Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
De la cuerda, mi hija. Foto de Lucas (Julio 2014) retocada por Olmo Z.
De la cuerda, mi hija. Foto de Lucas (Julio 2014) retocada por Olmo Z.
Me entretengo en esta noche con un libro abierto donde se habla del río Crisorroas que corre escaso por las tierras de Lydia, o por mejor decir, Syria y que pasa por la ciudad de Damasco y se llama así, según explica Plinio en su libro 5 capítulo 18 por las arenas doradas que cobró de haberse lavado en él Midas rey de Lydia y que antes se llamó -el río- Pactolo; y también al navegar me detengo -áureo de luz; fuera la oscuridad; en esta cuerda tensada entre dos palos, uno se llama nacimiento el otro muerte, a una altura considerable de la tierra, pasado ya el centro del recorrido, apenas habiendo dado pasos atrás, habiendo perdido en muchas ocasiones el equilibrio, atraído por el abismo, nunca lo suficientemente valiente, en esta hora, escribo, mientras leo en el libro abierto, el martirio a San Cristóval -escrito en castellano antiguo, de cuando la ortografía no estaba fijada como ahora que ya todo es fijo e inflexible- que vale tanto como ferens Christum, el que trae a Cristo en su pecho, el cual cuentan las crónicas soportó con entereza de ánimo las cruelísimas torturas a las que fue sometido en la ciudad de Samo provincia de Lycia y finalmente fue degollado y está sabido que antes de morir pidió a Dios que en el lugar o comarca donde estubiese (también en castellano sin ortografía inflexible) su cuerpo sepultado, ni pestilencia ni hambre ni fuego hiçiesen daño. Hay otro Cristóval que padeció en Córdoba pero no es el mismo; como no lo es este día con respecto a los anteriores días, ni esta noche con respecto a noches muy antiguas cuando me llamaba Olmo y sentía que la soledad tenía la esencia de los caballeros andantes, los de las verdaderas novelas de caballerías no aquéllos que surgieron a la sombra de la mano de un escritor manco; leo que los Cruillas son unos caballeros muy nobles de Cataluña y también que Lucio Lúculo destruyó alevosamente la ciudad de Cuenca pasando a cuchillo a mujeres, niños y hombres sin dexar persona viva. Sin embargo Pero Ambrosio de Morales asegura que no fue Cuenca la ciudad así esquilmada sino la villa de Coca por ser el nombre antiguo Cauçia. [su cabeza brilla como el oro puro, sus cabellos son como las semillas de las palmeras, negros como el cuervo] No sabría decir más acerca de esto y sí asegurar y atestiguar aquí mi querencia por la vida, por este pedazo de suelo en el que me muevo entre tal vastedad de animales, plantas, minerales y alientos; atestiguar mi resistencia al adiós y admirarme sereno entre otros de mi especie hablando sin ton ni son de lo que ha de venir; tengo -aunque no lo quisiera, aunque huyera (si es que alguna vez no lo hice)- si fuera cierto una vena que lucha y se altera y luego me divierto escuchando la voz que viene de lejos y leyendo de nuevo la vida y milagros de Cristóbulo que fue un médico y chirurgo famoso. Sacó él una saeta a Philipo, rey de Macedonia, de un ojo, y le curó de manera que aunque perdió la luz de él no quedó con fealdad ninguna en el rostro como tampoco era feo en absoluto, más bien todo lo contrario Croco de quien se enamoró Smilace y huyendo de ella y esquivándola, los dioses le convirtieron en la flor de su nombre y a ella en otra flor dicha Smilax, algo semejante a la yedra, y en blancura y en color retira al Lirio. Así me jacto mientras observo las piezas en el tablero, todas tan hermosas y sucumbo como un principiante -siempre seré un principiante. A nada he llegado. De nada me envanezco si no sea mi desafortunada forma de pensar y mis escasos recursos a la gloria- al misterio de la posición, ésa en la que me quedaría a vivir hasta descubrir sus últimos secretos, la forma de su piel, la densidad de su fluir, el final si se quiere y como un Eróstrato cualquiera -el cual como sabréis fue un mal hombre desatinado, el cual por dexar de sí alguna memoria, aunque fuese con mala fama, se determinó quemar el templo de Diana en Efeso y sabida la intención con que lo hizo, se mandó por edicto que ningún historiador declarase su nombre. Podría traducirse en todo caso amigo de ejércitos- la quemaría al final -la posición- por darle si se quiere un aura de templo de diosa cazadora. Vale.

Ensayo

Tags : Sincerada Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/10/2014 a las 01:21 | Comentarios {0}


No podremos saber qué sentían las mujeres del harén, los oficiales, los administradores, los eunucos -tampoco podremos saber nunca si eran realmente eunucos- cuando eran enterrados junto al faraón en una ceremonia en todo semejante al sati que se siguió celebrando en India hasta bien entrado el siglo XX. No podremos saberlo porque en aquella época -la de los faraones- el individuo no existía. No había conciencia de Yo.

Este civilización occidental que ya no es cultura (Spengler. La Decadencia de occidente) glorifica la existencia del Yo como un elemento liberador cuando es, justamente, lo opuesto. Yo es piedra. Piedra dura, nada maleable. Piedra diamante. Carbón puro. Yo nos arrastra con su pesado fardo de pasado. Una y mil veces creemos verdad lo que no es más que reconstrucción, asomo de reverbero. Yo nos impide quedarnos quietos, acomodados en nuestro asiento de viaje cósmico. No nos deja ver el paisaje, ajenos a él. Puros observadores.

Piedra y más piedra. Monolíticamente erigido en base a una manipulación de los grandes creadores de opinión: las fábricas. La industria manufacturera.

Abandonar la pìedra y sentir como ya expresó ¿Shakespeare?: Quitarse la vida es perder el miedo a morir (Recogida de la película Belle Époque cuando Manolo -Fernando Fernán Gómez- observa al cura -Agustín González- colgado de la clave de su iglesia y con Del sentimiento trágico de la vida de Miguel de Unamuno en sus manos). Yo Piedra nos ata a este suelo, a esta angustia diaria, a esa sensación que ocurre una mañana de que algo he hecho mal -lo dice Yo- y ese hacer ha repercutido en otro y ese otro que también es Yo Piedra se defiende con todo el derecho y el sol achicharra y ahoga la respiración que no es Yo. El perro no sabe Yo. El perro no lleva esa piedra, se libró de esa piedra. El perro sí sabe viajar. El perro es Buda. O Buda buscaba la NoPiedra de perro.

Piedra-septiembre.

Piedra de cuerpo con límites. De pensamiento propio. Pensamiento Yo Piedra.

Ensayo

Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 06/09/2014 a las 12:03 | Comentarios {2}


Apuntes de Rooms by the sea de Edward Hopper
Apuntes de Rooms by the sea de Edward Hopper
El seis de diciembre de 1321...
Tengo ahora, después...

Cuidado, cuidado con los pastores de hombres... acaban necesitando perros...

O Hannah Arendt ¿qué se podría justificar?...
También hay un día en que una mujer en la cola del supermercado se ofrece a pesarte unos pepinos que a ti se te olvidó mientras tú puedes seguir metiendo los alimentos en las bolsas y luego, más tarde, te puedes sentir a gusto en el mundo y piensas que ese gesto de amabilidad por parte de esa mujer proviene de uno tuyo anterior cuando dejaste pasar a dos personas que llevaban muchas menos cosas que tú...

La conversación en la noche entre una joven y un hombre mayor...

El cuatro de febrero de 23...
La imagen, ¿el recuerdo? de Margarita Porette escribiendo sus propias copias de sus propios escritos... los que escriben para que de repente al atardecer, en un pueblo, una lectora exclame: No, no puede morir y se le salten unas lágrimas de emoción por la muerte de alguien que sólo existe en las hojas de un libro. ¿Existe otra forma más sublime de admirar al ser humano que aquella por la cual uno se pasma de la emoción que una lectora siente por la muerte de un ser que no existe?

Si pudiera transmitirle lo que le quiero contar
Transmitirle en su esencia la esencia

Alzar la voz esta mañana en la que el calor nos da una tregua y tomar sus manos (fuera canta el pájaro y un velo de nubes cubre un cielo caprichoso y azul. La fuente. La vida. El rostro. Su rostro entre mis manos. Callado luego) entre mis manos y recordar los versos de...

El 21 de abril de 1963...
¿Por qué desconfío de los pastores de hombres? ¿Por qué desconfío de los que tienen la fórmula para que todo vaya MEJOR?

¿Qué le ocurrió a su adn social? ¿Por qué ha llegado a desconocer radicalmente sus sentimientos y a ser incapaz de colocar aquí el amor, allí el sexo, acullá la cocaína, más allá la verdad y en un rincón la belleza?

Sobre las notas de una melodía establece sus sentimientos y el ritmo del teclado

Poco más hay que decir... no sabe explicar más... quisiera que fuera su mirada quien lo dijera todo pero habría de esperar a que la mirada del otro tuviera también la capacidad de recibirlo todo...

14 de noviembre de 1584...
Glorioso

2 de marzo de 1061
Avanzan los ejércitos por una llanura en cuyo horizonte se adivina una guarnición. Piafan las caballerías. Se acomoda un jinete sobre un codo y mira a la lejanía y sabe que la muerte tiene algo de atractivo como los tentáculos de la medusa en la mar limpia y atisba en la calima el invento de un instrumento musical que tuviera a los pies dos pedales y uno más, uno más...

El pastor de hombres ha de tener voz de mando y sorprende cuando un discurso se vende como un discurso nuevo y los viejos lemas causan en algunos hombres espanto de historia repetida o de vuelta de tuerca o viento furioso y oleadas y mansedumbre y retaguardias llenas de oprobio...

Por algo la confusión de lenguas. Por algo este estado intermedio...

Quizás en el gesto amoroso de tomar su falo entre sus manos y llevárselo a la boca y succionar con un cuidado lleno de esperanza
Quizás en el gesto de acariciar su clítoris con la lengua mientras un dedo hurga su vagina
Quizás el semen que surge y se aposenta entre sus labios y el vientre
Quizá la despedida

La calle se ha ido llenado
Hay algarabía de niños
Los viejos respiran con dificultad
La historia de la destrucción sobrevuela una ciudad
Ya no hay nieve

Los pastores de hombres conocen a su cabaña y tampoco en esto hay mérito porque todas las cabañas se asemejan

Adios se dijeron
Hasta mañana se dijeron

O cuando la furia del tifón o el temblor de la tierra que levanta la ola hasta hacerla arrasadora

No hay costa a lo largo de semanas. La extensión que la vista abarca se mueve constante. No hay marejada.

La visión de sus bragas grises
La visión de su corazón palpitando

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/07/2014 a las 11:56 | Comentarios {0}


1.- El héroe se nos presenta en su mundo cotidiano donde

Glosa a 1
El miedo viaja en el interior de cada uno de nosotros y la batalla más importante por la vida consiste en enfrentarse a él. O no. El mundo cotidiano nos persuade de que no entremos en nuestro mundo interior; nuestro interior es un pozo negro que se encuentra en mitad del jardín. Ya nuestros padres nos advirtieron de que no nos acercáramos y mucho menos que nos encaramáramos en el brocal y metiéramos medio cuerpo dentro del pozo para, cuando menos, aspirar el olor húmedo de su interior.Sólo que un día el héroe (cada uno de nosotros es un héroe)

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 28/06/2014 a las 10:38 | Comentarios {2}


Enviado por Isaac Alexander en pleno subidón


La Virgen de la leche con Niño y ángeles de Jean Fouquet
La Virgen de la leche con Niño y ángeles de Jean Fouquet
Mientras estaba aceptando unas setas alucinógenas, se iniciaba la coronación del nuevo rey de la Cloaca España; ¿cuál es el rey de la cloaca? Imagino que si mantenemos la fe en las leyendas, será el caimán. Quise al principio mientras la fiesta de la noche se alargaba en el día y lo goces terrenales no terminaban de agotarnos, tomármelo todo a chirigota y así cuando el viejo y rijoso rey entregaba el fajín de capitán general de los Ejércitos (con mayúscula, sí con mayúscula) al también rey y además hijo y además envarado y además descendiente de pésima dinastía, sentí digo que la risa se me helaba en los labios y surgía una mezcla de grima con rabia y no tanto por lo que estaba viendo sino por cómo me lo estaban contando y así, imbuido por una necesidad de afirmación, me dispuse a escuchar y ver el largo y pomposo día que se estaba produciendo en la ciudad de Madrid al tiempo que los efectos de las setas se iban afianzando en mi cerebro.
La manipulación de los cerebros -hasta el momento- se basa en la repetición de una idea básica. Repetir. Repetir. Repetir. Pepetir. Mimitir. Osicrón. Gracuosoma. Berbiquí. En todas partes se repetía incensantemente las virtudes de este señor y de entre todas ellas relucía como mantra espectral eso de la preparación, Preparado, Preparado, Preparado, Preparado, Preparado, Preparado para ser rey, preparado porque ha sido preparado, menudos preparadores para el nuevo preparado, preparado en universidades, preparado en goletas, preparado en refinerías, preparado en discursos, preparado en obstetricia, preparado en marismas, preparado en alturas, preparado en veleros, preparado en bilbilitanos, preparado en curas de urgencia, preparado, preparado, qué bien, cómo está de preparado, de preparado, de preparado, de preparado. Pre-Parado (eso nunca lo estará). Las setas, esto son las setas.
Los gestos, también los gestos, ¡ay los gestos! de la abuela que es reina aunque la reina ahora ya no sea ella sino una señora de Oviedo a quienes los pijos detestan porque no tiene lo que hay que tener que es esa cosa ancestral y miserable de la alcurnia que se ha logrado única y exclusivamente en base a la explotación (y apropiación) de seres humanos, animales, minerales -incluso simples rocas- y vegetales; pero hablaba de la abuela que le hacía ver a la nieta que será princesa y luego ella también reina si las cosas siguen como siguen, le hacía ver que las piernas las tenía que tener juntas todo el rato aunque la niña tenga ocho años, las piernas juntas, bien juntas las piernas, las piernas, las piernas, preparado, ar (esto también son las setas). Y la que ahora es reina pero que antes había sido una señora de Oviedo aunque Oviedo es mucho Oviedo, Oviedo es la cuna de España, de lo que hoy es España, de los reinos astures, por Dios, por la Patria y por el puto Rey, salve Claudio Sánchez Albornoz, se ocupaba mucho de cuidar, de dar cariño a todos, ¡oh, madre nutricia! ¡oh, esposa amantísima que acaricias el rostro del macho que va camino de aceptar la más alta dignidad del Estado (con mayúscula, también con mayúscula) porque él, él, él necesita el apoyo de la mano femenina, la guardiana de las esencias más femeniles porque como máxima mujer de España ha de ser la máxima mujer de las mujeres que sabe cuidar de su familia y animar y reconciliar y hacer ver junto con la abuela que ya no es reina pero es majestad que las piernas juntas, juntas, juntas, las piernas juntas, muy juntas, ar, ar, ardo en deseos de cagarme en la puta madre que parió al Trono. Y luego, durante el discurso de coronación, ¡madre de todas las debacles! qué juntas tienen las piernas todas las mujeres de la realeza, ellas que las abren para que entren los miembros reales de sus machos y creen progenies que entren y se abran y pueblen y desgarren y se preparen, se preparen, se preparen, qué bien se preparan, para seguir haciendo discursos solemnes ante gentes tan solemnes, tan, tan solemnes.
Y en el balcón de los reyes, en el macizo Palacio Real de la ciudad de Madrid, el pueblo imbécil, el pueblo manipulado, el pueblo de las grandes ocasiones, el pueblo, el pueblo, no, no, ya no son pueblo, ahora son ciudadanos ¿y los campesinos? ¿no han acudido campesinos a ver la coronación del próximo paniaguado Borbón?, enarbola banderitas que han regalado las voluntarias del ayuntamiento de Madrid y sale la familia real, la real familia sale al balcón y se abrazan todos y también, pero sólo un momentito, para no molestar, sale el viejo rey rijoso, y su esposa -con más cuernos que cabellos- se acerca a él y le besa porque ella también fue madre ejemplar y esposa amantísima y todos se besan y a las pequeñas niñas les ponen escabel para que pueden sobresalir de la balaustrada de noble granito y los nuevos reyes junto a los viejos reyes saludan y sonríen y la máxima mujer de todas las mujeres de España, la mujer fértil esposa del nuevo rey, le besa cástamente en la mejilla mientras él erguido y reinal recibe el beso... y yo siento en ese momento que he de volver a la vida, a la vida real y le pido a la real hembra que tengo a mi lado si me otorga el placer y la dignidad de comerle el coño y le hago una comida de coño de las que hacen época y ella gime como una perra mientras me agarra la polla y los nuevos reyes se adentran en la oscuridad del salón palaciego.

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 20/06/2014 a las 17:22 | Comentarios {0}


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