A veces ocurre en las grandes ciudades de occidente 
lo que ocurre casi a diario en la pequeñas ciudades de Siria
por eso hoy he cambiado las sábanas
A veces ocurre una crueldad devastadora
como cuando una mujer hace esperar a un hombre y le retuerce una semana entera en la distancia sin entender que esa crueldad podría ser la última acción que realizara en su vida
porque a veces, en las grandes ciudades de occidente cualquier grupo de dementes (locos de poder, locos de siglo XI, locos de los dioses locos -todos los dioses están locos, todos los dioses son unos putos locos. Habría que encerrar a todos los dioses en un Valhalla con paredes hechas de cristal tallado a prueba de creencias-, locos de armas, locos de envidias o de simples acentos) se mete en una sala de fiestas y se lía a tiros
por eso hoy las sábanas limpias
A veces ocurre que una mujer no conoce a Cristo
sólo sabe que hubo un hombre que dicen que fue sacrificado
pero ni siquiera indagó por sí misma a ese hombre sacrificado
ni siguió otras pistas que no fueran las que una secta le inculcó desde niña
y así no es consciente que esa crueldad podría ser su última acción en esta vida breve
si quisiera el destino que esta noche mientras cena en un restaurante, unos dementes de cualquier dios loco y sanguinario entraran en él y les rebanaran el pescuezo al grito de cualquier plegaria inmisericorde como ocurrió ayer en Paris sin ir más lejos
por eso el Hilo de Holanda en las sábanas y la pulcritud de las mesillas sin polvo
Jesus ' blood never failed me yet
A veces ocurre en las grandes ciudades de occidente el desconocimiento
y esa mujer que hace esperar a un hombre una semana cruelmente no sabe -espero que no sepa- que esa actitud se la está transmitiendo a sus hijos
como toda la violencia que estalla en un punto del mundo de repente viene de alguna parte, no se genera en ese instante, no es pura sino que está contaminada de la crueldad de los padres, de los abuelos, de las tardes con hambre o con exceso de riqueza y un día, un 13 de noviembre, se adueña de las calles de Paris y mata o se adueña del corazón de un hombre que espera y también algo le mata
Jesus ' blood never failed me yet
A veces porque nací en las grandes ciudades de occidente
sé que no debo juzgar a nadie y debo mantenerme quieto, con las manos en la espalda, como aprendí a hacer no hace mucho
y al mismo tiempo hay una fuerza en mí que me lleva hacia el hombre que esperaba y hacia los muertos de París y hacia los muertos de Siria y hacia los destrozados por la razias de Líbano y hacia los recluidos de Palestina y quisiera abrazarlos uno a uno y susurrarles al oído, Ojalá tu último acto haya sido una sonrisa, un abrazo, un salto, una emoción sincera, un descubrimiento del otro y no se te haya ocurrido morir habiendo causado daño, no por nada -les diría (no por castigo de esos dioses locos, ni por posibles energías, ni por eternos retornos)- ni por nadie sino por ellos, por la paz que debe encontrar quien dio paz justo antes de morir
Por eso hoy he puesto las sábanas limpias, hechas con hilo de Holanda, blancas y frescas
Por eso hoy he encendido inciensos y he paseado en homenaje a los asesinados por cualquier credo o condición y por ese hombre que no pudo celebrar su cumpleaños entre abrazos y he maldecido a los que asesinan y a la mujer que, prisionera de su miedo, maltrató al hombre que la esperaba cuando sentenció su ausencia el mismo día en el que iban a encontrarse, la he detestado unas horas.
Jesus ' blood never failed me yet
Esta es la última reflexión que te dedico. Ama siempre que te sea posible como alguna vez, en algún instante, creí sentir que a mí me amabas.
				 lo que ocurre casi a diario en la pequeñas ciudades de Siria
por eso hoy he cambiado las sábanas
A veces ocurre una crueldad devastadora
como cuando una mujer hace esperar a un hombre y le retuerce una semana entera en la distancia sin entender que esa crueldad podría ser la última acción que realizara en su vida
porque a veces, en las grandes ciudades de occidente cualquier grupo de dementes (locos de poder, locos de siglo XI, locos de los dioses locos -todos los dioses están locos, todos los dioses son unos putos locos. Habría que encerrar a todos los dioses en un Valhalla con paredes hechas de cristal tallado a prueba de creencias-, locos de armas, locos de envidias o de simples acentos) se mete en una sala de fiestas y se lía a tiros
por eso hoy las sábanas limpias
A veces ocurre que una mujer no conoce a Cristo
sólo sabe que hubo un hombre que dicen que fue sacrificado
pero ni siquiera indagó por sí misma a ese hombre sacrificado
ni siguió otras pistas que no fueran las que una secta le inculcó desde niña
y así no es consciente que esa crueldad podría ser su última acción en esta vida breve
si quisiera el destino que esta noche mientras cena en un restaurante, unos dementes de cualquier dios loco y sanguinario entraran en él y les rebanaran el pescuezo al grito de cualquier plegaria inmisericorde como ocurrió ayer en Paris sin ir más lejos
por eso el Hilo de Holanda en las sábanas y la pulcritud de las mesillas sin polvo
Jesus ' blood never failed me yet
A veces ocurre en las grandes ciudades de occidente el desconocimiento
y esa mujer que hace esperar a un hombre una semana cruelmente no sabe -espero que no sepa- que esa actitud se la está transmitiendo a sus hijos
como toda la violencia que estalla en un punto del mundo de repente viene de alguna parte, no se genera en ese instante, no es pura sino que está contaminada de la crueldad de los padres, de los abuelos, de las tardes con hambre o con exceso de riqueza y un día, un 13 de noviembre, se adueña de las calles de Paris y mata o se adueña del corazón de un hombre que espera y también algo le mata
Jesus ' blood never failed me yet
A veces porque nací en las grandes ciudades de occidente
sé que no debo juzgar a nadie y debo mantenerme quieto, con las manos en la espalda, como aprendí a hacer no hace mucho
y al mismo tiempo hay una fuerza en mí que me lleva hacia el hombre que esperaba y hacia los muertos de París y hacia los muertos de Siria y hacia los destrozados por la razias de Líbano y hacia los recluidos de Palestina y quisiera abrazarlos uno a uno y susurrarles al oído, Ojalá tu último acto haya sido una sonrisa, un abrazo, un salto, una emoción sincera, un descubrimiento del otro y no se te haya ocurrido morir habiendo causado daño, no por nada -les diría (no por castigo de esos dioses locos, ni por posibles energías, ni por eternos retornos)- ni por nadie sino por ellos, por la paz que debe encontrar quien dio paz justo antes de morir
Por eso hoy he puesto las sábanas limpias, hechas con hilo de Holanda, blancas y frescas
Por eso hoy he encendido inciensos y he paseado en homenaje a los asesinados por cualquier credo o condición y por ese hombre que no pudo celebrar su cumpleaños entre abrazos y he maldecido a los que asesinan y a la mujer que, prisionera de su miedo, maltrató al hombre que la esperaba cuando sentenció su ausencia el mismo día en el que iban a encontrarse, la he detestado unas horas.
Jesus ' blood never failed me yet
Esta es la última reflexión que te dedico. Ama siempre que te sea posible como alguna vez, en algún instante, creí sentir que a mí me amabas.
Vale
  
					 
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Narrativa
Tags : Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/11/2015 a las 19:28 |