Samson Humes se levantó la mañana del 16 de septiembre de 1903 con una erección fálica descomunal. La noche anterior a su polla se le habría podido llamar con total tranquilidad pene; no había sufrido grandes incomodidades a lo largo del día, las usuales en todo caso en un muchacho de veintitrés años al que la sexualidad aún no le había sonreído. En toda su corta vida tan sólo una vez se había juntado al cuerpo de una mujer y fue en un baile al que acudió con los chicos de su parroquia cuando tenía dieciseis años y se atrevió a pedirle a una muchacha flaca y fea que bailara con él; la muchacha magra en exceso debía de tener ardores porque aceptó de inmediato y se pegó a Samson como si fuera una tabla de salvación. Mientras se miraba la erección, aún en la cama, recordó cómo durante aquel baile, él intentó sentir los pezones de la muchacha o algo de las tetas pero no logró sentirlo y de hecho durante un rato imaginó si sus amigos no le estarían gastando una broma y aquella muchacha era en realidad un chico disfrazado. Aquella idea no logró evitar que cierto grado de excitación acudiera a su pito y lo engrosara; cuando la muchacha lo notó en su muslo, se pegó aún más y dejó escapar, como al descuido, un ligerísimo suspiro en su oído. Entonces la música terminó. La muchacha le miró a los ojos con picardía y se mordió el labio inferior y Samson Hume bajó la vista, se dio la vuelta y se perdió entre las parejas de la pista de baile sin ni siquiera darle las gracias a la muchacha porque cada vez que una chica miraba a Samsom Humes con arrobo él se moría de vergüenza y lo único que quería era escapar de aquella mirada fuera como fuese. Incluso una vez, cuando tenía trece años, y estaba jugando al juego de la botella y le tocó besar a una niña en los labios, se levantó como un resorte, dijo que antes tenía que hacer pis -lo que provocó la carcajada general de la muchachada- y salió escopetado y no paró de correr hasta llegar a su habitación, donde se tumbó en la cama, se cubrió la cabeza con la almohada y lloró por el terror que le nacía en el vientre cada vez que se asomaba a su vida el contacto con el cuerpo de una chica.
E. J. Bellocq Fotografía de la serie titulada The Girls of Storyville
Eric J. Hobsbawm: los historiadores son los 'recordadores' profesionales de lo que los ciudadanos desean olvidar.
A Julia Maestre Alarcón.
Vencido y desarmado abrió las puertas a un desecho moral que duró tres generaciones.
Sabemos lo que fue por el silencio de los que aguantaron callados.
Vencido y desarmado, largas filas de hombres y mujeres y niños, camino de los campos de concentración franceses.
Sin saber que una nueva guerra los esperaba.
Vencido y desarmado no empezó -como tan atinadamente escribió Fernando Fernán Gómez- la paz sino que empezó la victoria.
Larga la sombra de aquella victoria.
Una victoria de la infamia; una victoria de sotanas y sables; una victoria de hipocresía y miedo; una victoria de brazos en alto; una victoria de regiones devastadas.
Vencido y desarmado a muchos les quedó la diginidad del derrotado. Y la amabilidad del miserable.
Porque vencido y desarmado el pueblo sometido nunca fue manso del todo.
Porque vencido y desarmado les quedó el calor de sus gentes, los recuerdos escritos, el ideal de un mundo mejor.
Vencido y desarmado en aquellos años autoritarios.
Vencido y desarmado por los traidores.
No pasarán... y pasaron.
No pasarán... y arrasaron como caballos de Atila con todo aquello que no comulgara -en sentido literal y figurado- con sus ideas y sus hostias.
No pasarán... y pasaron los fariseos del cristianismo bajo palio y acompañados por música militar.
Vencido y desarmado, con lágrimas en los ojos y con la imagen de un hombre llevando sobre sus hombros el cuerpo muerto de su mujer desnuda camino del exilio.
Que no se nos olvide. Que los recordadores nos recuerden que la Bestia siempre acecha aunque a veces parece que duerma.
Sabemos lo que fue por el silencio de los que aguantaron callados.
Vencido y desarmado, largas filas de hombres y mujeres y niños, camino de los campos de concentración franceses.
Sin saber que una nueva guerra los esperaba.
Vencido y desarmado no empezó -como tan atinadamente escribió Fernando Fernán Gómez- la paz sino que empezó la victoria.
Larga la sombra de aquella victoria.
Una victoria de la infamia; una victoria de sotanas y sables; una victoria de hipocresía y miedo; una victoria de brazos en alto; una victoria de regiones devastadas.
Vencido y desarmado a muchos les quedó la diginidad del derrotado. Y la amabilidad del miserable.
Porque vencido y desarmado el pueblo sometido nunca fue manso del todo.
Porque vencido y desarmado les quedó el calor de sus gentes, los recuerdos escritos, el ideal de un mundo mejor.
Vencido y desarmado en aquellos años autoritarios.
Vencido y desarmado por los traidores.
No pasarán... y pasaron.
No pasarán... y arrasaron como caballos de Atila con todo aquello que no comulgara -en sentido literal y figurado- con sus ideas y sus hostias.
No pasarán... y pasaron los fariseos del cristianismo bajo palio y acompañados por música militar.
Vencido y desarmado, con lágrimas en los ojos y con la imagen de un hombre llevando sobre sus hombros el cuerpo muerto de su mujer desnuda camino del exilio.
Que no se nos olvide. Que los recordadores nos recuerden que la Bestia siempre acecha aunque a veces parece que duerma.
Ventanas
Seriales
Archivo 2009
Escritos de Isaac Alexander
¿De Isaac Alexander?
Meditación sobre las formas de interpretar
Libro de las soledades
Fantasmagorías
Colección
Apuntes
Archivo 2008
Cuentecillos
La Solución
Aforismos
Haiku
Recuerdos
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Olmo Dos Mil Veintidós
Sobre las creencias
El mes de noviembre
Jardines en el bolsillo
Listas
Saturnales
Agosto 2013
Citas del mes de mayo
Marea
Mosquita muerta
Reflexiones
Sincerada
Sinonimias
El viaje
No fabularé
Sobre la verdad
El Brillante
Desenlace
El espejo
Reflexiones para antes de morir
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
La mujer de las areolas doradas
Derivas
Velocidad de escape
Carta a una desconocida
Asturias
Sobre la música
Biopolítica
La Clerc
Las manos
Tasador de bibliotecas
Ensayo sobre La Conspiración
Ciclos
Las putas de Storyville
Diarios de la Garganta
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Narrativa
Tags : Las putas de Storyville Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/04/2014 a las 16:17 | {0}