Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Después de nadar y de secarme, llevo al porche trasero de la Casa Museo, ante el que se abre el jardín con la piscina, un aperitivo. Suele ser hacia las ocho y media de la tarde. Me siento entonces en una silla y miro. Pronto llegan los vencejos, las golondrinas y las palomas torcaces a beber o a cazar o a avistar -eso pienso yo. Eso creo que hacen los pájaros- mientras yo repito unas palabras que no me dicen nada y mientras las repito, a veces, en los intervalos, se cruzan pensamientos, imágenes, otras palabras. Las palabras que repito son om taum nahmá una y otra vez, om taum nahmá, una y otra vez, om taum nahmá, una y otra vez om taum nahmá, una mujer se aleja de mí, lleva un hijo en su vientre, om taun nahmá, resplandecen puntos rojos ante mis ojos, suelo, vendimia, locura, muerte, ámbar, raso, om taum nahmá, cierro los ojos, om taum nahmá Carmen se sienta frente a mí, abre las piernas, saca la lengua, om taum nahmá, siento la brisa de la tarde, los pájaros cantan más fuerte, siento el fluir de la sangre por mis venas, om taum nahmá, tirito, sangro por la nariz, pienso si ese alejamiento, el de esa mujer, una mujer embarazada, será que lleva a mi hijo en ella, será que me aleja del embarazo de mi hijo, om taum nahmá, om taum nahmá, om taum nahmá, las manos se aferran a los brazos de la silla, el sol ha sido ocultado por una nube, sé que es el canto de un mirlo lo que ahora escucho, me explota el coño de Carmen en la cara, om taum nahmá, om taum nahmá, la habitación es larga, con muchas camas, estoy atado a una de esas camas, tengo la impresión de que me encuentro en un país tropical, hace mucho calor, hace mucho tiempo, la boca de Carmen, los sobacos de Carmen, el sol me pica en la cabeza, pido auxilio, quiero volver a mi casa, quiero ver crecer a mi hijo en el interior de esa mujer, esa mujer me ha robado vivir la gestación de mi hijo, om taum nahmá, om taum nahmá, las golondrinas son la plenitud del verano, el viento se hace dueño de los árboles, quisiera dar un trago a la cerveza, sigo con los ojos cerrados, om taum nahmá, om taum nahmá, om taum nahmá, anticipo el miedo que esta noche sentiré cuando tenga que abrir las ventanas, me escucho diciéndole a Carmen, Date la vuelta, bájate las bragas, siento cómo mi miembro se empieza a poner duro, om taum nahmá, om taum nahmá, la luna se cierne sobre mi vientre, las olas acarician las plantas de mis pies, es una luna naranja que recién sale del horizonte, mis manos la abarcan, cierro los ojos, veo a mi hijo flotar en el líquido amniótico de su madre, no sé cómo se llama su madre, no sé quién es su madre, no veo el rostro de su madre, Albania, pienso, Tirana pienso, om taum nahmá, om taum nahmá, la noche cae, he de iniciar el recorrido, la rutina de todos los días, bajar entonces al sótano primero y encender la iluminación exterior de la Casa Museo de un anciano magnate al que nunca he tenido el placer de saludar, om taum nahmá, om taum nahmá, om taum nahmá, om taum nahmá [...]
 

Narrativa

Tags : Olmo Dos Mil Veintidós Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/08/2022 a las 16:30 | Comentarios {0}








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