Tengo que huir
permanecer escondido tras unas margaritas
dejar que la noche caiga en el sereno
y que de repente el rocío se alterne con el sacromonte
Tengo que dejar que los pelos que nacen de mis cojones
-blancos y escasos como los días que me quedan por mear-
se mezan con la diana de las cornetas que en los campamentos militares -ya mixtos- ponen en pie a mujeres soldado y a hombres soldado para cargar un fusil lo que reste del día
permanecer escondido tras unas margaritas
dejar que la noche caiga en el sereno
y que de repente el rocío se alterne con el sacromonte
Tengo que dejar que los pelos que nacen de mis cojones
-blancos y escasos como los días que me quedan por mear-
se mezan con la diana de las cornetas que en los campamentos militares -ya mixtos- ponen en pie a mujeres soldado y a hombres soldado para cargar un fusil lo que reste del día