daño ese daño se vive, es imperdonable. Lo que se puede perdonar es el recuerdo de ese dolor.

(Párrafo auto-censurado)

Voy a vivir hoy. Lo voy a seguir intentando ayudado por la música de Mozart, los ojos de Violeta, el recuerdo del futuro que me invento y que no deja de ser una simple proyección de lo que nunca hubo en mi pasado.

En este noviembre, recién estrenados mis cuarenta y nueve años.

Prius mori quam foedari es el lema de mi escudo familiar.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/11/2009 a las 12:23 | Comentarios {0}



Dos son los pecados capitales del hombre: la impaciencia y la pereza (Franz Kafka)

La paciencia es una bebida amarga que sólo los más fuertes pueden beber (Anónimo)

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/11/2009 a las 08:14 | Comentarios {0}


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