Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Recurrencias de Isaac Alexander


BOCANADA: S. f. La cantidad de liquor que se puede tomar de una vez en la boca, o que cabe en ella. Viene del nombre boca. Lat. Haustus, us Espín. Escuder. fol. 59. Comenzó el estómago a basquear, y arrojó tanta cantidad de bocanadas, que de vacía la barriga la doblaba.

Bocanada de gente. Metaphoricamente se dice de la muchedumbre o tropa de ella, que viene como de golpe, ù de una vez. Lat. Hominum manipulus. Quev. Fort. Y entrando una bocanada de acreedores embistieron con ellas. Pant. Roman. 8. Quién bocanada tan rica/de lacayos os bosteza?

Bocanada de viento. El golpe de aire que viene ò entra de repente y se suspende luego. Lat. Venti vehementior flatus

Echar bocanadas. Phrase translaticia, que vale jactarse y vanagloriarse de sabio, valiente, noble, poderoso, y assí de otros títulos. Lat. Se tumide jactitare.

Echar bocanadas de sangre. Se dice literalmente del que está herido, o lastimado del pecho, que arroja sangre por la boca como vomitando, y a espadañadas, que se llaman comunmente bocanadas: y por traslación del que se precia y hace alarde de ser muy noble, y emparentado con los de la primera calidad y nobleza. Lat. Vomere sanguinem, vel Genus proavos inepte jactare.

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/03/2010 a las 18:39 | Comentarios {0}


Quizá me tome un pequeño descanso.

Diario

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 01/03/2010 a las 11:34 | Comentarios {0}


Apógrafo del Decálogo -atribuido a Isaac Alexander- del Máster titulado Ideas y Negocio una cuestión de talante


1.- Cuido con las ideas.

2.- Si se te ocurrera ello se puede recurrir a las duchas de agua fría, a los golpes contra una pared o a lo en la vulva según género). Si aún así no logras olvidarla cuéntasela a un empresario.

3.- Las ideas son un gorro si no tiero.

4.- Adel éter.
l alcance de todos.

5.- Regde lo que desea y t rás siendo lo mismo que deseas porque está claro que tú -que has tenido el morro de decir que has s haga feliz a la masa y la eretenga despus deber sido jia unas buenas horas al día en su puho a n poder).

6.- No te hagas mala san el dueño del que bueno, si no hay más remedio, a lo majas enecto delariado, sin tener porcente permro de los derechos si una idea en sí misma no es nada, si lo verdaderamente importante es el de

7.- Dúcae. Aftate svaró. Ponte algúoma moesto y ve a abeza baja y la rgüeen la mirada por haber cogi partio daicios. Primero hay que invertir, ¿Y tú qumbre? Todos los qutos ladrones).

8.- Humildad. Sumisnimo- un imán para las ideas que flotan en el o).

9.- Sonríe. Da la mano con Escucha.

10.- Bonjour, tristesse!

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 26/02/2010 a las 09:06 | Comentarios {0}


A Violeta en el invierno de 2000


Mira el día y juega
con un astro de la noche
y no esperes encontrar
en cada regla una confirmación
de tus temores;
sueña y camina y luego
vaga soñolienta por la tarde
mientras pateas la ciudad
a la búsqueda de un cuerpo que te aguante.
Y cuando el atardecer llegue
no pares los semáforos
ni alteres el particular pestañeo de las ventanas
ni atosigues con tu ira al vencido
ni parezcas alterada en lo más mínimo.
Con sencillez
acoge en tu seno la gran noche
y expulsa de ella a los fantasmas.
Así podrás dormir, amor,
un alma sin heridas.
Solaz de ser si al mirar el día
juegas con un astro de la noche.

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/02/2010 a las 19:39 | Comentarios {0}


No sé qué tiene el día de hoy que siento la gana de aclarar. Esta vez es con respecto al artículo titulado Herida. Dos personas (dos mujeres creo, de una lo sé seguro, de la otra tan sólo sé el nombre que aparece cuando hace comentarios) se apiadaron, se compadecieron (en el mejor sentido de las palabras) de lo que en Herida contaba. Yo quiero aclarar lo siguiente (que de alguna forma emparenta con mi matización de la Aclaración anterior): en mi niñez el trato era mucho menos delicado con las personas y menos aún con los niños. Este cuidado excesivo a la infancia imagino que tendrá como una de sus causas la escasez actual de niños en los países ricos. En mi época éramos muchos, se había producido el baby-boom de la década de los sesenta. Por eso cuando a mí se me trataba de esa manera tan ruda, yo no me sentía especialmente maltratado, yo sentía que ése era el trato general a todos los niños. No había, para que nos entendamos, un zona de cuidados paliativos en los hospitales. Aguantar el dolor era máxima católica por excelencia. Y se aguantaba. Y por supuesto los hombres no lloraban y yo me sentí orgulloso cuando no lloré y mi padre me miró como diciéndome: ¡Has sido un valiente! La autoridad estaba muy por encima de la atención. El castigo corporal era norma habitual en el colegio El Sagrado Corazón de la calle Juan Bravo al que asistí durante siete años (a los doce años hice que me expulsaran. Esa ha sido la mayor proeza de mi vida), no sólo en mí sino en todos los que cometieran cualquier torpeza con respecto a la conducta y la aplicación. Y no sólo en ese maldito colegio sino en la mayoría de ellos. Fueron tiempos duros. Las cosas se hacían así porque así se hacían las cosas no por una especial predisposición al sadismo por parte de médicos y educadores. Ese es el rebaño humano. A veces las modas se convierten en modos... sólo a veces.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 24/02/2010 a las 16:13 | Comentarios {1}


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