Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Texto extraído de la Historia Universal de las Cifras escrita por Georges Ifrah


La historia de una gran invención
La lógica no ha sido el hilo conductor de la historia de las cifras. Primero, son unas preocupaciones de contables, pero también de sacerdotes, de astrónomos-astrólogos, y en último lugar sólo de matemáticos, quienes han presidido la invención y la evolución de los sistemas de numeración. Y estas categorías sociales, notoriamente conservadoras, al menos en lo que concierne a los tres primeros, retardaron sin duda, a la vez, su perfeccionamiento último y su vulgarización. Cuando un saber, tan rudimentario a nuestros ojos pero tan sutil para los de nuestros antepasados, confiere un poder, o al menos unos privilegios, parece rechazable e impío compartirlo. Quizás en este punto, aunque en otros dominios, las costumbres de cierto poder mandarinal sean aún las mismas.
Pero hay otras razones para ello. Una invención, un descubrimiento, sólo puede desarrollarse si responde a la demanda social de una civilización, si la ciencia fundamental responde a una necesidad interiorizada en la conciencia de sus sabios.Y en reciprocidad, pero sólo en reciprocidad, transforma o cambia esta civilización. Se sabe de avances científicos que no se han desarrollado porque la demanda social los ha rechazado.
Es fascinante asistir a las etapas sucesivas del pensamiento matemático. El descubrimiento de la numeración de posición ha escapado a la mayoría de los pueblos de la historia. (una numeración de posición es un sistema en el que un 9, por ejemplo, no tiene el mismo valor si se coloca en el rango de las unidades de primer, segundo o tercer orden.)
De hecho esta regla esencial no ha sido imaginada más que cuatro veces a lo largo de la historia. Apareció por primera vez en el comienzo del II milenio a.C., entre los especialistas de Babilonia.
Fue redescubierta, a continuación, por los matemáticos chinos poco antes del comienzo de la era cristiana; después entre los siglos III y IV d.C. por los astrónomos mayas, y finalmente, por los matemáticos de la India, en los alrededores del siglo V.
A parte de estos cuatro pueblos, ningún otro sintió la necesidad del cero. Este concepto (0) se hace imprescindible cuando el uso del principio de posición se erige en sistema.
Y, sin embargo, sólo tres pueblos, los babilonios, los mayas y los indios, supieron alcanzar esta última abstracción; los chinos sólo la introdujeron en su sistema por influencia india.
Pero ni el cero babilónico ni el cero maya fueron concebidos como un número: tan sólo el cero indio tuvo casi las mismas posibilidades que el que nosotros utilizamos hoy. Es el que nos ha sido transmitido por los árabes, al mismo tiempo que las cifras que llevan su nombre y que no son otras que las indias, un poco deformadas por el uso, el tiempo y los viajes.
Ciertamente conocemos esta historia sólo de forma fragmentaria, pero converge de manera inexorable hacia el sistema de numeración que usamos hoy y que se fue extendiendo poco a poco por todo el planeta.

Invitados

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 28/08/2010 a las 21:47 | Comentarios {0}


¡Ché!
Ella dice tener el corazón argentino (cómo subirá la plata cuando lo sepan los Mercados de Valores). Yo lo anuncio para que no más los argentinos sepan que una mujer suspira por sus suspiros. Y no es una mujer cualquiera, ¡ché!

Ella ensueña sobre la fascinación de sus giros, de sus voces profundas, de ese alma argentina, mezcla de españoles, italianos, griegos y mapuches.

¡Ah, argentinos, qué mina os lleváis! Os la describiría con la seca cautela castellana (o quizá me armaría de vos y viste y dai, dai y volteá y agrupá y...) con una sola frase: ella es pulso sutil de mujer.

Si leyera cómo Calamaro ha mandado a tomar por el orto a sus seguidores de twitter.

Si leyera cómo Borges le escribió un poema a las batallas (lo habrá leído y si no, ¡Leelo, nena, leelo!)

Si escuchara al bueno de Cortázar describiendo los fríos de Paris o los esfuerzos de Bioy Casares por desentrañar la última reconstrucción del alma o se enfrascara en Los Siete Locos del Loco Arlt. O si viera al grande de Pampito, El Chino de Córdoba, deslizarse por el ring con alma de bailarín...

O, envidia mía, si yo fuera argentino, rogaría a Dios que me enviara una fortuna para tener la fortuna de traérmela a Buenos Aires y llevarla a pasear por el Cementerio de la Chacarita mientras, linda su mano, arrullo sus oídos con poemas vanos.

¡Argentinos, Dios os visita más de una vez por semana!

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/08/2010 a las 11:09 | Comentarios {2}


Viene con los pantalones rotos
y un cráneo incrustado en el pecho;
viene derecho al viernes
cuando se anuncia que será el domingo en ciernes
el día de la estepa, las ramas y el humus.
Viene con los ojos rojos.
Viene de madrugada tranquila,
al sereno;
Viene hambriento,
cubierto de polvo,
sin tiempo.

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/08/2010 a las 13:40 | Comentarios {0}


K
Veo el ojo del mundo
la vela también la veo
Veo el inicio de un poema muy famoso
(no me he comido por dentro porque me he arriesgado a que me muerdan por fuera)
Ying+Yang = Qui
¡Oh, Rosalinda si tu foras a pragia!
Esa navaja, minúscula como supernova, esa navaja de Ockam, esa sutil navaja de Ockam, de Ockam, de Ockam.
Las pastillas para dormir dejábanle el cuerpo hipnotizado, una cualidad etérea, una saliva mágica, una papilla.
Veo el ojo de la luna
una mula me lo ha señalado con su pezuña
Estéril hablar si no es para evitar pudrirse por dentro
(¿por qué no te pudres? ¿por qué quieres bañarte y oler a limpio? ¿cuándo vendrá la navaja a cortarte el pescuezo?)
Dijo una inconsciente: ¡Vale ya de especular sobre el sufrimiento en el mundo! ¡Actúa sobre él!
¿Qué moral superior tienen los activos con respecto a los contemplativos?
¿Cómo no pueden pensar -¿la acción permite pensar?- que acción/contemplación son iguales, fraternas y libres?
Vem, Lidia, enlaçemos as maos!
Estaban a la vera de un río que no era el Tajo y sin embargo era tan importante como el Tajo. Porque estaban ellos, a su vera, con las manos enlazadas.
Dieron las once.
La mucama paró el tiempo.
Dieron la once para siempre.
Fueran las dos o las cinco sonaban las once.
También en aquella casa. En su fuero interno. En la niña recién parida. En Alcolea del Campo. Y en Los Negrales.
Sólo hubo una vez -cuando regaron la calle para despejarla de semillas- que en vez de las once, sonaron las once y cinco.
Fue un tumulto.
Fue una provocación.
Fue un asunto de Estado solucionado en Reposo por unos Rapaces que se negaron, por supuesto, a decir sus Nombres.
¡Bendita seas!
¡Maldito seas!
¡Eneas, Eneas, las once!
- ¡Como siempre, mamá, como siempre! ¡No me lo digas más veces!
Vem, vem, vem!
Si el corazón pudiese pensar, se pararía.
Dijo el filósofo.
Pedro Pablo Pascual Pereira Primer Pintor Portugués Pidió Permiso Para Pasar Por Portugal Pintando Puertas Para Pobres Por Poco Precio.
Debiera llamarse P en vez de K.
¡No, no, potenciales no!
Gracias.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/08/2010 a las 10:49 | Comentarios {0}


Extractos y comentarios acerca del libro Cosmos y Psique


Para escribir este artículo voy a escuchar Music for Airport de Brian Eno. Me he puesto los cascos no muy altos porque fuera se gesta una tormenta y el sonido del trueno mezclado con el olor húmedo del aire más la grisura cada vez más oscura del cielo y el frescor del suelo de piedra a mis pies, invitan a que cada sentido se armonice y una sensación devenga en otra y varias se mezclen.

Saturno, Plutón y Urano forman (ahora estalla el trueno, justo ahora, al terminar el último de los planetas -sincronicidad-) tormentas en los ritmos humanos. No me voy a extender en los arquetipos que encarnan cada uno de los planetas ni en las deducciones de Tarnas (repetitivas e interesantes). Sólo decir, a modo de ejemplo, que durante la alineación de Urano y Plutón se produjeron hechos históricos tan excitantes como la Revolución Francesa, La Contracultura de los años 60 o las Revoluciones Románticas de 1840 y que durante la alineación de Saturno y Plutón estallaron las dos guerras mundiales del siglo XX o los atentados del 11 de septiembre de 2001 y los del 11 de marzo de 2004 en Madrid. El corpus documental de Richard Tarnas es exhaustivo y sorprendente. Sin embargo a veces las pequeñas cosas (o las cosas más pequeñas) sirven mejor para comprender la macrovisión de lo que se nos está planteando. Por eso la historia de Hemann Melville y las ballenas es verdaderamente ejemplar con respecto a la tesis de Tarnas (tesis: los asuntos humanos tienen su trasunto en el Cosmos. Formamos parte de un anima mundi.)

Extractos: (De nuevo el trueno, esta vez largo y profundo. La tormenta se acerca)
En el caso de Melville y Moby Dick, podemos reconocer la potente interacción de estos dos fuertes complejos arquetípicos: por un lado, los temas uranoplutonianos del despertar de la irrupción de fuerzas de la naturaleza en la ballena, el desencadenamiento del ello instintivo en el capitán Akab, su titánico desafío, así como el gigantesco poder y la intensidad creativa del propio libro, Moby Dick (de nuevo un trueno); y por otro lado los temas saturnoplutonianos de compensación punitiva contra la naturaleza y la implacable obsesión por el mal proyectado, la caldera de los instintos que en el corazón de Akab impulsaba con fuerza inexorable su compulsión a la venganza.

Once días después del nacimiento de Melville, en agosto de 1819, el barco ballenero Essex partía de Nantucket hacia el Pacífico Sur, donde fue atacado por una ballena de veinticuatro metros y se hundió. De acuerdo con el relato posterior del segundo oficial del Essex, Owen Chase, la ballena chocó contra el barco deliberada y repetidamente con "furia y sed de venganza" hasta destruirlo y hundirlo [...] Este fatídico viaje, desde su partida hasta el ataque, se produjo durante la misma conjunción de Saturno y Plutón y la cuadratura de Urano y Plutón del nacimiento de Melville [...]
Melville se crió sin tener noticia de este dramático suceso, temporalmente tan cercano a su nacimiento, y a comienzos de la veintena firmó un contrato para un viaje de tres años en un barco ballenero que lo llevó a la misma zona del Pacífico Sur donde naufragó el Essex (ahora ha sido un rayo seguido de un trueno muy poderoso). La suerte quiso que durante el viaje, Melville se encontrará con el hijo de Owen Chase, el segundo oficial del Essex, quien le prestó una copia de la narración original de su padre. [...]

Exactamente un ciclo completo de Saturno-Plutón después del nacimiento de Melville y del hundimiento del Essex, durante la conjunción inmediatamente posterior de esos dos planetas, en 1850-1851, Melville escribió y publicó Moby Dick. Es asombro que precisamente cuando Melville estaba acabando el libro, en agosto de 1851, con la conjunción de Saturno y Plutón a menos de 4º de su alineamiento exacto, el ballenero Ann Alexander fue embestido y hundido por un cachalote enfurecido al que había estado persiguiendo en las mismas aguas en las que, más de treinta años antes, el Essex había sufrido el mismo destino, los dos únicos casos bien documentados de semejante acontecimiento hasta el día de hoy. Enterarse de esa gran coincidencia produjo en Melville un profundo impacto. (Ya llueve)
Como cabe recordar, la publicación de Moby Dick y el hundimiento del Ann Alexander no sólo coincidieron con la conjunción de Saturmo y Plutón , sino también con la de Urano y Plutón de 1845-1856, es decir, con la triple conjunción de estos planetas, la única de los últimos doscientos años. [...]

Esta poderosa configuración, que opera en tantos niveles de lo humano y de los mundos naturales, guarda íntima relación con la posibilidad de que en "todas las cosas" -tanto en las profundidades de la psique humana como en las de la propia naturaleza- resida un anima mundi, esto es, una profunda interioridad arquetípicamente informada. La poderosa obra de Melville es algo más que una obra humana: representa la violenta irrupción de la fuerza misma de la naturaleza, imbuida de oscuro y numinoso significado. Fuerzas elementales de sentido y finalidad que surgen del fondo del océano, dos veces como ballenas y dos veces con formas humanas, en el nacimiento de Melville y en el de su libro. Estas sincronicidades dobles en el reino humano y en el de los cetáceos son suficientemente asombrosas por sí mismas como para suscitar una reflexión en profundidad. Sin embargo, de alguna manera ligado a todos estos acontecimientos y coincidencias y dándoles unidad está el gran macrocosmos mismo, los movimientos planetarios en el vasto cielo estrellado, muy por encima del océano de las ballenas y de los hombres, reflejando una profundidad de configuración significativa y misteriosa finalidad en el fondo de todas las cosas.

La tormenta ha cesado justo ahora. Será tiempo entonces de poner unas palabras de Melville durante la redacción de Moby Dick y terminar.

¡Denme el cráter del Vesubio como tintero! ¡Sostengan mis brazos, amigos! Porque en el simple acto de escribir mis pensamientos sobre este leviatán, estos pensamientos me agotan, me consumen con la extensión de su envergadura, como si quisieran incluir todo el ámbito de la ciencia y todas las generaciones presentes, pasadas y futuras de ballenas, hombres, mastodontes, con todos los mudables panoramas de los imperios terrestres y del universo entero... ¡Tal es la virtud magnificadora de un tema inmenso y libre! Crecemos con su volumen. Para producir un gran libro hay que elegir un gran tema.
Hermann Melville & Moby Dick & Richard Tarnas

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/08/2010 a las 17:22 | Comentarios {0}


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