Las alfombras se han ido
hasta el otoño próximo
El foulard que acompaña su cuello en el invierno
cuelga de la cuerda para tender la ropa
Los pájaros enloquecen en las primeras horas de la mañana
y luego callan como si el mundo se hubiera muerto
Refulgen azules las olas a lo lejos
Parecen las velas espuma de los días
La hierba se ha secado
El campo es un erial de nombre amarillo
En la ciudad, al caer tarde, huele bien el calor
Mañana limpiará los cristales de las ventanas
Mañana todo se verá más claro
desaparecerá el efecto de paralaje
y el objeto -esté donde esté- lo verá siempre en una misma posición
esté donde esté el observador
A partir de entonces, piensa,
las alfombras no se irán nunca
ni los foulards se dejarán mecer al viento colgados de una cuerda
ni callarán lo pájaros como si el mundo hubiera muerto
y las olas, las olas, sí, aquéllas,
vendrán a su encuentro,
inundarán las tierras de interior
avanzarán sorteando árboles, conejos,
permitirán que las serpientes repten hasta su salvación
y a las hormigas les propondrán el milagro de la respiración branquial
Luego será el abrazo entre su carne y el mar.
En el abrazo la calma.
En la calma la voz.
En la voz la palabra
y en la palabra...
la voz.
hasta el otoño próximo
El foulard que acompaña su cuello en el invierno
cuelga de la cuerda para tender la ropa
Los pájaros enloquecen en las primeras horas de la mañana
y luego callan como si el mundo se hubiera muerto
Refulgen azules las olas a lo lejos
Parecen las velas espuma de los días
La hierba se ha secado
El campo es un erial de nombre amarillo
En la ciudad, al caer tarde, huele bien el calor
Mañana limpiará los cristales de las ventanas
Mañana todo se verá más claro
desaparecerá el efecto de paralaje
y el objeto -esté donde esté- lo verá siempre en una misma posición
esté donde esté el observador
A partir de entonces, piensa,
las alfombras no se irán nunca
ni los foulards se dejarán mecer al viento colgados de una cuerda
ni callarán lo pájaros como si el mundo hubiera muerto
y las olas, las olas, sí, aquéllas,
vendrán a su encuentro,
inundarán las tierras de interior
avanzarán sorteando árboles, conejos,
permitirán que las serpientes repten hasta su salvación
y a las hormigas les propondrán el milagro de la respiración branquial
Luego será el abrazo entre su carne y el mar.
En el abrazo la calma.
En la calma la voz.
En la voz la palabra
y en la palabra...
la voz.
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Ensayo
Tags : Atrofias Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/06/2019 a las 17:02 | {0}