Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Basado en un hecho real



Desde niña la mujer amaba la libertad. Cuando cumplió los doce años empezó a tener una pesadilla: sus padres la ingresaban en un convento de clausura y allí moría toda su vida. La mujer creció amando la libertad en la vigilia y siendo monja de clausura en el sueño. En la juventud tardía conoció a Carmelo y libremente se casó con él. Poco a poco -de forma imperceptible, nos dijo- se fue haciendo a la vida del matrimonio y -como a tantas, nos dijo- la especie la venció y tuvo hijos. A lo largo de todos esos años siguió teniendo la misma pesadilla: monja de clausura de por vida.
Un día en la sobremesa de una reunión de amigos, en el pequeño jardín de un chalet adosado, tras la barbacoa y el baño en la piscina de la Comunidad, mientras los niños jugaban a la sombra, los mayores ayudaban a la digestión con una copita de orujo o pacharán y conversaban y la conversación derivó en el significado de los nombres. De los doce que estaban sólo tres conocían su significado: Carlota desde niña había oído decir que su nombre -de origen germánico- quiere decir La que es fuerte; Rubén alegó la herencia hebrea de su nombre que venía a ser Dios conoce mi amor. El tercero que conocía el significado de su nombre era Carmelo, el marido de la mujer que amaba la libertad. Carmelo dijo: Mi nombre quiere decir Huerto de Dios y por derivación Convento.
Desde aquel día la mujer que amó la libertad desde niña y que mantuvo desde siempre la misma pesadilla no volvió a soñar que moría siendo monja de clausura.


Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/02/2014 a las 11:21 | Comentarios {0}








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