Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Reflejado en el tiempo ha diseñado a lo largo del día una vida. Ha sido domingo. Ha hecho calor. Se ha levantado temprano y ha mirado en el correo una respuesta. Ésta ha llegado por la tarde. Teléfono y teléfono. En la distancia. Se ha dicho. Se ha dejado ir. Ha ido pasando el día mientras iba diseñando. Entonces la noche le ha sugerido un atisbo de alegría, algo así como rocío, amanecer y un río. Luego ha leído la representación del mundo y algo de Cartesio y se ha dicho, No podría ser de otra manera. Su voz, ha sentido.
La noche está tan sola. No cantan los grillos. Las luces de la casa de enfrente están apagadas y el perro dormita bajo la cama. Una brisa quizá llegue y en la madrugada ella venga y se acueste a su lado y se pegue a su espalda. Vigilia y sueño comparten una misma realidad.
A lo largo del día ha ocurrido tres paseos; en la calle Bonita se despedían; una muchacha pasaba corriendo con su perro; se ha detenido en la verja del colegio; ha recordado la conversación de la tarde y la primera vez; ha cruzado la calle; ha pasado junto a una pareja de motoristas de la Guardia Civil (habían detenido un coche con exceso de pasajeros); ha mirado el sol velado por los restos de un incendio; ha hecho una tortilla de patatas y una ensalada de tomate; ha esperado la brisa; ha pensado la ducha y la hora de levantarse mañana; ha jugado con su perro mientras diseñaba una vida lenta como la vida cuando pasa, rápida como la vida cuando se recuerda.

Miscelánea

Tags : Agosto 2013 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/08/2013 a las 17:44 | Comentarios {0}


Día Segundo
En la madrugada iba por la carretera. La peligrosa. Con mojones de granito. Curvas imposibles. Hondonadas. Había abierto las ventanillas. Entraba un aire frío. No había nadie. Estaba solo en el mundo bajo un cielo cada vez más solo. Ascendía y descendía. E imaginaba, se sentía, parte de ese universo inmenso y vacío. Recordaba que cuando Einstein empieza a inventar unas matemáticas que formulen el nuevo estado del Mundo, se creía que sólo existía una galaxia. La nuestra. Se creía que el Universo era un lugar estático. Nada se movía si no fuera por la mano mágica de un dios. Noventa años después ese Mundo donde habitamos, se expande, se acelera, se alejan las galaxias unas de otras, hasta que en unos x años ya será imposible seguirles la pista y a nuestro alrededor sólo habrá un vacío sin fondo de radiación ninguno. Ni rojo. Ni azul. Él sigue conduciendo con cuidado. Lentamente. Sin la prisa de otras veces. Se cruza un zorrillo y piensa, El zorrillo (el guineu) no es consciente del lugar en que se encuentra. El zorrillo, atraído por la fuerza de las luces, ha cruzado la carretera. Buscará un roedor. Lo comerá. Volverá a su madriguera y no analizará la noche oscura y vacía, ni las consecuencias que sobre el ecosistema haya tenido su paseo nocturno, ni su posición bajo ese cielo que en otro tiempo fue cerrado, fue bóveda que impedía que el fuego que ardía en todo su orbe devorara el aire, los mares, las tierras de nuestra Tierra.
Parece que nunca se terminará la carretera. Parece que nunca llegará el pueblo que es el hoyo de un río. Parece que nunca escuchará una voz amiga (o tan sólo una voz). Parece que la noche se ha aliado con la soledad para producir la espera. Y aunque no ha maldecido ni tan siquiera se ha alterado, ha sentido una punzadilla cuando ha visto en su teléfono una llamada perdida de L. y al devolverla, ella ya no estaba con lo cual en su teléfono habrá quedado una llamada perdida suya. ¿Dónde se pierden las llamadas? ¿A qué limbo van las llamadas perdidas?
El pueblo. La carretera más moderna. Luces de población al fondo. Esperaba tras el viaje oceánico por la montaña, griterío de fiesta, jóvenes que beben y se abrazan sus primeros abrazos, bares abiertos, cautela en la conducción y encuentra soledad de las calles, silencio y semáforos, resaltes y la entrada a la autopista. Ya es la velocidad. Los lugares conocidos. La llegada a casa. Cansado saluda a su perro. Dan un paseo corto bajo un cielo que se aleja más y más en el espacio/tiempo. Piensa en la llamada perdida. Abraza la noche. Suben el perro y él a la casa. Apaga las luces. Así se duerme el segundo día.

Miscelánea

Tags : Agosto 2013 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/08/2013 a las 11:53 | Comentarios {0}


Kintsugi arte de reparación de cerámica con oro y laca
Kintsugi arte de reparación de cerámica con oro y laca
Estaba cansado y no ha podido levantarse a la hora que, valientemente, había puesto en el despertador (el despertador que suena y ejecuta una misma danza todos los días. También cuando él se va y se le olvida desconectar la alarma debe el despertador ejecutar esa misma danza el tiempo justo. El tiempo justo, imagina cuando ya está lejos y resulta imposible desconectar, que debe de joder a los vecinos los cuales se aman algunas noches y ella emite largas y cadenciosas risas mientras él se mantiene en un silencio digno de santidad) y ha sentido las distancias. Sabe que nada va a poder con él (se dice, de hecho, cuando ingiere el primer café de la mañana: nada va a poder conmigo). Aunque la noche ha sido calurosa, ha podido dormir y ha podido soñar. 

Durante el paseo de la mañana ha sentido la mirada de su amante clavada en su cuello y luego, en susurro, ha recordado una frase: Voy a ser mala. Entonces ha espantado el recuerdo agitando su mano en un aire limpio de verano. Ha caminado y la brisa y el canto de la chicharra (piensa: por fin escribo chicharra este verano) le alertan de que el día que empieza será también caluroso.

Con ánimo ha vuelto a su casa donde falta...

¿Será capaz de atravesar agosto de nuevo solo con la alegría de los días que pasaron? ¿Será un señor mayor que sabe tomar decisiones y llevarlas hasta el final? ¿Dejará de sentir durante treinta días y se dedicará en cuerpo y mente a las labores propias de su sexo? ¿Se levantará por las mañanas y respirará hondo mientras por el mundo, desperdigados, los seres que quiere se bañan en las playas, entran en cuevas, suben montañas, atraviesan parajes hermosos, conocen a otros? Se dice que sí mientras su garganta le recuerda que aún le queda un café en la cafetera y que la mañana avanza y que debe de ponerse ya a su primera tarea en este día primero del resto de su vida. 

Miscelánea

Tags : Agosto 2013 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/08/2013 a las 10:39 | Comentarios {0}


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