Día vigésimo segundo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/08/2013 a las 17:35

1
Ahora abre los ojos,
mira tu mundo;
tan sólo es una caja de madera
con una tapa morada.

2
Ramas desnudas del árbol
golpean con calma los cristales;
tras ellas, la luna y su azul.

3
Al hundirte
no dejes de mirar:
hay un fondo y una línea negra.

4
Si pudiera cortarse la lengua
y al amanecer mañana estuviera entera
así la arena que aparece de nuevo
tras las grandes mareas.

5
Cuando se olvida la ignorancia.

6
Dicen que fueron dos notas de piano
y tras ellas los niños
y tras los niños las piedras
y tras las piedras el fuego
y tras el fuego un grito
y tras el grito

7
La taza y la esfera

8
Frágiles, aleluya.
Empeñados (hechos peñas), aleluya.
Sin apenas certezas, aleluya.

9
Invocación de otros (ser otros).

10
Hubo el día alegre
y la alegre espera;
hubo la noche caliente en el tejado del mundo
y la caliente boca que susurra.

11
Mano.

12
Le dijeron: Fue Fineo,
el adivino ciego,
quien indicó la ruta a los argonautas
y les previno de las terribles Simplégades.

Él les respondió: ¿Dónde el ciego
que prevenga mis escollos?
¿Dónde? ¿Dónde?

13
Al fin se turbó la niebla.

14
Al volver a sentir miedo
recobró la infancia.

15
Acordes.
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