Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Escenario de Tarkowski
Escenario de Tarkowski
Nostalgia es un compuesto culto formado con el griego νόστος 'regreso' y άλγος 'dolor'. Dice Corominas que el primer documento data del diccionario de Autoridades en su edición de 1884 y especifica que no en la de 1843 y a continuación añade que hay un ejemplo de 1869 en Campoamor. Quizás antes de introducir la nostalgia en el mundo de las palabras españolas, se dijera para ese sentimiento el término (o autoridad) añoranza  'recordar con pena la ausencia de persona o cosa querida' que proviene del catalán enyorar y éste del latín ignorare en el sentido de 'no saber (donde está alguien)' 'no tener noticias (de un ausente)'.
Νόστος  άλγος, me ocurre. Es una cuestión de la edad. Los adolescentes y los jóvenes reniegan de su pasado. No lo quieren ni ver. Recuerdo cuando mi hija iba a pasar del colegio al instituto que renegaba del instituto, ella quería quedarse en el colegio... hasta que meses después no quería oír hablar del colegio, no entendía cómo era posible que hubiera pasado tanto tiempo allí. También ahora le pasa con todo aquello que ya haya ocurrido. También a mí me pasaba. A pocos no les habrá ocurrido. Dejemos a algunos por mor de que todo lo que es posible decirse, es posible.
Yo siento la nostalgia desde hace unos años. Y siento la nostalgia de lo muy lejano. Regresar a los años 60, 70 y 80 me duele y me duele cuando me asalta un recuerdo de entonces (ahora por ejemplo: un día de 1968 que cruzaba la calle Juan Bravo con Lagasca camino del colegio e iba con las katiuskas blancas pisando la nieve y los charcos de hielo; mi hermano Antonio va por delante con su amigo Nacho) o cuando escucho músicas de entonces Jarcha, por ejemplo, o Quilapayun o Raimon o Victor Jara o cuando veo la serie Cuéntame me duele, suelo acabar (porque vivo solo y me lo puedo permitir) con los ojos llenos de lágrimas, no por lo que me cuentan (que suele ser flojo y mal urdido) sino por lo que me evoca y me dejo llevar por ese regreso que duele y me sirvo un vaso de vino mientras me duele el recuerdo de Elena Francis en la radio mientras Julia termina de planchar (me duele mucho el olor de la ropa recién planchada) y escucho sus comentarios a las cartas que las mujeres desdichadas le escriben a la consejera mientras yo termino mi merienda que es un bocadillo; regreso y me duele a la casa del Paseo de los Melancólicos, me veo en mi estrecha habitación, ante un tablero de formica blanca que hacía las veces de mesa cuando corregía un diccionario de esoterismo y hacía mucho frío y luego sabía que iba a salir y me iba a ir a La Rosa en la plaza del Dos de Mayo donde pasarían las horas bebiendo, riendo, fumando y mirando a la camarera de mis amores con la que quizás me iría a dormir... y a amar. Ayer mismo me pasó con Jarcha y hoy los he escuchado y he sentido la nostalgia y me he dado cuenta de que voy entrando, poco a poco, en el final de la madurez y que la vejez -para mí, desde siempre, ser viejo ha sido un anhelo- ya asoma con una sonrisa cariñosa, invitándome a entrar en ella y enseñándome con esta nostalgia que la última etapa ya llega y hay que hacerse fuerte en los cuarteles del invierno.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 26/01/2015 a las 17:10 | Comentarios {2}








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