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19.- Antes hablé en voz alta y dije (para mí. Estaba caminando de mi pequeña sala a mi pequeño dormitorio. Estaba solo y casi descalzo. Acababa de llegar de un largo paseo bajo el sol de abril. Tras una cerca había un potrillo que se ha acercado y yo me he acercado a él. Hemos juntado su mejilla con mis manos. Hemos juntado sus crines con las yemas de mis dedos. Su madre, cerca, vigilaba. Me he acercado a ella a la cual ya conocía de otros años y a la que bauticé con el nombre de Orejas Cortas. Ella es más reservada pero tras un ligero tanteo, ha dejado que acariciara su testuz. El perro a mi lado husmeaba y atravesaba los charcos que aún quedan por los caminos desde las últimas lluvias. Cantaban los mirlos, los cucos, zorzales varios y las hormigas, hacedoras de hombres, trajinaban como siempre sin descanso): ¡Jóvenes, no os rindáis, no dejéis que los voceros del terror os manipulen; no permitáis que las poblaciones sean diezmadas sin protestas; encararos con un mundo perverso que avanza a marchas forzadas! No, no soy nadie. Bien lo sé y justo porque lo sé puedo pediros que os rebeléis porque si no el mundo se os echará encima y os devorará. Ya ha empezado a devoraros. ¿No os dais cuenta de que el ciclo ha variado? ¿No sois conscientes de que los totalitarismos llegan? ¿No sabéis lo que eso significa? Totalitarismo implica Terror. Totalitarismo implica negación y exterminio del Otro. Totalitarismo implica mucha más Injusticia. ¡Tenéis que levantar la vista de los smartphones! ¿No veis que con ellos os hacen inclinar la cabeza? ¿No sois conscientes de que los gestos del cuerpo imprimen carácter? ¡Jóvenes del mundo, alzad la voz, alzad los puños, alzad vuestras inteligencias, haced correr ríos de tinta en contra de los totalitarismos! Que por cada ser humano maltratado se alcen, desde el lugar que a cada uno corresponda, voces, puños, armas si fuera necesario y no necesariamente armas de matar sino armas de vivir: las armas de la voz, el arma de la fraternidad, el arma de la unión, el arma de la reunión analógica, en las plazas, en los pueblos, en las calles, en los bares también sí, también en los bares, en las universidades, en los institutos, en las escuelas de formación, en los acuartelamientos, en las prisiones, en los hogares, en las tiendas de campaña, en las riveras de los ríos, en las cimas de las montañas. ¡Luchad! ¡Luchad! Por los Otros, por Vosotros, Amores míos, Juventud bella, en Vos confiamos... así sea... (m, l, e)
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'); document.write(' Ensayo poético'); document.write('
'); document.write(' Tags : '); document.write(' Fantasmagorías '); document.write(' Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/04/2024 a las 18:08'); document.write(' | '); document.write(' '); document.write('