Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
La Solución 2. Tenaz
Milos Amós divaga con la caída de la hoja del árbol que tiene enfrente. El café frío. El ánimo frío. Una barba de días, las uñas algo sucias y una música de jazz (como la noche de la bajada a los infiernos cuando entraba en un café jazz y se encontraba a una saxofonista coja que acariciaba las teclas con pudor) ahora que la luz ya asoma y los pájaros comienzan su incesante piar de hambre.
Milos Amós suspira y relee la educada y casi velada crítica que Raúl Morales hace en su hermoso blog Luz en la Ventana acerca de los falsos poetas que publican y son premiados con falsos poemas. Dice Raúl Morales: Suficiente ojear brevemente sus libros para saber que no se han vaciado para abordar el poema y luego añade: No juzgo.
Milos Amós sí juzga (también juzga Raúl Morales, es un juicio lo que acaba de exponer y además juzga con dureza empero teñida de quietud y como aislado el juicio de posibles nombres. Juzga y se desgañita. Es un grito pero es un grito sordo como el mejor grito de la historia del cine en las escaleras exteriores de la Opera de Palermo cuando los enemigos de Michel Corleone asesinan a su hija y Michel, abrazado a ella, exhala un grito que no se oye, un grito que estalla dentro, un grito desgarrador por mudo, un grito sólo para sí abierto al mundo) y por eso se afirma (reflexivo el verbo porque se encuentra solo y no tiene nadie con quien dialogar) en su capacidad de juzgar y en su incapacidad para creer, ciegamente, en la justicia. Tampoco en la suya. Tampoco.
El escritor tras el vaivén de las flexípedes ramas del árbol se acoge, se abraza y sabe que tan sólo le queda la tenacidad (una cualidad que algunos le hurtan) de creer y descreer a un mismo tiempo, de alejarse y acercarse a un mismo tiempo, de reír, de reír cada vez más alto y cada vez más mudo, una risa sin gesto y un desdén sin soberbia.
Milos sabe -o cree saber- que hay que sacarse del corazón las verdades. No es envidia, es justicia y la justicia ha de juzgar los hechos no las personas y así sí es posible coger un libro de poemas o cualquier obra de arte y sobre el hecho artístico juzgar.
Tenaz abre el cuaderno, toma la pluma de tinta verde, se quita las gafas de ver de lejos y tras suspirar entra en una casa del centro de la ciudad donde una mujer llamada Bestiaria descifra lentamente un manuscrito llamado El Ladurm.

Cuento

Tags : La Solución Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 13/11/2008 a las 10:42 | Comentarios {0}


He aceptado la posibilidad de que la casualidad es el orden natural de las cosas. Esta definición me parece una buena posibilidad porque de forma clara y concisa afirma la relación entre el individuo y su entorno, una búsqueda inconsciente, un encuentro no buscado entre posibilidades casi infinitas. La casualidad urde vida. El orden le da un sentido (en su sinónimo de dirección). Eso no implica que la dirección sea la correcta.

El 8 de Agosto (mes octavo) del año 2008 entramos en la Era de Orión, de hecho ese día a una determinada hora se abrió la puerta y empezamos -los del planeta tierra- a atravesar el umbral y al hacerlo fuimos abandonando la zona de la galaxia en sombra en la que nos habíamos movido los últimos 10.800 años (iniciamos este recorrido por la sombra cuando aún habitábamos las cavernas. Las pinturas de Altamira sólo tenían 1200 años aprox.). Largo tiempo según los cómputos humanos actuales.

Aquel día me enviaron un correo con mucha información de la Era de Orión: cómo habían de sobrevenir crisis con sus correspondientes catarsis, cómo la corteza de la tierra se iba a compactar de tal forma que la extracción de petróleo se iba a complicar, cómo iba a surgir un gran flujo de amor, en fin todo muy New Age, he de reconocerlo, y por tanto leí todo aquello con prejuicio, juicio, postjuicio y con el interés que me producen formas distintas de entender el mundo. Y junto a estas premoniciones que el viejo Thiresias habría tildado cuando menos de ingenuas, se adjuntaba un estudio de astronomía con los cálculos que certificaban el cambio de posición en la galaxia.

El 4 de noviembre de 2008 un tal Barak Husein Obama se convirtió en presidente electo de los Estados Unidos. Sólo diré que cuando menos es curioso que este señor sea mulato, es como si en España votáramos a un señor gitano o con cuarterón como presidente, en fin algo inaudito. Como la casualidad siguiente puede que conforme el orden natural de las cosas: Barak Husein Obama hace el número cuadragésimo cuarto como presidente, es decir 44 y cuatro más cuatro es 8 y esto ocurrió en el 2008 al cuarto mes de entrar en la Era de Orión, la era del 8. Aunque (y aquí la adversativa adquiere todo su poder) también es posible que los directores de campaña y quienes no son los directores de campaña supieran todas estas cosas y así añadiendo casualidades y sorpresas televisivas hayan conseguido lo que realmente se proponía la aún primera potencia del mundo: acaparar toda la atención para sí. Por cierto, Obama nació el 4 del 8 de 1961 (si sumamos los números de su año de nacimiento y lo reducimos a un número natural del 0 al 9, da 8. Es decir: 1+9+6+1= 17 de donde 1+7= 8)

Y como colofón esto demuestra, Carlos París dixit, que la democracia global no existe, es decir, queda demostrado que un voto de una señora de Ohio vale mucho más que un voto de una señora de Toledo (España).

Diario

Tags : Archivo 2008 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/11/2008 a las 19:23 | Comentarios {1}


Llegaba ya el final del día. Desde por la mañana Milos Amós había estado dedicado a su trabajo. Ese trabajo. Esa tarea. Desde hace tantos años, amada, extraña. Le gustaba ver amanecer mientras tecleaba y urdía una forma y un contenido, reflexionaba sobre el paralelismo entre un guión y una partitura y entre ello, entre esos pensamientos al aire del humo azul del cigarrillo, bullía, latente, la historia que había de contar. Hacía falta tan sólo un segundo para entrar en una habitación pequeña, en un barrio obrero, con una lámpara de pie muy vieja, la actriz está sentada en un sofá y mira con cierto sufrimiento un aparador. El aroma del café le devuelve a la casa. Escribe lo vivido (la habitación pequeña, la lámpara de pie, etc...) y una línea rosa abarca mucho cielo. Ya es el día.

Esa descripción bucólica, que él mismo había escrito, como el pintor que se autorretrata frente a un espejo, apenas sí tenía relación con el aumento de su latido cardíaco. Había algo amañado en esa descripción, pensó.

Milos Amós siguió escribiendo y los dedos se fueron ralentizando a medida que las ideas se evaporaban de su cabeza y los personajes se difuminaban en un tono gris y sin perfil. Entonces recibió la llamada y al colgar constató el amaño de la descripción. Borró el guión que había estado escribiendo y decidió descender a los infiernos.
La ciudad. Bebió. Estuvo sentado escuchando a un grupo de jazz. Luego, en una plaza, aspiró el aire de la noche y algo se aclaró. Sabía que el mundo seguía girando como él veía las luces de un edificio. Volvió a su casa. Esperó a que amaneciera y se quedó dormido.

Cuento

Tags : La Solución Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 08/11/2008 a las 20:16 | Comentarios {1}


Texto apócrifo atribuido a Isaac Alexander


El Diccionario de Autoridades en su primera edición de 1726 define Aburrir como: Apesadumbrar mucho, hacer despechar y desasosegar a uno, de suerte, que no sólo le entristezca sino que casi llegue a aborrecerse. Es tomado del latín Abhorrere.
El Aburrimiento no existe en este diccionario tanto en sentido literal como en sentido figurado. Quiero decir que no viene como entrada la palabra Aburrimiento. La entrada anterior a Aburrir es Aburelado.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua en su vigésimo sexta edición editada en 2001, en la sexta acepción sobre Aburrir, dice: Sufrir un estado de ánimo producido por falta de estímulos, diversiones o distracciones.

Estas definiciones marcan dos mundos, dos formas de pensar con respecto a aburrir: mientras la primera -del siglo XVIII- es activa, el sujeto aburrido participa activamente de su aburrimiento incluso alcanza la tristeza y el horror de sí; la segunda -del siglo XXI- es una definición pasiva, el sujeto sufre de forma misteriosa un estado de ánimo causado por circunstancias externas y así habla de estímulos, diversiones o distracciones. Da la sensación de que define estar aburrido y no define ser aburrido.

Yo me siento más cercano a la definición del siglo XVIII porque el aburrimiento tiene algo de despecho, algo de pesadumbre y esa mezcla, en mi aburrirme, produce tristeza y aborrecimiento.

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/11/2008 a las 20:28 | Comentarios {0}


Thaid Gaertel (Una breve semblanza no autorizada)
Thaid Gaertel pudo nacer en un país escandinavo probablemente Noruega al principio de la década de los sesenta del pasado siglo. Hijo de unos farmacéuticos pasó los primeros años de su infancia en el laboratorio de los mismos y se enamoró profundamente del sulfato de amonio y del cloruro potásico.
Ya desde niño su imaginación excesiva, su tendencia a la suspensión le acarreó algunos problemas en la sociedad protestante en la que vivía. Prueba de ello son unos supuestos comentarios de su profesora de primaria Edelmira Ongeweiss cuando hacía referencia a la ocasión en que Thaid, a la edad de ocho años, se negó a ir a la escuela arguyendo que la susodicha maestra le castigaba a sentarse en el alfeizar de la ventana del aula -sita en el cuarto piso de la escuela- y a pasarse la mañana entre la helada y la altura mirando un pruno.
El paso de los años no alteró esta imaginación salediza y quizás ayudó la inhalación de ciertas sustancias del laboratorio de sus padres a que, a la edad de quince años, decidiera huir de Noruega -aunque nadie se lo impidiera sólo que a él le gustaba la sensación de huida- con tan sólo una mochila y una flauta dulce.
La primera noticia que se tiene de él tras su huida acontece en la ciudad de Amberes donde dos testimonios -el de un guarda municipal y el de un comerciante de quesos- corroboran la presencia de Thaid Gaertel tocando su dulce flauta en la Saint Paul strass a lo largo de la primavera del año 1975 y apuntalan la idea de que fue en esta ciudad y en esta calle donde conoció a Isinvayeva Vaskausas la célebre concertista de chelo la cual según todas las fuentes consultadas le introdujo en el mundo de las escalas cromáticas y en el mundo de su cuerpo eslavo y como corolario a su relación le regaló dos flautas traveseras (ambas aparecen en la portada del CD) y le puso de patitas en la calle por una cuestión de parásitos (nunca se supo si él era el parásito o un parásito que fue a parar a él recorrió el camino hasta el pubis de Isinvayeva con las consecuencias conocidas).
Parece ser que fue entonces cuando compuso su primer tema Sosinha -tema 8º del CD- con el que nunca llegó a las listas de éxitos.
Poco más sabemos de él. No sabemos si el rostro que aparece en la carátula del CD es el rostro de Thaid y tampoco nos atrevemos a elucubrar acerca del título del disco Pesadilla para flauta y Band in a Box. Juzguen ustedes todos estos datos sin confirmar.
En la próxima reseña intentaremos agregar un tema de Thaid Gaertel (siempre que no nos cobre derechos de autor)

Cuento

Tags : Archivo 2008 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/11/2008 a las 14:04 | Comentarios {0}


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