Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Escribe Escoto Eurígena en el siglo IX: El amor es el cese del movimiento. En principio la definición, esencialista, me parece bonita (parece contener algo dulce). Luego, sometido a la enseñanza intelectual de Karl Popper, (sometido con entusiasmo; sometido con alegría; descubriendo a un pensador que me hace sentir -en mi pequeño mundo- pensador yo) me hace pensar en la quietud y más allá en la inmovilidad y por ahí, por ese que nada se mueva surge Platón y su intento atrabiliario de permanecer sometidos al peso de lo inmóvil. O por decirlo de manera más clara: ¿Por qué el movimiento no es amor? ¿Qué tiene el movimiento de odioso (entendiendo el odio como el opuesto del amor)?
El movimiento lo es en todo. Movimiento es una conversacion. Movimiento es una mano que tiende hacia otra mano. Movimiento es un pensamiento. Movimiento es una pausa. Movimiento es giro. Y aunque, como dice el Tao: Treinta radios convergen en el cubo de una rueda,/ pero en su nada/ está la utilidad del carro./ El barro se moldea para hacer vasijas,/ pero en su nada/ está la utilidad de la vasija./ Se horadan puertas y ventanas/ para hacer una casa,/ pero en su nada/ está la utilidad de la casa./ El ser es lo tangible,/ pero en la nada está la utilidad, el radio, el barro, la puerta, la ventana y el ser aportan su sustancia para que la  nada surja y así en ese movimiento entre algo y nada podría decirse que reside el ámbito del amor. Porque podría arriesgarme a insinuar una característica del amor si dijera: para nada por algo.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/03/2013 a las 10:18 | Comentarios {0}








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