Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Fotografía de Evelyn Richter
Fotografía de Evelyn Richter

He de despedirme
Soy un impostor
La noche me lo ha dicho
El aullido del perro que vive mis traiciones me ha avisado
Si yo hubiera sabido que mi destino era éste
No quise ser un falso
No busqué, desde la conciencia, traicionar a nadie
pero mis pies son de barro
mi conciencia escasa
mi conocimiento nulo
mi culpa absoluta
por no haberme formado
por haberme entregado a la estrellas y a unas contemplaciones estúpidas que nada me enseñaron.
¡Manos, cómo pudisteis estar tan sucias! ¡Corazón, cómo no clamaste más alto! ¡Erial es mi cerebro! A nada alcanzo yo que hasta ayer hubiera podido defender la existencia del átomo o con pasión habría hablado de la nueva especie que nace en mis entrañas, una bacteria plateada y larga casi con alas. Sí, hasta ayer me habría defendido de los ataques, habría gritado mi inocencia, me habría puesto en manos de los justos, de aquellos que se llaman justos, de aquellos que se quedaron quietos bajo la higuera o bajo la palmera o a pleno sol o en mitad de una luz azul de luna. Hoy ya no. Hoy no podría plantarme ante la asamblea de los acarnas para defender mi postura porque sé que todos sabrían dónde mirar y ahí, en ese centro justo de mi impostura, lanzarían como flechas sus acusaciones y yo me vendría abajo y caería de bruces y besaría la tierra rogando perdón. Porque no soy de fiar. Porque he traicionado la confianza de mis pares. Porque he ocultado en vasto amor el angosto pasaje del deseo. Porque mis lágrimas eran de sal y mar. Porque mi abrazo destilaba olor a sudor. Porque se me crearon llagas en la lengua. Porque sembré el mal allí por donde pasé.
Si me lapidarais
Si me evitarais el veneno.
Si dejarais de mirarme con desprecio entonces la noche sería mi compañera, un último viaje emprendería este narrador que ya ni sabe expresarse, este falso amante, este niño viejo, este baboso viejo. Os ruego que no tengáis piedad. A pedradas expulsadme. Con insultos acunadme. Arrancadme las tetillas con tenazas de hierro al rojo vivo. Azotadme las espaldas. Quemadme vivo. Me he descubierto. Me habéis descubierto. Sicofanta soy. Lo merezco.
 

Cuento

Tags : Cuentecillos Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 28/09/2024 a las 12:11 | Comentarios {4}



Comentarios

1.Publicado por R. el 30/09/2024 12:45
"Elogio al deseo" sería un buen epitafio. Pero todavía tu cuerpo no está muerto. Quizás quepan más frases en tu lápida...

2.Publicado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 30/09/2024 13:16
¡Qué hermosos enigmas planteas en tus comentarios! y ¡qué sugerente la última frase! Parece el final del cuento de un personaje que no sabe que no murió.
Abrazos siempre, querida R.

3.Publicado por Fernando Huesca el 01/10/2024 11:58
Pagafantas en alguna ocasión pero Sicofanta no creo qué lo seas

4.Publicado por Fernando Loygorri el 01/10/2024 21:30
Recuerda, querido amigo, que al igual que cuando interpretas un personaje, no eres el personaje, el narrador no es necesariamente el escritor. Siempre agradecido por tus comentarios.

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