Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Los padres, antes de irse al mercado, le habían ordenado a la hija que no se acercara al brocal del pozo. La hija, muchacha de quince años de rostro angelical, humilló la cabeza y les prometió obedecer y estar tan solo atenta al borboteo del guiso. Marcharon los padres. Quedose sola la niña y pasado un rato, el que ella creyó conveniente, se quitó el mandil, se calzó los zapatos carmesíes, se miró en un pedazo de azogue, salió a la mañana que era de primavera y se encaminó hacia el pozo donde le esperaba -eso creía ella- un mozo de la aldea cercana al que había conocido días atrás.
Llega la muchacha al pozo. Cerca de éste se alza la copa inmensa de un abedul centenario; escondido tras el tronco un diablo cojo espera y cuando ve a la muchacha apoyarse sin temor en el brocal se transfigura en el hermoso mancebo y sale a su encuentro. ¡Echan fuego los ojos de la muchacha al verle! ¡Cómo quisiera que esos dientes mordieran sus labios y esos brazos la abrazaran largamente! Y justo en ese largo abrazo está pensado cuando el diablo se lanza contra ella y le susurra -en chirrido de voz espantoso- Yo te abrazaré eternamente y haciéndolo se tira con ella al pozo de cabeza.
Canta la mañana en el cielo mientras que las aguas del pozo, como si hirvieran, burbujean.
 

Cuento

Tags : Cuentecillos Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 24/10/2022 a las 17:57 | Comentarios {0}








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