Calima

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/03/2022 a las 20:00


A veces es el azufre. Se queda aislado en sus olores. Incapaz de oler nada más. También el giro de los acontecimientos. Podría sobrevenir en cualquier momento la atonía. Quedarse quieto. Entonces, sometido a presiones sin fin, quizás en esas circunstancias, vendría bien el apoyo de una sexualidad desnuda de moral. Sí, sí, imposible sexo sin moral. Pero también, escuchen, también imposible atonía completa. No, no es aquí el lugar. No me importaría imponerme. Sólo que hoy me cansaría. Dejaría, tras el cansancio, que se me echaran encima y me despedazaran con sus bocas tristísimas y sus garras sucias. Mejor me retiro. A lo profundo del bosque. Sí y porque es necesario, en ese profundo bosque hay una fuente, y en la fuente ondinas y las ondinas traen con ellas el deseo y la fatalidad. ¡Dadme fatalidad! Me dejo aconsejar. A lo profundo del bosque os decía, donde huele a coño y a madera podrida y crecen en ella hermosas bacterias que no se volverán sexuales hasta que la necesidad apremie. Meiosis. Mitosis. Dadme espadas. Dadme navajas de afeitar. Abandonad todo raciocinio. Locos los cabellos. Abiertas las fauces. Sedientos y con rabia. Hidrófobos. Maleantes. En las noches oscuras en las que ya no esperamos a Cristo sino al camello que nos venda suspensiones. Por ahí voy. Por ese sendero. Apenas se puede respirar y escuecen los cristalinos.
 
Ensayo poético | Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/03/2022 a las 20:00 | {0}