Agradezco a Leonor Langa sus explicaciones acerca de la nutrición emocional.

El cerebro crea la mente. El miedo reside en la mente. Luego el cerebro crea el miedo. Junto al miedo podrían colocarse palabras como peligro, riesgo, amenaza. Advertiríamos entonces un algo previo al hecho que nos produce miedo.
El miedo es una perturbación del ánimo (¿qué es perturbación? ¿qué es ánimo?) por un mal que realmente amenaza o que se finge (en la imaginación)
Olvidan muchas definiciones un hecho: el miedo es mecanismo de la mente que provoca que el bien no se cumpla. Es decir, el miedo no es sólo defensa contra el mal sino también ataque al bien. El bien es lo adecuado al ánimo para vivir.
Y ahora volvamos al cerebro crea la mente. En la infancia, según el método científico, se crean las sinapsis neuronales en base a las experiencias que vive el niño. Las sinapsis neuronales creadas son la mente. Una sinapsis neuronal se puede definir por lo tanto como una asociación. Si en la infancia el niño es nutrido con un biberón emocional de miedo, el niño asociara que el miedo es lo que le alimenta y creará una asociación que dirá: el miedo es alimento de vida. Su mente, por lo tanto, creerá que el miedo es un alimento.
Cuáles sean las causas por las que la figura nutricia (padre, madre, abuelo o cuidador) alimente con la sustancia del miedo al niño, no son importantes para el niño. Aunque de hecho casi siempre nos convirtamos en víctimas de esas causas y achaquemos a esas causas nuestra desgracia. O incluso estemos conscientemente ignorantes de ese alimento. Mientras actuemos de esa forma seguiremos alimentándonos del miedo con el que nos nutrieron.
La tarea para reconvertir el miedo en equilibrio consistiría primero en aceptar que el miedo es nuestro alimento y que ese alimento no lo es en realidad sino que es el veneno que nos impide desarrollar nuestra vida con equilibrio. El segundo paso sería considerar el abrazar la idea de que nadie es culpable. Que nadie tiene culpa (ni la figura nutricia ni el que padece el miedo). Que no sabemos las causas por las que la figura nutricia nos alimentó de miedo y ante todo que esas causas no importan. El tercer paso consistiría en ayudar al cerebro, desde la mente creada por él, a que generara nuevas sinapsis, nuevas asociaciones que anularan el miedo como motor de la vida. Es decir que el cerebro creara una nueva mente desde la mente que creó.
La sustancia del miedo es aquella que el cerebro crea con experiencias de maltrato y que conforman una mente que cree que sólo sintiéndose maltratado se puede seguir viviendo.
El miedo es una perturbación del ánimo (¿qué es perturbación? ¿qué es ánimo?) por un mal que realmente amenaza o que se finge (en la imaginación)
Olvidan muchas definiciones un hecho: el miedo es mecanismo de la mente que provoca que el bien no se cumpla. Es decir, el miedo no es sólo defensa contra el mal sino también ataque al bien. El bien es lo adecuado al ánimo para vivir.
Y ahora volvamos al cerebro crea la mente. En la infancia, según el método científico, se crean las sinapsis neuronales en base a las experiencias que vive el niño. Las sinapsis neuronales creadas son la mente. Una sinapsis neuronal se puede definir por lo tanto como una asociación. Si en la infancia el niño es nutrido con un biberón emocional de miedo, el niño asociara que el miedo es lo que le alimenta y creará una asociación que dirá: el miedo es alimento de vida. Su mente, por lo tanto, creerá que el miedo es un alimento.
Cuáles sean las causas por las que la figura nutricia (padre, madre, abuelo o cuidador) alimente con la sustancia del miedo al niño, no son importantes para el niño. Aunque de hecho casi siempre nos convirtamos en víctimas de esas causas y achaquemos a esas causas nuestra desgracia. O incluso estemos conscientemente ignorantes de ese alimento. Mientras actuemos de esa forma seguiremos alimentándonos del miedo con el que nos nutrieron.
La tarea para reconvertir el miedo en equilibrio consistiría primero en aceptar que el miedo es nuestro alimento y que ese alimento no lo es en realidad sino que es el veneno que nos impide desarrollar nuestra vida con equilibrio. El segundo paso sería considerar el abrazar la idea de que nadie es culpable. Que nadie tiene culpa (ni la figura nutricia ni el que padece el miedo). Que no sabemos las causas por las que la figura nutricia nos alimentó de miedo y ante todo que esas causas no importan. El tercer paso consistiría en ayudar al cerebro, desde la mente creada por él, a que generara nuevas sinapsis, nuevas asociaciones que anularan el miedo como motor de la vida. Es decir que el cerebro creara una nueva mente desde la mente que creó.
La sustancia del miedo es aquella que el cerebro crea con experiencias de maltrato y que conforman una mente que cree que sólo sintiéndose maltratado se puede seguir viviendo.
Comentarios
Nuevo comentario:
Ventanas
Seriales
Aforismos
Agosto 2013
Apuntes
Archivo 2008
Archivo 2009
Asturias
Citas del mes de mayo
Colección
Cuentecillos
Derivas
Desenlace
El Brillante
El espejo
El mes de noviembre
El viaje
Escritos de Isaac Alexander
Haiku
Jardines en el bolsillo
La Clerc
La mujer de las areolas doradas
La Solución
Libro de las soledades
Listas
Marea
Meditación sobre las formas de interpretar
Mosquita muerta
No fabularé
Olmo Dos Mil Veintidós
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
Recuerdos
Reflexiones
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Saturnales
Sincerada
Sinonimias
Sobre la música
Sobre la verdad
Sobre las creencias
Velocidad de escape
¿De Isaac Alexander?
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022 y 2023 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Ensayo
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/01/2013 a las 14:08 |