Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Olmo Z. busca la curación.
Por medio del soborno a un enfermero del manicomio de Acra, me llegan estas notas -manuscritas- de Olmo.
La transcripción que he hecho es casi literal, lo reconozco, porque hay algunas expresiones que ni yo mismo podía soportar.
Sufre Olmo Z. su locura y aún así busca la salvación.


Nota 1
Tablilla sumeria: sal, nitrato, piel de serpiente, concha de tortuga, leche.
(Mis ojos se han movido con bailan los ojos de los actores del teatro balinés. Deduzco la locura de la ausencia. Pasa el tiempo y no pasa mi locura. Me dejo vencer. Me voy hundiendo y al mismo tiempo esbozo la risa y me sale el chiste y duermo como una bestia y a veces incluso hablo)
Nota 2
Cañafístula. Mirto. Tomillo. El asa fétida. Pino. Peral. Sauce. Palmera datilera. Vino kushumma.
(No recobraré el pálpito. Quizá me estén buscando. Un día. Cualquier día veré llegar por lontananza al ser que me libere de estos muros. Hablará con los doctores y les convenzerá de que soy inofensivo, absolutamente inofensivo aunque fuera capaz de matar a una mosca algún día, en un paseo, desesperado de la pesadez de la mosca porque las moscas son pesadas y quizá sea la pesadez lo único que me pueda llevar al asesinato)
Nota 3
Assaku es el demonio que reparte las enfermedades mortales y por ello se lo identifica con Namtar, el Destino.
(Mi enfermedad es mi locura. Mi enfermedad es mi recuerdo. Aunque viniera el bueno de Jung, en su orden. Yo lo aceptaría. Yo callaría. Porque no llego a saber. Discuto con Enki, el dios de la magia y la sabiduría, los motivos de mi cautiverio. Y cuando veo, de nuevo, el lejano gozo de los días primeros recuerdo un canto, una letanía vieja. ¿Ya te has ido para siempre? ¿Ya tus cabellos se deslizan por tus hombros mientras los peinas? ¿Ya tu cadera se acompasa a los desniveles del desierto?
Mi trabajo ¿cuál era? ¿Por qué me alimentan? ¿Cuál era el nombre del río cuyo olor me llega cuando el Bóreas corre por estos parajes del Sur? ¿Tenía las manos delgadas? Tenía las uñas cuidadas. Sus manos en mis pies. Las herramientas de la pedicura. Sentía algo de pudor. Creo que se lo dije. Mis pies en sus manos)
Nota 4
Piedras de jade suspendidas a modo de carrillón pien-ch'ing.
(Ese cristal sonoro. Ese caminar sin rumbo. Esa revuelta última. Retorcidamente. Estaba de espaldas. Tumbada. Sábanas blancas. Yo enarbolo una bandera roja en la manifestación. Miles de personas. Voces que gritan lemas al unísono. No logro encadenarme a la pasión de la multitud. No puedo desligar el lema revolucionario de la imagen de su espalda sobre las sábanas blancas. Aunque tomara el palacio de invierno. Aunque consiguiéramos los últimos objetivos yo no podría dejar de anhelar el lunar que sobresale como un otero en la llanura de su omóplato izquierdo. ¿Es esta la locura? ¿Es por esto que me atan cada noche a los barrotes del camastro? ¿Ya nunca más su voz? ¿Será tan obediente? ¿Seré tan concienzudo?)

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/04/2016 a las 12:58 | Comentarios {0}








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