Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
¿Cuánto dura el mañana?
¿Sobre qué esquema de tiempo responderás a esta pregunta?
¿Cuánto dura el amor que se ha tenido y se ha perdido?
Y la actitud ¿Cuánto dura?

La selva se volvió ordenada cuando la razón la convirtió en jardín.

Las piernas que se enredan.

La boca que saliva.

La nieve picotea las agujas de los pinos.
Todo el paisaje ha cambiado.
La estela última se va desdibujando hasta convertirse en tierra de camino.

Vuelva a ti.

Eras de miel de eucalipto, con ese fondo a alcohol que deja en la garganta.
Eras la duración del mañana.
Porque el mañana es infinito.

¿Cómo se describe de frente y de perfil simultáneamente?
La pintura puede convertirse en atemporal. En la literatura sólo se pueden conseguir sincronicidades.

Vuelve pura, como el agua de la montaña que atravesasteis cuando erais niños y no sabíais que hay recuerdos que permanecen siempre.
¿Cuánto dura siempre?
¿Cuánto dura la caricia en tu cabello?
¿Cuánto dura la elevación de este silencio? ¿Hasta dónde se eleva? ¿Cuándo se calma?

Mérito tuyo será haberle besado.
Y mérito tuyo será abandonarle ahora.

La luna se escapó una noche de las fauces del día.
La luna se forjó en rojo cuando tú le despedías.

El tiempo no es más que una encadenación arbitraria de momentos.
No preguntes entonces. Déjale ir. Deja que no vuelva la vista. No obligues a tu pensamiento a que esboce un deseo. Déjale marchar como ya hiciste en otras ocasiones.

La vida pasa y vuelve y se desintegra.
Dejarle marchar es hacerle libre.

Sabes que la pregunta no ha sido respondida y aún así sientes la satisfacción de la tarea cumplida.

Le pedirás un romance.
Y luego una silva.
Y más tarde un soneto.
Y al final, como una broma, le sugerirás una quintilla.

Hasta el mañana.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 27/01/2012 a las 17:58 | Comentarios {2}


Las reflexiones de Marcelo Bielsa, entrenador del Atletic Club de Bilbao.
Recogidas por Diego Torres en el periódico El País.


- Amor y perdón. "Hay algunas cosas que me sirvieron. La religión, especialmente la católica, tiene cuatro ejes antagónicos. Culpa y castigo; amor y perdón. El castigo está más en la superficie que el perdón y la culpa está más en la superficie que el amor. Con el tiempo me fui dando cuenta de que perdonar y querer al futbolista lo mejora".
- Coincidencia. "Las palabras respeto y afecto, aquí, funcionan como sinónimos. Viví cuatro años en Chile. A los chilenos les va bien como país. Y les va bien por algo que los argentinos, que somos confrontativos, describiríamos como hipocresía y falsedad, que es ponerse de acuerdo, que es soslayar las diferencias con el otro. Para ir en un mismo sentido hay que tener un margen mínimo de coincidencia".
- Quiero que me quieras. "Como todo ser humano, lo que dice el futbolista es: 'Quiéreme de verdad. No solamente para que gane. Yo quiero que me quieras para poder ganar, no quiero que me quieras porque gané'. A todos nos taladra ese que cuando vas a la cancha te dice: 'Hay que ganar'. Y te genera un fenómeno interior de tener que responder a las expectativas de todos. Dices: '¡Puta!, ¿cómo voy a tener que ganar?".
- Desarrollo. "Los países desarrollados se caracterizan porque comparten la pobreza. Los equipos de fútbol desarrollados son los que reparten el trabajo sucio".
- Resiliencia. "La resiliencia es la principal virtud de un jugador. Es la virtud que tiene un cuerpo de recuperar la forma original después de haber sido deformado. Los grandes jugadores superan inmediatamente el dolor de la derrota o cualquier dolor que le produzca el juego".
- Uniformidad. "Los que tenemos que gobernar colectivos queremos que todos los jugadores sean iguales. Estamos en contra de los diferentes. Pero hay partidos de 0-0 en los que en el minuto 90 les pides a los jugadores: 'Inventen algo'. Y te miran diciendo: '¿Toda la semana uniformados y en el minuto 90 de un 0-0 inamovible hay que ser diferentes?'. Ahí empiezas a entender lo imprescindible del diferente. No basta con tolerar al distinto. Es indispensable respetarlo... Y lo digo yo, que los tolero, no los respeto. ¡Pero sé que debo respetarlos! ¿Con qué condición hay que incluir al distinto? Que no arrastre a otros".
- Reglamento. "Interpreto el reglamento como un arma que asiste al juego para que haya armonía y para que la dedicación esté puesta en tratar de superar al rival. El juego fue creado para superar al rival de acuerdo con la belleza de los elementos que tiene el juego y no para observar el reglamento buscando perfiles que nos permitan superar al rival, pero no con la legitimidad de la esencia del juego. La esencia del juego es el gesto al servicio de la belleza".
- Pase y 'gambeta'. "Eliminar al rival a través del pase es el sustituto a la gambeta. Cuando uno no puede gambetear porque no tiene talento, gambetea a través del juego asociado. No es tocar y picar. No es sucesión de vértigos. Hay una estación intermedia".
- Regreso. "La falta de regreso al ser eliminado en una gambeta es una cosa que el futbolista no tiene incorporado. Hay que desarrollársela. Nosotros estamos acostumbrados a pedir ayuda, pero estamos menos acostumbrados a darla después de recibirla".
- Emotividad. "Siempre les digo a los jugadores que hay que estar 'cerca y dispuesto'. El fútbol es fundamentalmente un hecho activado por la emotividad. Todo esto se logra entrenándolo, pero no es necesario entrenarlo si los jugadores están entusiasmados. Estas cosas se hacen para cuando los futbolistas no tienen ganas".
- Pared. "La pared es una forma de eliminar rivales que necesita la complicidad del que defiende: el defensa es cómplice porque originalmente está más cerca del lugar al que va la pelota que el destinatario de la devolución".
- Pase. "La forma de comunicación a través del pase tiene 36 formas posibles".
- Desmarque. "¿Cómo se aprende a enseñar a desmarcar? Viendo a los que se desmarcan bien muchas veces y sacando la matriz, el eje, la huella que identifica el movimiento. Por ejemplo, el desmarque Orellana. Le pusimos así porque lo aprendimos de él. Orellana es frágil y la pide antes y la recibe después. Porque, si la recibe antes, como tiene poco peso, sufrirá más la patada. Es la naturaleza la que enseña. La cultura de los que tienen es distinta de la cultura de los que no tienen".
- Programa. "Los futbolistas, en la actualidad, no están formados con la estructura de un programa y esta cuestión va en contra del desarrollo del talento. La formación silvestre, natural, es la mejor de todas. No tiene normas y los jóvenes la ejecutan espontáneamente. Pero eso ha dejado de ser posible porque para que la formación natural se concrete hay que disponer de cinco horas diarias libres durante un periodo de cuatro a seis años. Hay continentes que siguen dando futbolistas porque se produce lo que hace falta: lugar, tiempo y amor por el juego".

Invitados

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/01/2012 a las 18:04 | Comentarios {0}


Título tomado de la película documental de Michel Winterbottom


Shock: no viene en nuestro querido diccionario de autoridades.
Si viene en el diccionario de Manuel Seco (por ejemplo) y define así este término: Choque (conmoción grave y especialmente repentina de carácter físico o psíquico).

Shock es la clara dominación de la mente que hombres expertos ponen en las manos de quienes nos gobiernan (gobernar en el sentido de dirigir como se gobierna una nave). El famoso manual de torturas de la CIA, el manual Kubark, magnífico manual para destruir las pasiones, los anhelos y la fisicidad de las emociones.

Durante algunas conversaciones, a lo largo de muchos años, discutía esta evidencia (la de que somos manipulados, dirigidos, sometidos a experimentos en masa) y se me tachaba (como si fuera un insulto) de conspiracionista.

No como victoria, sino como evidencia, recomiendo este documental de Michel Winterbottom. Ya los años no me hacen airosamente salir insultando, cagándome en la puta madre de Milton Friedman o en personajes tan indiscutiblemente anti-democráticos como Margareth Tatcher. Ni siento el terrible desánimo al ver cómo un maestro del mal como Augusto Pinochet pasa su dedo pulgar por el carrillo de una cría de no más de cinco años.

Tenemos que ser muy conscientes para nuestra vida diaria de que la doctrina del shock tiene tres parámetros fundamentales donde aplicar su acción: en el hombre como individuo, en la sociedad como colectividad y en el alimento de un enemigo monstruoso exterior.

Franklin Delano Roosvelt, el presidente que apoyó las teorías de Keynes para salir de la Depresión del 29, recibía a todo tipo de personas para que le dieran soluciones -sindicalistas, economistas, empresarios, obreros- y a todos los que venían con ideas revolucionarias o sorprendentes, difíciles de aplicar por un gobierno así por las buenas, les decía: "Muy bien. Ahora salid ahí fuera y obligadme a hacerlo". Eran otros tiempos. Los últimos setenta años han sido devastadores para la libertad de los hombres. En aquella época en los Estados Unidos se hicieron más de 4.000 huelgas en un sólo año -creo que en 1938-, en 2011, año terrible en los Estados Unidos, se hicieron la escalofriante cifra de 21 huelgas.

No son conspiraciones, son evidencias.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/01/2012 a las 12:57 | Comentarios {0}


Rencor: s.m. Enemistad antigua, ira envejecida.
¿Cuánto rencor he escrito con la pluma?
¿Cuánto rencor ha crecido en el callo que tengo en el dedo corazón sobre el que a lo largo de años y años de escritura se ha apoyado la pluma?
De lo viejo viene. De lo que se ha ido sedimentando.
"Esta es la historia de una enemistad antigua, de una ira vieja..." ¡Qué gran principio para una narración vulgar!
¡Cuánto duele el rencor!
¡Qué difícil extirparlo!
¡Cuánto miedo alimenta el rencor! ¡Qué olores a muerte cuando se destapa!

Ira: s.f. Afecto impetuoso y pasión ardiente del alma que incita al deseo de venganza o apetito de ella. Es uno de los siete pecados capitales, y voz puramente latina. Navarr. Man, cap. 23 num. 114 Ira propiamente dicha es ... una pasión del alma, assentada en la potencia que llaman irascible. Solís, Hist. de Nueve Esp, lib. 4 cap. 14. Ímpetus de la ira, moderaciones del miedo, y repugnancias de la soberbia.

Ira: Se toma también por el movimiento o impulso de la ira, que inclina o lleva a hacer mal o a vengarse.

Ira: Se toma assimismo por indignación o grave enojo, a veces justo.

Afecto impetuoso, pasión ardiente del alma. El alma no puede albergar estas pasiones. Es el cuerpo de ese alma el que transforma en rencor el dolor no sanado. La ira es una emoción y la emoción es la manifestación física de un sentimiento unido a un pensamiento.

¿Cómo se resuelve un afecto impetuoso envejecido? ¿Sería la imagen de un viejo con el bastón en alto amenazando al joven que corre y huye entre risas?
¿Cómo imaginamos una pasión ardiente envejecida? ¿Sería la imagen de un viejo borracho en un burdel de arrabal que es incapaz de empalmarse ante la prostituta que le enseña el sexo?
El rencor sería entonces un viejo con el bastón alzado e incapaz de empalmarse.
El rencor sería entonces impotencia para vengarse.
En rencor sería entonces puro veneno, muerte lenta, insatisfacción perpetua.
El rencor sería futuro, siempre futuro. Futuro viejo. Futuro de ayer. Continuo futuro de ayer.

¿Cuánto rencor fluye por mis venas?
Mi sangre emponzoñada.
Mis uñas que son garras.
Las lamentaciones.
Las lamentaciones que se elaboraran en bellos cantos de caballeros y damas.

Huye de mí enemistad antigua. Fuera ira envejecida. Porque los cielos se abrirán un día y podré mirarlos sin que el sol me lo impida. Porque sin el esfuerzo del recuerdo nada me cegará; sin alzar mis lamentaciones a Dios nada me ensordecerá; sin sentir cómo la aguja verde clavada en mi corazón -mi corazón negro como la pez- sigue hurgando, hundiéndose en mí, sin ser yo, rencor día a día alimentado, consciente de ello, nada me atenazará. Y podré, ¡Oh, Potencia que quieres ayudarme a desnudar la sombra de su condición de algo!, sonreír al cielo abierto, hasta el cielo de mi boca y miraré, limpio de heridas envejecidas, dejándolas morir, ese cielo azul y ese abismo verde y esos campos amarillos y esas estrellas blancas y esos cabellos negros; y podré escuchar esas melodías lentas, el rugir de las cataratas, el beso, podré oír el beso, la materia de los velos, las palabras del amigo y la lejanía del enemigo; y podré tocar la madera de los bancos y la piel de la amada y el brazo del amigo y la suavidad de la espalda y el agradecimiento del agua. ¡Cuánto siento haberte tenido por compañero! Haberme dejado guiar por tus consejas de vieja, haber levantado mi espada contra el fantasma, a sabiendas tú, de que un fantasma no puede ser herido por metal ninguno; no sabes cuán ciego he estado alumbrado como estaba por tu hacho; no sabes cuánto tendré que purgar. O sí lo sabes y entonces eres justamente eso un viejo impotente cuya venganza ha consistido en anular mi fuerza a base de necesidades de venganzas. Porque la fuerza reside en mí. Soy de la estirpe de los Hombres y tú eres de la estirpe de la Sombra. Como Hombre nunca es tarde. Como Sombra tarde es siempre. Como Hombre me enfrento a ti, desde hoy, sin armas de metal, ni maneras de viejo. Soy el Joven que corre delante de ti, riendo aunque me duela tanto el corazón que apenas me queda resuello para dar un paso que me aleje de ti; soy la joven prostituta que te enseña el sexo, fresco como manantial, jardín umbrío, donde reposar en el soto sagrado de la fatiga del diario vivir. Soy el escritor que comenzó escribiendo: "Esta es la historia de una enemistad antigua, de una ira vieja..." y terminó su historia con las siguientes palabras: "...ya no recordaba, soltó la espada y quitándose la armadura se encaminó desnudo hacia la mañana".

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/01/2012 a las 18:06 | Comentarios {0}


Hoy
Al despertar no había sonado el despertador.
De nuevo el sol.
Y una espera infructuosa.
Ha transcurrido la mañana entre historias y preparaciones.
Espero la lluvia y no llega.
No me gustan los años secos. Mi signo de agua será cierto.
Como mal y rápido.
Me preparo para la clase que he de dar.
No va ser fácil. Lo sé. Y sin embargo la decisión es correcta.
Conduzco despacio. Me gusta desde hace ya tiempo ir despacio.
Llego.
El viejo edificio del Mercado Puerta de Toledo que ahora se ha quedado vacío. Es extraño caminar por un edificio comercial sin un solo comercio abierto.
Cuando voy en el ascensor pienso que se puede detener. Que apenas hay nadie.
Son tres horas de clase. Intensas. Duras. De una gran concentración.
Sé que debo mantenerme así.
Termina.
Vuelvo a mi casa.
Voy a un bar.
Recibo una llamada. La contesto. Me ofrecen un trabajo de guión. No puedo aceptarlo. Agradezco a Rosa que se haya acordado de mí.
Llego a casa.
Siento un cansancio absoluto. Sé que en la clase me he empeñado.
El cansancio mental.
Enciendo el ordenador.
Miro. Leo. Escucho.
No quiero irme muy temprano a la cama. Me da tristeza.
Se me cierran los ojos sentado en la silla.
Me gusta teclear estas teclas. Cómo suenan.
Los dedos.
Los pensamientos.
Voy urdiendo la quinta entrega de El espejo. Mañana quizá.
Mañana es martes.
Hoy no ha sido un día largo. Más bien ha ido pasando como una estación.
El tren.
La carretera.
Los conductores.
El peligro.
Las opiniones de las personas. Los problemas que se airean día tras día. Seres con anteojeras. Pienso. Luego no lo pienso.
Síntesis también. Llevar pensamientos de una disciplina a otra. Funciona.
Transmitir el entusiasmo es muy difícil. Transmitir el amor casi imposible.
Llevo mi piedra de ojo de halcón colgada del cuello. No pesa. No es pequeña.
Han pasado los años.
Los años.
Y al mismo tiempo ocurre la vida.
Leo textos de Física Cuántica. No sé cuánto entiendo. Y eso me agrada. No saber. Leo fórmula a fórmula e intuyo la sintaxis de esa formulación matemática (como si leyera quechua). Los métodos de aproximación humanos.
Ahora me tumbaré. Cogeré el libro de noche, el que me entra en el sueño. Apagaré la luz. Me iré quedando dormido. Llegará mañana.
El mundo vuelve a su orden tras el desorden navideño. Son unas fiestas tan en sus fechas que ver hoy unas luces de navidad aún encendidas se torna anacrónico.
Quiero que llueva.
Respiro.
Me duele un poco la cabeza.
Hasta mañana.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/01/2012 a las 23:28 | Comentarios {0}


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