Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Mi máquina de escribir. Regalo de Julia en noviembre de 1978
Mi máquina de escribir. Regalo de Julia en noviembre de 1978

No me olvido.
Sólo que estoy en otros mundos.
Vuelvo a otros mundos. Pienso si son garbeos, cosas sin importancia. Pienso más: pequeñas distracciones. Sólo eso.
No me olvido.
Claro que no me olvido.
Soy Fernando Loygorri, escritor que ha triunfado y que ahora quiere apartarse, dueño de su vida.
O: soy Fernando Loygorri, escritor que ha triunfado porque ha logrado sobrevivir con su oficio y ahora, en la última recta, quisiera descansar más lejos de sus orígenes de lo que se encuentra ahora.
No me olvido.
La vida no es más que voluntad y representación.
No hay una sola verdad absoluta (ni tan siquiera ésa).
Probablemente entonces la mente no sea el cerebro.
No, no me olvido.
Garabateo cuando camino al caer la tarde por el sendero que he recorrido a lo largo de los últimos años. Garabateo ideas en mi cabeza. Sueño con ser un hombre metódico. No soy un hombre metódico. No tan metódico como pienso a veces que se debe ser o como lo pienso debido a una impronta que no sé de dónde viene y que se fue generando en mis circuitos neuronales la cual marcó ese límite ideal de método a partir del cual ya se es metódico perfecto.  No sé si alguna vez he logrado girarme lo suficiente como para ver la realidad que la sombra proyecta en la pared del fondo de la cueva. Mi cueva. Cada ser humano y su cueva. Me atrevería a afirmar: cada ser vivo y su cueva. 
Aquí estoy un 28 de agosto más en el que escribí alguna línea. Hoy he escrito muchas. Me siento hasta cierto punto satisfecho con la cantidad de líneas que he escrito hoy. Un 28 de agosto más.
May cumplió hace tres días 90 años. Son muchos años. Para nosotros, digo.
No, no me olvido sólo que cuando me llaman desde otros lugares de mi mente he de acudir a la llamada. Sentarme y comenzar a impregnarme de nuevo del aire de aquellas historias que parecían haber quedado atrás. Vuelvo a ellas con un doble motivo: ambición y gozo. Vuelvo a ellas a pluma (hoy ocurrió que el émbolo de una de mis plumas favoritas -tengo tres- se rompió tras más de quince años de uso. Quiero escribir con esa pluma la novela que empecé hace ya dos años, así es que he vertido tinta en un tintero de porcelana que me trajo Violeta de Portugal, y he seguido escribiendo la novela mojando el plumín a cada rato. Sensación de otros tiempos. Sensación de Flaubert o de Galdós. Escribo la novela en tres soportes: el primero, como acabo de decir, a pluma, el segundo a máquina de escribir -y esa es la segunda corrección porque en el manuscrito ya empiezo a corregir- y el tercero -donde realizo la tercera corrección- en la computadora y de ahí supongo que quedará el primer texto definitivo. No sé para qué quedará ese texto. No sé si lo terminaré. Sólo que en estos días de agosto me ha atraído con mucha fuerza y he vuelto a la novela que tiene por título Amor. Título provisional aunque no tanto. 
No me olvido no. Sólo que ha hecho mucho calor y escribir cansa.
 

Diario

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 28/08/2021 a las 18:27 | Comentarios {0}








Búsqueda

RSS ATOM RSS comment PODCAST Mobile