[...] no es la luna ni que justo cuando me pongo a escribir y necesito silencio vengan los camiones a descargar tierra [...] no es la casualidad como orden natural de las cosas [...] nada que defender ni argüir que fue en la noche cuando se gestó la terrible necesidad de afeitarme, acariciar el lomo del perro, respirar el aire de las montañas en busca de un sentido [...] ¿cuándo se empezó a fraguar? ¿cuándo germinó? ¿cuándo floreció? ¿cuándo morirá? [...] esas son las preguntas que podrían remontarse hasta el principio del pensamiento humano, en esos días en los que nos refugiamos en las cuevas y llegó el momento en el que alguien necesitó imprimir su mano en la pared más honda, allí donde la luz del sol no alcanzaba [...] la grieta temporal [...] la relatividad del miedo, la desdicha que alimenta como un gusano el hígado de quien la sufre [...] la noche nublada, la llegada por las montañas del oeste de unas nubes preñaítas de agua que quizá pasen de largo y dejen el arce japonés en esa ruindad a la que le condenó un verano cruel como es la ausencia [...] pálpitos que se exponen, acaudalados, misóginos que trasmutan en progresistas, morales nuevas que pueden condenar actitudes pretéritas, la difamación, las explosiones en los bolsillos, la llamada del muecín a uno de esos dioses que murieron hace ya demasiado tiempo, las garras y el tiempo, el vuelo y el desplome, la sangre que se extiende año tras año, siglo tras siglo, milenio tras milenio, desde el inicio del hombre [...] ¿y los huesos? ¿y el hambre? ¿y el cereal tan fácil de contar para que el Estado pueda cobrar con seguridad sus tasas? ¿y la mujer preñada en la garganta? ¿y la mula a punto de claudicar? ¿la escolopendra sintió temor cuando la barrió del suelo de la cocina, la subió al recogedor y la dejó en la tierra? ¿y el vellocino de oro? ¿y ese pueblo de Israel cuyos mandatarios han vuelto sus ojos y su adoración a su viejo testamento? ¿y la saliva que nos falta? ¿y las miradas que nunca se darán? ¿y la falta de noticias en un mundo sobredimensionado? [...] la zurra, la muerte, el escarnio, el miedo, la nostalgia, la saudade, la tristeza, el oprobio, la honra que es vivencia del honor, el honor en sí [...] ¡Oh, cállame la mente, natación! Vuelvo a ti como el niño vuelve sus ojos a quien tiene la potestad de alimentar su cuerpo; vuelvo la vista a ti, maldita, que me dejaste a la intemperie, que me obligaste a mirar una vez más dentro de mí y encontré ese diablo que viaja en mi interior, ese hijo de Satán que se retuerce en azufre y vacío y que apenas asoma la cabeza cada tanto [...] ¿cuándo se acabará este momento? Mientras dormimos la noche viaja sola, el árbol se troncha solo y es posible, que al no ser observado, ese árbol se destronche, vuelva la rama a su lugar, continúe callada la vida en el bosque; sí, puede que esté naciendo una especie nueva en los abisales, allí donde nuestros ojos no pueden llegar y el mundo se desenvuelve en la oscuridad de los fondos con leves destellos vivos de luz que muestran mandíbulas terribles, animales fieros que tienen la necesidad de engullir y seguir nadando en la noche eterna, hacia donde voy [...] ¿Cómo te invoco? ¿A qué Dios me dirijo? ¿Debo retroceder hasta las culturas matriarcales las cuales sucumbieron tras el descubrimiento del milagro de la concepción? [...] ¿he de desbrozar la selva a machetazos? ¿He de ofrecer alguno de mis miembros a alguna deidad lunar? ¿He de arrodillarme, pedir clemencia, esperar perdón? [...] ¡Basta! me digo en esta tarde de viernes poco antes del otoño o si no lloverá fuego sobre mí, beberé la tierra seca que mana del manantial, respiraré hierro [...] ¡Basta! os digo. ¡Basta! os ruego.
[...] porque se proyectaba hacia atrás donde era el mundo y el circo tenía tantas pistas tantas tantas pistas rugía el aire no el león y la acróbata se estremecía en el columpio ¿trapecio? a treinta metros de altura mientras lo que llamaron alborada era un glaciar azul y frío como el ardor de un corazón malquerido [...] porque se proyectaba y quería que los brazos se abrieran en un abrazo largo como la lluvia ancho como el mar un abrazo donde pudiera descansar del dolor del crecimiento un abrazo que fuera un acogerle el mundo un abrazo para siempre que cerrara la duda de si alguna vez fue tan querido [...] porque se proyectaba hacia la cultura y sus ambiciones volaron lejos hacia donde nunca deberían haber ido ¡Ah si hubiera sabido que el deseo es el veneno de los occidentales! entonces claro de luna soliloquio del farero mansión en lo profundo del bosque manantial y aguas cárdenas topacio en sus ojos vela que se lanza hacia al horizonte muérdago en las fiestas de la familia familia en sí nostalgia de lo que nunca disfrutó extrañeza [...] porque se proyectaba se volvió a preguntar a mediados de septiembre cómo era su dormir cómo pudo atravesar los años sin dejarse llevar por la destrucción cómo pudo mantener una disciplina siendo él como creía una especie de anarquista a quien el Estado sólo le interesa en cuanto defensor de los más débiles [...] porque se proyectaba se hundía porque se hundía faltaba el aire porque el aire faltaba se sumergía porque se sumergía afloraba la rosa porque la rosa el color porque el color la mirada y si la mirada la observación y si la observación la alteración de lo observado porque se alteraba se hundía en la rosa y le faltaba el aire y el color de la mirada [...] porque se proyectaba languidecía y ya apenas hablaba y en su mudez sentía la gana del otro el semejante el hermano el que sabe el que abraza [...] porque se proyectaba
Ensayo poético
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/09/2024 a las 14:07 | {0}
Poema de César Vallejo. Poesía completa. Ed. de Antonio Merino. Akal 2005
(Este poema ya lo transcribí hace catorce años -un diecinueve de febrero de 2010-. Por algo será que catorce años después haya querido volverse a transcribir. Seamos obedientes con las Μοῖραι)
* Según cuenta Carlos del Río León, durante un paseo con Vallejo, éste, que iba vestido con un abrigo negro, se sentó sobre una piedra blanca que le recordó un sepulcro. El contraste entre el negro y el blanco le sugirió el título del poema. Unos años antes (1920), cuando Vallejo se encontraba escondido en casa de Antonio Orrego, se despertó sobresaltado y le comentó a Orrego que acababa de verse a sí mismo muerto en París: "...Acabo de verme en París -me dijo- con gente desconocida y, a mi lado, una mujer también desconocida. Mejor dicho, estaba muerto y he visto mi cadáver. Nadie lloraba por mí. La figura de mi madre, en el aire, me alargaba los brazos sonriente...".
Me moriré en París, con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
César Vallejo murió, 18 años después de su visión, en París, un 15 de abril de 1938... viernes.
Me declaro libertino (en el sentido que a esta palabra se le daba en el siglo XVIII, es decir, en moderna terminología: librepensador). La reflexiones que voy a ir plasmando a lo largo de las próximas semanas tienen un carácter provisorio y se acogen a una de las características de uno de los métodos científicos: estas reflexiones son falsables. Incluso yo mismo, a lo largo de este periodo que hoy se inicia, podré mostrar la falsabilidad de algunas de ellas.
Estas reflexiones no pertenecen a ningún heterónimo. De cada una de las palabras que escriba en este libro el único responsable soy yo: Fernando García-Loygorri Gazapo. Por supuesto que cuando utilice citas facilitaré el nombre del autor y el título del libro o fuente de donde las haya sacado.
120.- Desertar como respuesta (Franco Bifo Berardi)
121.- La educación es también negación. Vuela el tiempo y todos los días pasados ya se han perdido. Ojalá la vida muestre el sentido de esta pequeña tragedia mundana.
122.- Todo drama sentimental y con el estómago lleno es, en esencia (quizá no en existencia), insignificante.
123.- También la educación como enseñanza. Enseñar -mediante la educación en el quid pro quo- que el amor no es tan sólo un concepto. Porque en ese quid pro quo hay, además de transacción, acción recíproca... amor.
124.- Si la humillación es el germen de todo totalitarismo, el desamor gratuito -humillación sentimental- es el germen, como mínimo, del desdén (no quiero escribir la antítesis del amor que seria el odio porque no creo que, necesariamente, la humillación sentimental devenga en campos de concentración, hornos crematorios, razias, violaciones y saqueos... emocionales).
125.- Entre el odio y el amor se encuentran los vastos jardines sin aurora (Luis Cernuda).
126.- Sí, estamos asistiendo, construyendo la decadencia de Occidente.
127.- Dataría como momento sin retorno a esta decadencia el 28 de julio de 1914.
128.- Tres hitos que sucederán durante el apogeo de la decadencia de Occidente: la venganza de China por Las Guerras del Opio (1839-1842/1856-1860); la desaparición del Estado de Israel (Franco Bifo Berardi) y las guerras por el agua.
Ensayo poético
Tags : Reflexiones para antes de morir Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 10/09/2024 a las 13:39 | {0}¿Han muerto por el frío? La noche se ha vuelto tan callada. ¡Grillos míos! Ya no batiréis vuestros élitros en busca del amor y dejaréis más oscura la noche [...] la noche más oscura ¿será la última? aunque se muera de día, a pleno sol, en el desierto [...] la torpeza un día de playa, tú eras muy pequeña, te llevaba de la mano, el suelo no era de arena sino de piedras [...] creo que aquella noche te regañé [...] no lo he olvidado [...] ayer te habría dicho: a veces hacerse una analítica es una heroicidad, no, no por el hecho en sí, sabes que nunca me asustaron las agujas, sino por lo que significa de cuidarse, de estarse atento [...] sí, pienso en abandonar [...] el mes de agosto fue duro [...] ¿te has ido para siempre? ¿Ya nunca más sabré de ti? [...] ¿llevas largo el pelo? [...] porque los grillos volverán el año que viene como han vuelto -o van ya de paso, sé tan poco del ciclo de las aves, de aves...- las bandadas de pájaros que inundan los árboles cercanos y hacen enloquecidas sus vuelos rasantes y se hartan de insectos [...] la vida sigue y seguirá cuando ya no tenga la capacidad de suponerla [...] subíamos los ocho pisos por las escaleras. ¡Cuántas veces se rompió el ascensor en aquella maldita casa! Allí fue donde me volvió la imposibilidad de soportar ruidos ajenos, músicas ajenas, borracheras, locuras, memeces ajenas pero sobre todo los ruidos, los ruidos... desde entonces los ruidos me vienen matando la paz... ¿has estudiado más materias? ¿has aprendido alguna idioma? ¿has visto el mar? ¿fuiste al festival de Ortigueira? ¿se te hizo la noche caminando de la mano de tu amante? [...] aquellos ojos tuyos de 2003 [...] perdidos en el mundo tras ver Interstellar [...] A veces lo pienso [...] Dejar de batir mis élitros [...] mi alma se funde con la nostalgia y crea un agujero de gusano que me lleva directamente a ti [...] ¿volverán los grillos? ¿estaré esperándolos? ¿viviré sin ti? [...]
Ensayo
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/09/2024 a las 22:09 | {0}
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Ensayo poético
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 20/09/2024 a las 17:01 | {2}