Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Motherwell
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A mí me llamó la atención el título del libro Sobre la Historia Natural de la Destrucción, escrito por W. G. Sebald editado por Anagrama. Tengo, en mi ánimo, una tendencia hacia el estudio de este tipo de condiciones humanas, comprender el ánimo de destruir, comprender la destrucción de un ser humano por otro ser humano. Incluso sentí la tentación de establecer una clasificación de las formas de destrucción al más puro estilo de Aristóteles, el Gran Clasificador. Menos mal que no soy Aristóteles ni nada que se le parezca y por supuesto dejé la clasificación para momentos de mayor molicie mental.
El libro resulta ser una post-visión de la destrucción de Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial. Y una reflexión acerca del silencio que en la propia Alemania produjo esta destrucción, como si ésta fuera natural, es decir merecida, como si todo un pueblo mereciera el castigo de tres millones de toneladas de bombas sobre 131 ciudades, la muerte de 600.000 ciudadanos, la destrucción de siete millones de casas, la hambruna y el horror por la decisión de sus líderes (es cierto que votados por una mayoría de ellos) de atacar a otros e instaurar un imperio - de razas superiores y legiones entregadas. De ideología guerrera y exaltación del macho. Denostoso con el intelectual y ensalzador del siervo- que duraría mil años.
Un pueblo no es un individuo. Yo no creo que se pueda dar una imagen real del sufrimiento de un pueblo sino se ejemplifica con el sufrimiento de uno sólo de sus individuos. El silencio del pueblo alemán tras ser masacrado demuestra su destrucción, como es su destrucción el relato de una mujer polaca, testigo en los juicios de Nuremberg, que permaneció bajo un montón de cadáveres, entre ellos sus cuatro hijos el más pequeño con tres años, el mayor con nueve, todos ellos asesinados por las SS, ella también asesinada sólo que no la mataron y estuvo con una herida que le abría el cráneo, durante toda una noche y todo un día y al final salvó la vida de forma insospechada. Esa mujer polaca, ante el tribunal, estaba destruida, era las ruinas de su propio haber sido sólo que en este caso, a diferencia de las ruinas de la ciudad de Dresde, no se podía reconstruir. Un ser humano destruido no se puede reconstruir.
¿Cómo se comprende la destrucción por parte de los Aliados? o como pregunta Sebald en su libro, ¿Por dónde habría habido que comenzar una historia natural de la destrucción? ¿Por una visión general de los requisitos técnicos, de organización y políticos para realizar ataques a gran escala desde el aire? ¿Por una descripción científica del fenómeno hasta entonces desconocido de las tormentas de fuego? ¿Por un estudio patográfico (patografia: estudio de los estados morbosos) de las formas de muerte características? o ¿Por estudios psicológicos del comportamiento sobre el instinto de huida y el retorno al hogar?
Me surge otra pregunta: ¿Qué se quiere destruir con la Destrucción? ¿Quién y Qué? Yo respondería: La Destrucción la crean grupos y su intención es destruir otros grupos. Y me explico. Para ello, permitidme que me vaya un poco lejos, Simone de Beauvoir en su libro El Segundo Sexo escribía, hablando de la condición de la mujer, que una de las luchas exclusivas de la mujer era entre su ser como individuo y su ser como generadora/portadora de la especie. La mujer lleva en sí la carga de concebir la Especie pero ese concebir la Especie entra en conflicto con el ser individuo porque ser individuo conlleva negarse a ser Especie. Viene a colación esta idea porque hay un momento en que las personas dejan de ser individuos para ser grupo. El ejemplo más clásico sería la muchedumbre, una masa sin rostros formada por rostros. Un grito unánime de la muchedumbre que surge de mil gargantas. Un acción de la muchedumbre que es la acción de cada uno de sus integrantes. La guerra, por lo tanto, anula en la mayor medida posible le esencia de individuo de un enemigo y lo convierte en tan sólo una parte, insignificante, de ese monstruo deforme y amenazador que es El Enemigo. En la guerra, por lo tanto, no debe haber intrahistoria, sólo debe haber Historia.
Los aliados (sería mejor decir El Grupo Aliados) por lo tanto querían destruir, aniquilar, al Grupo Alemán/Japonés. Y por los resultados parece ser que lo consiguieron. Desde entonces los alemanes no han buscado a otro Hitler. Porque afirmo para los grupos lo que ya dije sobre los individuos: Un grupo destruido no se puede reconstruir.

Ensayo

Tags : Archivo 2008 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/12/2008 a las 10:57 | Comentarios {0}



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