Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
The atrocity exhibition
The atrocity exhibition
Sobre las AMPLIAS avenidas, en los SOporTAles, mirando a través de las MIRILLAS, solos y acompañados y odiados y amados hasta la SACIEDAD. Así os veo.
No me queda ni un gramo de hipocresía; se la fue llevando la corriente de la vida y me dejó desnudo ante TI, que no me reconoces, que no me pones cara y apenas sabes lo que puedes alcanzar.
SEguiré ese sendero.
Me abriré las VENAS si es preciso ponerse melodramático y acudiré a todas las bEStias para que abreven por mí en las horas del máximo calor.
Sé que hay escorpiones, terribles disenterías, almohadones y refugios en lo alto de muchas montañas; sé que el escalpelo no hacer honor a su utilidad y que la compresa acoge la vaciedad del nido; sé que nos predisponemos y que la anchura no es más medida que el ansia o el goce; sé que me estás esperando; sé que hueles el vino bueno y que alardeaste ayer de haberte subido a la chepa de Pico della Mirandola; sé que no ha escupido jamás; sé que jamás es un adverbio bien frívolo y que la yunta humilla al buey y que los barcos zarpan en este instante; lo sé. No hace falta que lo repitas.
Sin embargo, justo ahora, he escuchado la puerta exterior cerrándose. Su sonido tiene algo de prisión yankee. Su color remeda los clásicos y queda en el aire, flotando, el aroma de la bergamota con su esencia de ojiva y su color de astro.
Estamos así: TU y YO, asidos por estas palabras, amartelados si quieres, a la espera de la espera, sin conseguir ese afán redentor, ese agua bautismal, esa cerrazón de JUan, ese paso por las aguas abiertas del Jordán.
Estamos sucumbidos y sé que tú añoras el ósculo suave de los poetas recientes, los que acaban de salir del horno, los que quieren deslumbrar al mismo Apolo -¡Oh, benditos míos!- con sus hojas de laurel transgénicamente tratado.
vaMOS preparando las armas. Soplemos ya esas velas. Desandemos lo que aún no hemos caminado para evitarnos la fatiga de darnos cuenta demasiado tarde de que la cuesta no acaba nunca. Desnúdate, amada. Muéstrame tu pecho. Quiero que te embebas de la fortaleza de mi polla y quedarme suspendido yo de la espesura de tus flujos y la concavidad de tus entrañas. Muérdeme el cuello para que pueda morderte el alma. Arráncame la piel para ser serpiente. Yo voy a HACERTE unos bellos lazos y un bacalao al pil-pil en este amanecer un tanto hosco con respecto a nuestras actitudes y posturas.
No, no fabularé, lo juro por estos abrazos que nos están aguardando tras la esquina; lo juro por mi MADRE a quien tanto quiero y que con tanta constancia se ganó mi rabia. Ten paciencia conmigo, le dijo El Príncipe de las Mareas; juro que no fabularé sobre las ancas de las ranas ni haré un elogio de los días de este trimestre, ni derramaré sobre vos la escarcha que se mantiene intacta tras el penúltimo aluvión; y si cumplo, ¡oh, encendida atea! abróchame fuerte el cinturón, corta mi respiración de ahora, entona el canto que nunca quisiste enseñarme, alaRDEa si quieres de tu dominio sobre mí.
Yo desisto de quedarme dormido a su hora y también de conseguir objetivo alguno; de hecho, desisto de los objetivos y de las horas correctas.
No fabularé.

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Tags : No fabularé Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/08/2011 a las 11:31 | Comentarios {0}








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