Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

No estoy para nadie.
Dadme un poco más.
Quisiera dormir.
Me estoy muriendo.
Quiero agua.
Quiero sentirme fresco.
No tengo sed.
No tengo fuerzas.
Hay que construir.
Hay que resistir.
Buscar un equilibrio.
Ni tanto ni tan calvo.
Se pondrá todo en su lugar.
Gracias.
Voy a dormir.
Voy a soñar.
Voy a resucitar.
Ella se marcha.
Y no me despedirá.
Volveré a estar solo.
No es bueno estar solo.
Pero algo ocurrirá.
Seguro que algo ocurrirá.
Sonará el teléfono.
Llegará una carta.
Será una sorpresa.
Me dará vida.
Un paquete.
Luego todo irá bien.
Por qué ha de ir mal.
Vamos.
Venga.
Animo.
Nada está perdido.
Nada nos aguará la fiesta.
Pero.
Pero.
No hay peros que valgan.
Está bien.
Está muy bien.
No voy a dormir.
Toda la noche escribiré.
Concentrado.
Simulando ser.
Luego amanecerá.
Querré que amanezca.
Volarán algunos pájaros.
Los miraré.
Los volveré a mirar.
Mientras bebo un café.
Mientras fumo.
Mientras me caigo de sueño.
Por fin dormiré.
Y soñaré.
Un espacio fosforescente.
Un lupanar.
Una lágrima.
Un suspiro.
Algo nuevo.
Helicoidal.
Anaerófobo.
A mi lado yacerá carne.
También respirará.
Pero no la tocaré.
No, no podré.
Prohibido.
No hay prohibido.
No se dice así.
Recapitula.
Re-escribe.
Revienta.
No podré.
No podré.
Es imposible.
Cómo se hace.
Cómo se halla el sendero.
¡Qué cojones de sendero!
Hostias.
Me quemo.
Me agarro sin control a las farolas.
Demasiado larga.
Más corto.
Venga.
Ya estás llegando.
Ya estás.
Lo conseguirás.
Al final.
Podrás.
Pero no cejes.
No pienses un segundo de más.
Demasiado larga.
Más libre.
Así. Venga.
No desfallezcas.
Todo va bien.
Más corto si puedes.
Si pudiera.
Ahora un deseo.
Has parado.
Eso no vale.
Despierta.
Cae la lluvia fuera.
Quiero decir.
Llueve.
Bueno.
Ahora descansa.
Pero no releas.
Descansa.
Descansa.
Deja tu mente en blanco.
Demasiado larga.
Concisión.
Tanto como cualquiera.
Mejor.
Sin comparación.
Alto.
Sigue.
Las manos están aquí para algo.
Desvela la vela que arde.
Muerde algo
Y luego canta, canta,
algún pájaro creerá entenderte.
Demasiado cerca.
Hay un humo marrón endiablado.
Pero.
Además.
Los besos. Una mirada verde y rayada.
Una persiana.
Entonces.
Acapara los aguaceros.
Rellena las almohadas.
Escupe en las gibas malintencionadas.
Escucha el runrún de los ascensores.
Tiembla.
Deléitate con las pajas de tu propio pajar.
Hay un nombre.
Una sigla atrevida con ribetes de pulpo
deambula por el balcón buscando las garras de mi perro.
Bucean las mariposas y las esponjas se secan tristes en una costa cortada a navaja.
Bulle.
Recela.
La noche.
Un cosmos gris y denso se ocupa de nosotros.
Poco más.
Demasiado poco más.
Historia.
Las bragas de las mujeres descansan.
Los calzoncillos de los hombres huelen a sebo.
¡Ay, amor, que duro es el olor!
Lo peor ya llegó: costras rojas gigantes en tu coño
imposibles de romper por mi glande invadido de ronchas con pus.
Historia de la transición.
Ya somos.
Grandes palacios.
Aquella cúpula.
Aquella luz.
El pan de oro rellena las notas musicales de Haydn.
Pero.
Aunque.
Quisiéramos.
No podríamos.
Recuerdas la mantequilla.
El sopor de los jueves por la tarde.
La plaza del pueblo deshuecada y rota.
La vieja de verde.
La vieja de azul.
La vieja dormida.
La vieja de tul.


Poesía

Tags : Archivo 2009 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 06/03/2009 a las 09:31 | Comentarios {0}








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