Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

¿Sería posible el concepto de la mecánica cuántica sin el idealismo kantiano? ¿No es la física cuántica metafísica de la física clásica? ¿Se superponen al mismo tiempo lo científico y lo filosófico (entendiendo estas dos disciplinas como conceptos tan opuestos como gato vivo/gato muerto de Schrödinger) en la física de los quantos? […] ¡Juego de la imaginación y del lenguaje en esta tarde de enero cuando la ola de calor ha llenado el aire de impurezas y se respira con la dificultad propia de los apocalipsis […] ¿es posible que el concepto femme fatale –creado por los europeos a lo largo del siglo XIX- haya devenido en el actual homme fatal? Atención a esa creación -sígase a Mario Praz en su interesante, frío y meticuloso ensayo titulado La carne, la muerte y el diablo en la literatura romántica, editado en España por la editorial, deliciosa, Acantilado-. La femme fatale destruye a los hombres tras someterlos sexualmente. L’homme fatal destruye a las mujeres tras someterlas sexualmente. L’homme fatal actual además ya no es brutal en sus acciones, pura fuerza física, sino que se ayuda de estrategias propias de la femme fatale del XIX: los tósigos, la manipulación mental, el control, el manejo del tempo de la relación […] ¡cuánto la echas de menos! ¿Verdad que hay veces en que se repite una situación que viviste con ella y de inmediato te entra una congoja que fluye, mansa, hacia la pena al sentir su ausencia; una misma situación con su ausencia por su presencia (mecánica cuántica de lo ínfimo de nuestras emociones, ley de la superposición, contra intuitiva) […] se deshace enero, polvo de estrellas, ya se ve en el horizonte de las mediciones humanas al mes de febrero, ese mes extraño, la excepción. […] Callarás […] iras […]
 

Ensayo poético

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 30/01/2024 a las 18:55 | Comentarios {0}


Flu

[...] escuchaba los copos o tan sólo los miraba; era una de esas tardes en las que el organismo se ha acompasado con el mundo y ruedan juntos [...] la ladera con una ligera capa de nieve, tan ligera que traslucía los verdes de las copas de los pinos [...] sí, sí, lo sabe: tiene que dejarte ir como se va el teatro a medida que avanza la función, como la música se diluye tras hacerse [...] un día vio un matiz rosáceo justo antes de que rompiera la mañana [...] la naturaleza es tan estética [...] dan ganas de ser [...] lo imaginó, la composición descansaba sobre una buena clave de bóveda, el éxito estaba asegurado (el éxito para sí si tal éxito puede darse), nada iba a faltar; estaría listo; estaría abierto; todo frío con luces cálidas; imaginaba, una vez y otra [...] en el primer reconocimiento surge, cuando es bello, la quintaesencia de la vida; podría resumir lo sublime en un encuentro con lo bello y la conciencia plena de que ese encuentro está ocurriendo y lo bello es lo que está siendo [...] sublime Kant cuando giró sobre sí mismo... el reloj de Königsberg... el relojero [...] sucedería quizá por una falla del cuerpo, [...] el olvido se abriría paso, a hombros transportado por la terca memoria cansada de recordar tanto [...] que se acerquen esos niños, sí, aquéllos, los que cantan y ríen a partes iguales... no, por dios, señora mía, angelitos, no importa que desafinen; los niños no desafinan, sus vocecitas... [...] ¿suena el electromagnetismo? [...] adivina [...] nieva divina la nieve
 

Ensayo poético

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/01/2024 a las 19:09 | Comentarios {0}



[…] como si viniera la saliva a estropearlo todo […] en ese mundo de la infancia del que es tan difícil escapar. Habrá fugitivos de su infancia, personas que lograron doblegar las improntas implantadas, que pudieron desligarse del poder de Los Otros y fueron capaces -seguramente por mutación- de desafiar a Las Máximas Autoridades e incluso pasar por encima de Ellas y aplastarLas.
[…] durante muchos años yo había entendido que cuando la poeta1 dijo La infancia es la única cárcel de la que no puedes escapar, se refería al momento en el que esa infancia era vivida, era cárcel en tanto en cuanto existía; ahora creo entender que la poeta en realidad quiere decir que es la infancia la cárcel y estamos condenados a cadena perpetua.
¡Sean benditos los que logran fugarse de ella!
¡Bienaventurados aquellos que han trascendido su ansia de mierda y ya no quieren meterse más en la boca!
¡Alabados sean los duros de corazón, lo que saben mirar de frente la desgracia y la aceptan y no se protegen de ella sino que se dejan llevar por su Fortuna y no juzgan y apencan!
¡Bienvenido sea el dolor maduro, el nacido de la experiencia y no del deseo! Ese dolor que se ha alejado de los pechos nutricios y venenosos de la Madre y del falo atractivo y fatal del Padre; ese dolor que no reposa en la jerarquía impuesta en el hogar ni en los caprichos afectivos de Los Dioses.
¡Cárcel la infancia, sí! ¡A cadena perpetua condenados!
¡Fugaos! ¡Huid! Debéis urdir un plan. Ojalá sintáis que estáis en movimiento y seáis, cuando menos, capaces de admitir que el tiempo no es direccional como tampoco el espacio mide siempre lo mismo. ¡Fugaos del hogar! ¡Arrojad la mierda donde la tengáis que arrojar pero acordaos de no arrojarla en vuestra boca! 
Esta es la noche que aún vivo. La luna creciente sobresale en un fondo oscuro. Infancia y cárcel surgieron a partir de un pensamiento que nació mientras leía la introducción al Diccionario combinatorio español de Ignacio Bosque. Ahora todo es silencio y el silencio suena: la campana es silencio y el ladrido y la respiración. Escribo y callo. Escribo a mano en esta noche del 23 de diciembre del año dos mil veintitrés, noche en la que ya estuve.
[…] (a veces no sé si logré fugarme; tampoco sé, a veces, si Vishnu realmente está dormido y nos sueña; no sé porque me encuentro donde estoy ni si soy poeta. La vida se me pasó escribiendo… eso es cierto. Quizá fui madurando y metamorfosis a metamorfosis me fui convirtiendo. Es tan arduo. No tiene que ver con la cantidad, tiene que ver con la comprensión. Decía Mallarmé a propósito de la poesía une hésitation entre la sens et le son. Si logré fugarme de mi infancia seguro que soy poeta. No podría haber sido otra cosa. Un poeta además al uso: bohemio, pobre, casi desconocido. Un poeta de siempre. ¿Y si no hui? Si así fuera, si permaneciera atado al duro banco de mi propia galera -mentalidad de niño en cuerpo de viejo-; si aún fuera incapaz de aceptar lo que ocurrió; no hay muchas maneras de decirlo, es mucho más indigno que el menosprecio; si no me hubiera fugado; si en los sueños, desde lo abisal, surgieran (de nuevo) los mismos peces monstruosos que inundaban las noches de mi infancia; si volviera a sentir la sensación de ser culpable y fuera incapaz de sacudirme ese sentimiento entre narcisista e inferior que provoca una tensión insoportable, como si estuviera atado en un potro emocional; si no me hubiera fugado y estuviera mi cuello enganchado a una argolla que me impide girarlo y por lo tanto me obliga a mirar siempre las mismas sombras reflejadas sobre la misma pared de una cueva en la que nunca entraron los rayos del sol; si no hubiera huido; si siguiera siendo un niño…)
[…] es la noche con el cuello rígido y las manos ágiles. Van pasando las líneas y la idea se aleja. Fumaré un poco de hachís y volverá mi mente a sentirse ligera e inquieta. Mañana será un día largo (no por nada, me apetecía escribir la frase) y llegará una noche difícil si la infancia aún me tiene entre sus muros y empieza a caer sobre el patio de la cárcel una nevada que se agrisa y se funde cuando entra en contacto con el suelo. La estructura de la cárcel de la Infancia es panóptica (tú siempre puedes ser observado y nunca puedes saber si lo eres), no hay ángulos muertos en las celdas. No puedes desnudarte sin dejar de sentir el pudor de quien es esclavo. La porra no andará lejos. Tampoco la picana.
¿Si me fugué? ¿Si sirve este silencio? ¿si sirve tener sesenta y tres años y haberse abrigado con un forro polar para salir al jardín de mi casa y sentado en un saliente de una roca vivir la noche fría de diciembre junto a mi perro que siente, por cierto, gozo de estar allí junto a mí? Si elegí. Si éste era el camino que urdí (incluso a mis propias espaldas, en ese mundo insondable que Freud llamó inconsciente) para traerme hasta aquí, a este mini universo, en una soledad a prueba de temerarios, con la fe puesta en que la suerte me siga acompañando hasta llegar al día en que me sienta libre y sea plenamente consciente de que la cárcel quedó atrás y con ella sus carceleros y sus presos; sí, hay otros presos, incluso presos de infancias futuras, presos a los que sé que no volveré a ver a no ser que sean capaces de escapar de su infancia, la cárcel que compartimos, la cárcel que transmitimos. Sí quiero este silencio. Voy a hundirme en él; voy a bucear por última vez antes de morir; bucearme para bucear el mundo desde la madurez y luego salir a la superficie con los cabellos canos y con la satisfacción que se siente por haber escrito unos pocos versos buenos.

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1 Gloria Fuertes
 

Ensayo poético

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/12/2023 a las 19:40 | Comentarios {0}



¡Que se viene la noche y hay luna!
sorprende la luna
(por debajo en los tiempos de diciembre, hoy es el invierno,
a algunos se nos hizo largo, cubrimos etapas a resuello, la imagen de una nochebuena infantil)
que se viene la noche
hay lagartos que se ponen panza arriba y se vuelven azulados
las niñas se visten a hurtadillas y escapan por la ventana
vuela la última esperanza de un condenado
el orgullo siempre es verdugo
se aniquilaron)
cuando se refleja sobre las cimas de una cordillera
y quisiéramos saber algo más, arrimarnos a ese instante,
al lugar
(una y otra vez se dice, ante nosotros, que tuvo que existir
el instante de un abrazo lleno de ternura; nosotros callamos)
donde la luna se muestra esbelta
¿Cómo estará iluminada la laguna a estas horas?
¿Por qué ya no quiere ser directo?
¿Por qué piensa en el jardín que está a sus espaldas y no lo mira de frente
o va hasta él y bien abrigado contempla la luna y las cimas de la cordillera?
Es verdad que parte de nosotros son los otros
(probablemente en la construcción de la membrana que generó individuos
se produjo una falla que impide que nos aislemos del todo)
sin los otros se atrofia el individuo y se adelgaza.
La luna vuelve a sombrear la noche.
Están solos los campos.
Tememos adelgazar hasta la anemia
o que empalidezcan nuestros hígados.
¡Qué manufactura extraña genera Gaia!
El sol lo abrasará todo y los nuevos profetas serán cenizas.
Eso es... ¡los otros! ¡queridas mentes! La tarde ha dejado de existir.
 

Ensayo poético

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/12/2023 a las 19:17 | Comentarios {0}



...o cualquier otro sitio donde pueda haber viento. Hay viento en el mundo que le rodea. Le hubiera gustado contárselo y que le hubiera respondido al cabo de un rato o le hubiera hecho una video llamada para que le enseñara, en el movimiento de los árboles, ese viento tan salvaje que vaga por los valles y las montañas , [...] eso es vivir, se decía y añadía, hay que tener cuidado y corregir si es posible. Venía entonces un largo silencio. La tarde había llegado. Los turistas sesteaban. No volaban los pájaros. En ese silencio había contemplación y pasmo y arrepentimiento e inspiración y calma y nostalgia y solemnidad y comedia y asunción y gesto, gesto de rebeldía (una mandíbula que se aprieta, la mano izquierda que adopta la forma de un puño, un latigazo de dolor en la geta), sólo gesto y ausencias y luego como si fuera una alimaña que va subiendo a la superficie de la tierra desde lo más hondo de su madriguera, la palabra de una sensación, la palabra de un milagro, la palabra de una duda, la palabra que invita al sosiego, que viene de Oriente, que no tiene fin: desapego, la palabra desapego [...] en cualquier sitio, también allá, allende allí, sí, también, descendido de la barca de Caronte, atravesada la laguna, en completa desnudez, en completa soledad, el espacio-tiempo se invierte, la juventud deviene feto, confín, succión, densidad tremenda, agujero negro rodeado de un horizonte inalcanzable de sucesos [...] y aquí, ¡qué hermoso gesto el de la pareja joven que tiene un hijo de unos nueve años y a los que les gusta montar en bicicleta! ¡qué hermoso él! ¡qué hermosa ella! ¡qué majo el crío! El viento azota. Clama a ratos. Golpea. [...] podría darse porque todo lo que se puede decir es posible [...]
 

Ensayo poético

Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/12/2023 a las 16:06 | Comentarios {0}


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