Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
William Blake Cancerbero
William Blake Cancerbero


Estas idas de la mente (es decir de la concepción del mundo o aún menos de la representación del mundo que no es el mundo y de seguro ni se le acerca a eso que objetivamente -¡qué carajo es objetivamente! ¡sobre qué estoy escribiendo! ¡qué lapso en mi corazón y en mi memoria! ¡qué es ese yo, eso mío! ¡dónde empiezo -no, no debería existir la primera persona del singular; no debería existir ninguna persona; si no existimos en el existir en sí sino en la representación del existir que nos hacemos; o como mucho deberían existir las terceras personas: él, ella, ellas, ellos, ello); estas ventoleras tan grotescas como Anfeón, Carmadón, Bruciferno, Boralto Dragontino, Brutillón, Arrastronio el Bravo, Pronastor el Orgulloso, Grindalafo, Furibundo, Astrobando (que cabalga sobre un elefante porque ningún caballo puede soportar su peso), Mandanfabul, Calfurnio, Baledón, Bravorante (criado con leche de tigre y alimentándose con carne de fieras), Pacanaldo, grotescos sí, grotescas mis ventoleras, mente que se derrite, mente que en la noche se diluye como azucarillo en agua, mente alevosa, mente en cuadrilla que asalta la calma y la pone a cuatro patas y la sodomiza con rabia y le tira del pelo y la hace horrorizarse como la vista se horroriza ante la visión de los jayanes Cartaduque (el guardián de la Montaña Defendida), Daliagán de la Cueva Oscura, Frandamón el Desmesurado, Galpatrafo, Luciferno de la Boca Negra, Pasaronte el Malo, Marisgolfo, sí, gigantes, gigantes mis ventoleras que aturden y me aturden, que se van haciendo grandes como sombras cuando se alejan de la luz, grandes, gigantes, carnívoras, afiladas, sedientas de mal como Mondragón el Feo, Bracamonte el Espantable, Mordacho de las Desemejadas Orejas, Serpentino de la Fuente Sangrienta, Nabón el Negro, así como ellos digo, así espantable caballo loco, agarrado a su cuello mientras observo en el paisaje que dejo atrás el juego de la pelota con la cabeza cortada de un recién nacido; horrísono dejo nimio a Candramarte o al mismísimo Tenuronte el Malo.



Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/10/2013 a las 11:27 | Comentarios {2}








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