Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Aquel día el padre tenía que trabajar y su hijo pequeño, de tres años, no había podido ir a la guardería. El padre tras haber desayunado con el pequeño, haberse vestido y haber charlado un rato sobre los sueños de la noche, le dijo: Mientras yo trabajo tú toma estas tres cerillas y juega a algo (no, no, les anulamos el suspense de antemano: el pequeño no va a quemar la casa ni va a causar ningún estropicio. Supongamos que el padre les ha quitado previamente las cabezas de fósforo o que ni tan siquiera ha hecho falta, sencillamente las ha mojado con agua).
El padre se va pues a trabajar. El niño se queda en su habitación. Tiene las tres cerillas en su mano. Su imaginación de repente imagina que dos de las cerillas son hermanas. Viven en una casa en el bosque con sus padres que son dos humildes agricultores. El niño imagina que ese día es jueves, el día de mercado, el día en el que los padres han de ir a la ciudad para vender los frutos de la tierra y poder de esta forma alimentarse ellos y hacerse con algo de abrigo y algo de leña. Es el día en el que las dos hermanas cerillas han de quedarse solas hasta la caída de la tarde. Siempre antes de irse los padres les dan la misma orden: no vayáis al bosque, no os internéis en él y cada vez que se van las dos hermanas desobedecen y juntas, tomadas de la mano, llenas de temor se internan en el bosque. También hoy lo harán, sólo que hoy se encontrarán poco antes de llegar a la Cascada de los Muertos con la Bruja de los Dientes Podridos. El niño mira la cerilla bruja, la tercera, y al mirarla la imagina y al imaginarla se aterra y al aterrarse grita y al gritar sale corriendo de su habitación gritando, ¡Papá la cerilla se ha hecho bruja! El padre escucha el grito de su hijo. Sale corriendo del despacho. Se encuentran ambos en el pasillo. Toma el padre al hijo entre sus brazos. Entre sollozos escucha: la cerilla se ha hecho bruja. El padre decidido le contesta, ¡Hagamos que vuelva a ser cerilla! y como un héroe audaz, con paso decidido entra en la habitación, coge la cerilla que yacía inerme en la alfombra y le susurra en la cabeza de fósforo, ¡Cerilla hazte cerilla, yo te lo ordeno! Mira a su hijo y le dice: si eres capaz de partirla por la mitad ya es cerilla. Solemne el padre le entrega la cerilla al hijo, el hijo la recibe y tras un leve chasquido parte la cerilla en dos. Se miran. El padre le dice: por el valor que has demostrado te nombro Caballero de las cerillas embrujadas. Con paso firme y, tras alborotar el pelo del pequeño, vuelve el padre a su despacho. El niño coge las cerillas que eran hermanas. Están de nuevo en el bosque. Ya pueden pasear sin miedo. No hay bruja.
 

Cuento

Tags : Cuentecillos Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/09/2025 a las 16:54 | Comentarios {0}



¡Cómo te queremos! Te queremos no porque tú no nos quieras sino porque nosotros te queremos. Te queremos como se quieren las habitaciones propias. Te queremos con el ansia de querer del adolescente. Te queremos toda. Hasta ausente te queremos. Deprimidos te queremos. Olvidándote te queremos. Y este amar tan inmenso, este querer generoso no exige, por lo mismo, que nos sea devuelto. No nos lo devuelvas nunca. No vengas un día con las manos llenas. Déjanos así, huecos y heridos como los viejos robles hendidos por el rayo. Te queremos. Nos gusta decirlo. Te queremos y nos alegra quererte. No vuelvas y si lo hicieras sólo te exigiremos que lo hagas como si hubiera sido ayer cuando te fuiste.
 

Cuento

Tags : Cuentecillos Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/09/2025 a las 17:04 | Comentarios {0}


Del libro Poemas póstumos I (1923-1937) escrito por César Vallejo



       - No vive ya nadie en la casa -me dices-, todos se han ido. La sala, el dormitorio, el patio, yacen despoblados. Nadie ya queda, pues que todos han partido.

       Y yo te digo: Cuando alguien se va, alguien queda. El punto por donde pasó un hombre, ya no está solo. Únicamente está solo, de soledad humana, el lugar por donde ningún hombre ha pasado. Las casas nuevas estás más muertas que las viejas, porque sus muros son de piedra o de acero, pero no de hombres. Una casa viene al mundo, no cuando la acaban de edificar, sino cuando empiezan a habitarla. Una casa vive únicamente de hombres, como una tumba. De aquí esa irresistible semejanza que hay entre una casa y una tumba. Sólo que la casa se nutre de la vida del hombre, mientras que la tumba se nutre de la muerte del hombre. Por eso la primera está de pie, mientras que la segunda está tendida.

       Todos han partido de la casa, en realidad, pero todos se han quedado en verdad. Y no es el recuerdo de ellos lo que queda, sino ellos mismos. Y no es tampoco que ellos queden en la casa, sino que continúan por la casa. Las funciones y los actos se van de la casa en tren o en avión o a caballo, a pie o arrastrándose. Lo que continúa en la casa es el órgano, el agente en gerundio y en círculo. Los pasos se han ido, los besos, los perdones, los crímenes. Lo que continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón. Las negaciones y las afirmaciones, el bien y el mal, se han dispersado. Lo que continúa en la casa, es el sujeto del acto.
 

Invitados

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 10/09/2025 a las 18:03 | Comentarios {0}



Se conocieron en una pensión para enfermos tuberculosos.
Él era mayor que ella.
No eran de la misma clase social.
Sólo que la guerra lo iguala todo.
Toser sangre juntos los hacía reír.
Rieron mucho. También callaron mucho mientras en la galería trasera de la pensión contemplaban, tumbados en chaîses-longs y envueltos en mantas, los atardeceres de un otoño ya avanzado.
Una tarde él recordó unos versos castellanos de nueve sílabas, al modo francés escritos, de un viejo poema titulado La vida de madona Sancta María Egipciaqua, redactado hacia mediados del siglo XIII. Aquellos versos decían:

De sus tetiellas bien es sana:
Tales son commo la mançana.

Se amaron meses más tarde.
Murieron poco después.
 

Cuento

Tags : Cuentecillos Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/09/2025 a las 19:39 | Comentarios {0}


Juego de la Rayuela
Juego de la Rayuela


 
05_capitulo_68_de_rayuela.mp3 05 Capítulo 68 de Rayuela.mp3  (7.26 Mb)

Sonidos

Tags : Lecturas en alta voz Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/09/2025 a las 19:10 | Comentarios {0}


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