Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Sobre la ruina de un hombre he ideado una novela.

A veces me pregunto qué me lleva a elegir un tema u otro y entonces sé que voy por mal camino.
Sé que lo que debe ser desconocido (no digo ignorado), lo que ocurre en el encuentro entre dos fallas del alma humana, son la condición y el lugar donde duermen las fantasías. El movimiento telúrico -si se me permite comparar al ser humano con la Tierra- promueve el corrimiento o el choque de las fallas y eso que era desconocido asoma como una gran ola e invade la parte razonable del hombre. Entonces sí se puede poner a crear.

Iba ensoñado, imaginaba un porvenir venturoso y he dado con mis huesos en el suelo. Entonces he pensado, No es momento de imaginar, es momento de realizar. El dolor en mi mano izquierda me lo recordará unos cuantos días.

Y cuando me viene el personaje y cuando descubro el tema, me viene la curiosa relación entre la vida y el arte y ese mal menor de todo artista que es el estilo. Porque quizá yo pueda, formalmente, alterar mi estilo pero no así los temas que elijo. En mí, el estilo son los temas. Y ya quisiera yo mandar a paseo mi estilo. Porque siempre he creído que el estilo es una tara del artista, es la incapacidad de alejarse de sí, como persona consciente, para llegar hasta otros mundos. De ahí mi admiración por Stanley Kubrick, un director sin estilo, un director sin género y por lo mismo un director con todos los estilos y maestro en todos los géneros (los cuales si no me equivoco tocó no más de dos veces y eso porque dirigió Senderos de Gloria y La Chaqueta Metálica). Quizás ése sería una camino para acabar de una vez por todas con el estilo: elegir para cada obra un género.

Lo curioso es que tras haber tardado once años en escribir mi última novela, yo pensaba que iba a tardar mucho tiempo en idear otra, en querer escribir otra. Pero desde el mismo momento en que puse la palabra fin a Las Últimas, por mi mente ya bullía el deseo de encontrar otra historia, otros personajes, otros conflictos.

Y anteayer llegó, de la mano de la muerte de Ernesto Sabato.

Espero que mi nueva novela le rinda justo homenaje.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/05/2011 a las 18:36 | Comentarios {0}




Algún día

algún día
Me llamarán por mi nombre
Me explicarán lo inexplicable
Me arrullarán las razones

Algún día
sonará la trompeta de Jericó
vendrá un aire limpio a ensuciarlo todo
como ocurre con los trapos y el polvo.

Algún día

algún día
un aspaviento significará
un destello será toda la luz
y viajaré dormido sin esperar del paisaje
una belleza que en nada me atañe.

Algún día
entenderé

algún día
entenderé

Como se construye el presente
así lo entenderé
Como la ausencia es todo
así lo entenderé
Como nada tiene razón
así lo entenderé.

Algún día

algún día
la comedia
la comedia
LA COMEDIAAAAAA
(que debe de ser muy, muy fundamental)


Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/04/2011 a las 21:24 | Comentarios {0}


A Caroline Lahougue que en ocasiones lee quejas en este blog


Diccionario de Autoridades

Queja. f.s. Expresión de dolór, pena o sentimiento. Lat. Quereja. Querimonia. Questus. BARBAD. Cab, perf. f. 9: Porque con ellas injuriamos al cielo, a quien debiendo gracias, demos quejas. JAUREG. Pharfal, lib. 3: Esforzad quejas, lastimad el viento.

Queja: Se llama también el sentimiento que se tiene de algún agravio , injuria, menosprecio o desáire. Lat. Querimonia. GUEV. Epis. a D. Pedro de Acuña. Formais contra mí una mui gran queja, diciendo que há un año que no os vi. LOP. Arcad. f. 58. Que á quien la envidia dexa,/ de amigo ni enemigo tiene queja.

Queja. En lo forense vale lo mismo que querella. Recop. lib. 2. tit.21. l.6.. Los escribanos del crimen de los alcaldes de las chancillerías lleven de la queja que se diere de palabra, doce maravedís.

Quejarse. v.r. Explicar con la voz o el dolór ò pena que se siente. Es formado del nombre queja. Lat. Queri, Conqueri, Lamentari. LOP. Arcad. f.20. Yo descanso el rato que me quejo, y muero el que disimúlo. VALDIV. Sagrar. lib.3. Oct. 40. Quéjese el rey y la ciudad se queje/ que no admito sus glorias enemigas.

Quejarse. vale también dar à entender la queja o sentimiento que se tiene de otro. Lat. Querelas facere. Querimoniam jaètare. SAAV. Empre. 27.. Claudio se quejó al Senado de que se admitieran las supersticiones extrangéras.

Quejarse. Significa también lo mismo que querellarse.

Quejarse de vicio. Phrase que vale sentirse u dolerse con pequeño motivo, u de lo que no debe. Lat. De nihilo questus ciere. In puticis morsu clamare.

Quejicoso, sa. adj. El que se queja demasiadamente, y las más veces sin causa, con melindre y afectación. Lat. Facilè querelus, queribundus. NIEREME. Epistola. 15. Son mal sufridos y quejicósos, tienen themas, y pundonóres vanos.

Quejido. s. m. Voz lastimosa de algún dolor o pena, que aflige y atormenta. Lat. Questus. Gemitus. ANT. PER. Cart. part. 1. cart. 134.. Que los trabajos me han reducido a estado de niño, en los quejidos, y en el término de hablar. PIC. JUST. f.85. Una veces decía oy oy: otras decía, ay, ay, con unos quejidos tales que parecía que verdaderamente la robaban.

Quejosissimo, ma. adj. superl. Mui quejoso. Lat. Valdè queribundus. LOP. Arcad. f.20. Ya te parecerá a ti... que soi yo el favorecido y el quejóso.

Quejumbre s.m. Lo mismo que queja. Es voz antiquada. CHRON. GEN. part. 4. cap. 3. Mas para esto hacer bien, ha menester que lo tengamos en gran poridad, è que non demos à entender que ninguna quejumbre habemos de él.

Quejumbroso, sa. Delicado y que de todo forma queja. Es voz de poco uso. Lat. Facile queribundus. AMAY. Deseng. cap. 16. Por ser la condición de los convidados delicadísima y quejumbrósa.

Quejura. s.f. Priessa o acceleración congojosa. Trahen esta voz Nebrija y el P. Alcalá en sus Vocabularios pero no tiene uso. Lat. Inflantia. Properatio.

Y así espero que si la queja es expresar en la escritura un dolor o una pena, bienvenida sea la crítica pues al igual que se puede expresar la alegría también tienen derecho los desaires y dolores viejos a expresarse. Pero si la queja por la queja viene porque lo escrito sea quejumbroso o quejosissimo o quejicoso, entonces habré de someterme a examen de conciencia y ver de arreglar tan descomunal desaguisado. Pues me parece a mí que semejante característica pertenece más a espíritu miserable que a alma sensible.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 24/04/2011 a las 19:09 | Comentarios {0}


Procesionar (?)
El Diccionario del Español Actual acepta el término procesionar -tanto en su forma transitiva: Sacar en procesión: Habían organizado una procesión... la lluvia se anticipó veinticuatro horas a la rogativa pública... Los gaditanos dijeron que no: que a "El Aguador" había que procesionarlo de todas maneras... como en su forma intransitiva: Ir en procesión: Ocho magníficos pasos procesionan en Navas del Rey en Semana Santa.

El Diccionario de la Lengua Española en su XXII edición (año 2001) no lo acepta.




Y así, procesionando, procesionan: Procaína, Procapellán, Procaz, Procazmente, Procedencia, Procedente, Proceder, Procedimental, Procedimiento, Procela, Proceloso, Prócer, Procerato, Procesado, Procesador, Procesal, Procesalista, Procesalmente.

Y en otra procesión, muy cercana, se cruzan de hecho en la esquina entre las calles Diálogo y Estilo Indirecto, procesionan: Majano, Trajano, Sobejano, Lejano, Orejano, Tejano, Ecijano, Lebrijano, Tunjano, Riojano, Lojano, Gujano, Lujano, Cirujano, Cartujano, Lano, Alano, Bálano, Mirobálano, Galano, Ablano, Poblano, Tudelano, Hortelano, Compostelano, Ulfilano, Milano y Carrilano (por nombrar tan sólo a los primeros).

Y procesionando y procesionando surgen por la travesía de la Alondra, la procesión de las Ulas y se ven ya, aguerridas, a las Sonámbulas, Funámbulas, Noctámbulas, Gárbulas, Córbulas, Áculas, Seraculas, Fáculas, Máculas, Vernáculas, Bitáculas, Féculas, Moléculas, Macromoléculas, Vulpéculas, Reculas, Séculas, Radículas, Películas, Solículas y Febrículas (por nombrar tan sólo a las primeras).

Y en esta semana de Pasión (es una de esas noticias circulares) me viene a las mientes la conquista del espacio por parte de la URSS. Pero tan sólo me viene a las mientes (juro que digo la verdad) para poder hacer una transición lógica al cartel que va a acompañar a esta sarta de procesiones.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/04/2011 a las 12:31 | Comentarios {0}


Estrés contemporáneo
La maldición de la sociedad moderna se ha cebado conmigo. Ayer me levanté, conecté mi ordenador, cliqueé en Mozilla y, ¡Oh, Dioses! internet no funcionaba. El ADSL se había quedado kaputt. Mi encuentro con el mundo se había venido abajo. Llamé a la compañía (a punto estuve de llamar a la policía, al cuerpo de bomberos o al CESID) con la que estoy contratado y tras muchas, muchas medias horas de conversación, la compra de un cable que resultó inútil, el traslado del router hasta otra habitación, sin resultado positivo, la vuelta a colocar todos los cables en su sitio y la espera de un técnico que llamaría, sentí la inmensa soledad de un burgués español en el año 2011 al que le han arrebatado, por mor de deficiencias técnicas, su ventana abierta al mundo y su velocidad para acceder a él además de no poder escuchar música en Spotify y tantos otros desastres sobrevenidos. Tal fue el caudal de mi desesperación que se me cayó un vaso de vino que, ¡Oh Dioses!, salpicó toda la pared y parte del techo de la cocina con lo cual hube de pasar varias medias horas, limpiando y limpiando y maldiciendo y maldiciendo. La tarde se me hacía larga y aburrida y para más inri cuando fui a llamar con el teléfono fijo a un amigo, caí en la cuenta de que también la línea telefónica estaba inservible, ¡Oh, no, no, no! me dije varias veces. Me vinieron entonces varias preguntas metafísicas del tipo, ¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Por qué me encuentro en esta situación? No pude leer; eso sí, aproveché para hacer una lavadora y barrer todo el suelo de la casa. A media tarde la noticia no pudo ser peor: un técnico llamó primero para decirme que vendría a mi casa hoy a las 11 y media de la mañana y al poco volvió a llamar para decirme que no venía porque él no podía arreglarlo; se trataba de un problema con una regleta que tan sólo los técnicos de mi compañía podían arreglar (resultó que este técnico es de una de la competencia con la cual la mía debe de tener algún tipo de convenio). Mi gozo en un pozo. Mi ventana tapiada. Mi nervios destrozados. Ya no tenía fuerzas ni para maldecir. Por fin pude hablar con mi amigo y él me dio la clave para lo que ocurrió después. Me dijo, Típico estrés contemporáneo. Al colgar se había producido un giro en mi percepción del mundo (es cierto, soy tan simple que una palabra, una simple palabra -bueno en este caso dos- sirve para que mi mente se coloqué en otro sitio); miré en rededor y me dije, Pero ¿qué te pasa? ¿Estás tonto o qué? Pues muy bien, no tienes internet. Ya está. Relájate. ¿Puedes hacer algo? ¿Puedes tú solucionarlo? ¿Entonces? Vamos, vamos. Y respiré hondo por fin y dejé de mirar de continuo el icono que, en el router, indica la señal de conexión (si parpadea mucho es que la cosa va mal. Si se mantiene fijo bien). Me fui tarde a dormir. Eso es cierto. Y he soñado mucho.
Esta mañana al levantarme no he mirado el icono ni he encendido el ordenador. He limpiado los cristales de las ventanas. He recogido la ropa. He barrido. He hablado con mi amiga Pilar. He llamado a mi compañía para saber cómo van las cosas (por cierto que siguen como estaban). Puedo utilizar un USB que me permite conectarme a velocidad lenta con el mundo. Animales de costumbres ya me estoy acostumbrando a la lentitud. Pero sobre todo no quiero sólo acostumbrarme. Quiero amarla. Despacio, me digo. Nada importa. Y aunque me esperen mis lectores de Inventario, ellos sabrán darme la chance de unos días sin escribir. Sólo que ahora que la velocidad aunque lenta, es suficiente, no puedo evitar abrir de nuevo la ventana y contar, a modo de anécdota personal, lo esencialmente animal de costumbres que soy.
Y como no hay mal que por bien no venga, cómo disfrute anoche con Annie Hall. ¡Qué bueno es Woody Allen! y que bien está él y Diane Keaton. Tremendos. Fue una lección de estrés y amor. No sé si fue el mismo Woody o Billi Wilder quien dijo aquello de que La comedia es tragedia más tiempo. Y esto es to-todo amigos.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/04/2011 a las 13:01 | Comentarios {0}


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