Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Fotografía de Fernando Loygorri
Fotografía de Fernando Loygorri
¿Cuántas veces se nace? ¿Una vez al año? ¿Tres veces en la vida? ¿Cada día al despertar se nace? El tiempo y su milagro parecen renovarse y decaer casi segundo tras segundo u hora tras hora, según las medidas.

¿Cuántas veces se tiene la sensación de no saber nada? Siempre he pensado que cuando Sócrates dijo (o Platón dice que dijo) Lo único que sé es que no sé nada, debió de sentir tristeza y desasosiego por mucho que la mayeútica quisiera partir de su desconocimiento para llegar al conocimiento del discípulo. En el fondo su forma de enseñar lo que no sabía era una ironía. Ironía socrática según explica Alexander Nehamas en su libro El Arte de Vivir que lleva como subtítulo Reflexiones socráticas de Platón a Foucault y está editado por Pre-Textos.

¿Encierra una ironía el preguntarse cuántas veces se nace? Porque se nos dirá que sólo se nace una vez y como mucho se producirán renaceres a lo largo de una vida. Sin embargo mi ser alberga la sensación de haber nacido más de una vez. De realmente no ser yo -este yo presente- el mismo ser que puedo ver en las fotografías de cuando era niño, de cuando era joven, de cuando era adulto. Es decir no es la distancia lo que marca la sensación de ser otro sino la presencia de algo distinto, otra vida, otra forma de encararla. No sé si realmente existe continuidad en los días. No me atrevo a afirmar solemnemente que ayer fue 14 de noviembre y mañana será 16 y luego 17 y antes 13 y que el año pasado fue el 2007 y el siguiente será el 2009.

Quizá sea la Teoría de la Relatividad, la curvatura del espacio/tiempo, esa no linealidad demostrada mediante ecuaciones matemáticas -el más inexorable de los lenguajes humanos incluso con la teoría de Gödel por delante- quizá sea el nacimiento de las células del cuerpo en un cotinuum llamado vida, un nacimiento que implica la muerte de otras células.

Cada siete años si mi memoria no me falla todas las células del cuerpo son nuevas excepto algunos millares de neuronas que son las que nos dicen que somos el mismo cuando en realidad las únicas que son las mismas son ellas porque las células de todos los demás sistemas de este ente donde están encerradas las neuronas que hacen de mí la consciencia de ellas, son otras. Luego si la mayoría de mí nace cada siete años no puedo por menos preguntarme cuántas veces he nacido.

Y cada siete años ¿cómo? ¿Todas cambian al unísono o hay unas células que viven más y otras menos, por ejemplo son más duraderas las células hepáticas que las células de la dermis? Lo que querría decir que el proceso total de regeneración celular se produce cada siete años. Lo que implica que nacemos casi constantemente o que nunca acabamos de nacer del todo cuando ya estamos muriendo.

Diario

Tags : Archivo 2008 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/11/2008 a las 13:16 | Comentarios {1}



Comentarios

1.Publicado por César Delgado el 15/11/2008 23:39
Es la misma pregunta que surge de leyenda de los argonautas, que concibe el ser de las cosas de una manera no estática, en perpetua evolución y que seguramente sea muy acertada para describir la realidad en la que nos movemos.
Acerca de la pregunta que haces sobre ¿cuándo nacemos?, podríamos tirar del hilo en sentido contrario y acabar deduciendo que, visto así, en realidad nunca, puesto que son infinitas hacia atrá en el tiempo las causas de todo orden que son determinantes para nuestra existencia. Sin embargo, con una mirada más pragmática, yo diría que nacemos en el momento de cobrar la conciencia que va a ser común a todo el proceso posterior que finalizará también con el fin de dicha conciencia, más que con la muerte física. Es probable que esa conciencia resida efectivamente en ese par de neuronas de las que hablas.
La imagen me parece fantástica.

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