Martes 7 de Octubre de 2008

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/10/2008 a las 12:51

Agamenón y su porquero se fueron caminando, tomados por los hombros.

El hombre que les había hablado los miraba confuso, sin entender muy bien las risas que poco a poco se iban volviendo más y más tenues hasta casi parecer -las risas- un caminar de hormigas por un sendero de arena.

Agamenón y su porquero se emborracharon en una taberna.

El hombre que les había hablado enmudeció para siempre.
Diario Tags : Archivo 2008 | Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/10/2008 a las 12:51 | {2}