Cuando vuelvo con el ánimo oxigenado y me alejo de lo terrible que está a punto de llegar; cuando vuelvo y me encuentro con instantes de una lucidez linda, cierta perversión de las formas, cierta tradición que se continúa y amaso plagios y creo así mi estilo; cuando vuelvo y siento el brío de una estructura arriesgada y me dejo llevar por un caudal de palabras que fluyen y siento los rápidos y los remansos y las quebradas y las cascadas; cuando estoy limpio de miedo y me anima lo escrito y me empujo y me digo, casi en voz alta, ahora que vivo solo y vuelvo a esa manía de los solitarios de decirse las cosas como si fueran otro, que está enfrente, atento, No está nada mal. Hay algo. Sigue. Cuando me olvido del terremoto que me espera, de la caída al un más que probable barranco donde quizá me quede con las piernas partidas (más partidas) y me estalle un pulmón y caiga la noche y pronto escuche las almohadilladas pisadas del coyote y sienta en el fondo de mi amor que todo ha estado bien y muestre mi cuello para que el depredador no tenga que hacer más esfuerzo que su propia cautela. Cuando todo eso ocurra, espero volver a los momentos de una intensa concentración donde los mundos surgen y traspasan mis barreras y entran acariciando mis neuronas y van más allá hasta mis proteínas y mis glúcidos y mis lípidos y en ese conglomerado de sustancias líquidas componen una frase, una frase, tan sólo una, suave como la magnitud del mundo, olorosa como la florecilla silvestre o salvaje como un amanecer de juventud; espero que el mordisco del coyote coincida con la expulsión de un verso y que mi yugular sajada deje fluir cielos amarillos, cuerpo de la mujer que amo desde que la conocí con diecisiete años y a la que olvidé durante casi treinta, los ojos de mi hija una noche de fiebre, la mano del pintor que fraguó una amistad de lirio y hierro y la voz de la amiga que un día dijo que si al cumplir los cincuenta años estás loco, sencillamente eres un estúpido.
					 
Cuando vuelvo a la fe, la realidad no existe.
				 Cuando vuelvo a la fe, la realidad no existe.
 
				 
		 Ventanas
	 
		 Seriales
	 
			 Archivo 2009
			 Escritos de Isaac Alexander
			 Cuentecillos
			 Fantasmagorías
			 Meditación sobre las formas de interpretar
			 ¿De Isaac Alexander?
			 Libro de las soledades
			 Colección
			 Apuntes
			 Archivo 2008
			 La Solución
			 Reflexiones para antes de morir
			 Aforismos
			 Haiku
			 Recuerdos
			 Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
			 Sobre las creencias
			 Olmo Dos Mil Veintidós
			 Listas
			 El mes de noviembre
			 Jardines en el bolsillo
			 Olmo Z. ¿2024?
			 Saturnales
			 Agosto 2013
			 Citas del mes de mayo
			 Marea
			 Reflexiones
			 Sincerada
			 Mosquita muerta
			 El viaje
			 Sobre la verdad
			 Sinonimias
			 El Brillante
			 No fabularé
			 Perdido en la mudanza (lost in translation?)
			 Desenlace
			 El espejo
			 Velocidad de escape
			 Sobre la música
			 Biopolítica
			 Asturias
			 Lecturas en alta voz
			 La mujer de las areolas doradas
			 La Clerc
			 Derivas
			 Carta a una desconocida
			 Las manos
			 Ensayo sobre La Conspiración
			 Tasador de bibliotecas
			 Introspección
		 
	 
		 Archives
	 
		 Últimas Entradas
	 
		 Enlaces
	 
		 © 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023, 2024 y 2025 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
	 
	  
 
				 




Diario
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 06/10/2010 a las 19:47 |