En ese giro

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/04/2022 a las 17:26


No espantarse con las nieves perpetuas.
Mirar sólo este día de frente.
De nada sirve, se dice. Y calla durante un largo espacio. De forma abrupta (como se da de bruces uno con un abismo en noche de luna nueva) gritará, ¡De nada sirve!
Son los modos de las palabras (¿es lo mismo tiempo y destino? ¿es la noción de tiempo la idea espacial del destino?). En ellas enjaulados. Camina recto. Con el ánimo destrozado. Siempre el paso de los años provoca lo mismo en los estetas. No hay que huir. Moverse quizá sí. No huir. Así es que se lanza por un camino con retorno... y siempre vuelve (siempre gira)
Piensa si alguna tarde no volverá. Se quedará en lo alto de la cima cuando la ola de frío sea intensa y morir consista en aguantar la ventisca (si no se aguanta ya no se muere -producirse- sino que se es ya muerto -producto-). El producto es movimiento muerto.
Cae la nieve. Llega hasta su rostro furiosa. Se enfrentan la nieve y él. Ambos se desharán antes de saberse vencedor o perdedor (en la lógica de los seres humanos sólo existe esa dualidad. Aún no hemos llegado a más. Te mentirá quien aseguré que sí, que hemos sido capaces de atravesar terceras y cuartas y ene vías).
Podría no ser sábado por la tarde. No ser sexo masculino. Podría haberse cortado las uñas. Podría haber atravesado la ventisca y haber surgido en un mundo nuevo, quizá más tropical. Nada de eso se atrevió a hacer... siempre, siempre acaba en ese giro y gira y vuelve...
 
Ensayo | Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/04/2022 a las 17:26 | {0}