Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Cuando vuelvo a la niñez, querida, he de marcharme rápido
Yo no sé cuánto hay que volver a ella (cárcel llama a esa época Gloria Fuertes y añade, La única de la que no puedes escapar)
Sí sé que no debe ser constructivo que un niño se sienta siempre extraño
Porque en su mente se creará esa correlación entre extraño/vivo. O más claramente, Si te mantienes extraño te dejarán vivir. Alimento veneno lo llamaba una psicóloga
Luego hay deconstruir ese ser extraño para ser normal o... hacerse artista
 
Cuando vuelvo a la niñez recuerdo una frase de un personaje de una película que le dice a su hermano, Siempre me he sentido un extraño en casa
 
Cuando leo Las Uvas de la Ira y veo a la Madre con esa fuerza en mantener unido al grupo y luego acepta como una endemoniada la marcha de Noah, río abajo, sin más queja, sin más quebranto, esas conductas humanas, esas fuerzas ancestrales, esa mezcla que somos entre primate y carnívoro
 
Cuando vuelvo a la niñez o cuando me agarro a ella para explicarme a mí mismo hoy (no tanto lo que soy sino lo que he venido a ser) y veo cuánto quebranto, cuánta ignorancia, cuánta sed, cuánto callado, cuánto estómago, cuántas noches; pienso que se fueron primero lo mejores
 
Saber, tan profundamente, amiga, que la verdad no existe y que por lo tanto cualquier intento de acercarse a ella es ya una paso en falso. Si se busca la verdad se dan pasos en falso
 
No quisiera más que una iluminación. Volverme terriblemente primario. Terriblemente mono. O maravillosamente mono. Yo sé, querida amiga a la que roce con mis labios los muslos, que todo esto es una debacle, es un juguete. Tú deberías saber que dicen que el erotismo nació para conjurar a la conciencia de la muerte
 
En esa niñez me enseñaron que si permanecía solo, si me dejaba apartar, seguiría vivo, también quisieron enseñarme que si aceptaba ser chivo expiatorio mi vida podría mejorar. Esto último lo acepté a medias. Me he rebelado algunas veces. No las suficientes. Soy un gran cobarde
 
Así son estos últimos días
He de vivirlos
Asoman despreocupadamente, se van haciendo conmigo, me invaden
Quizá sólo sea hipolitiosis o cualquier otro nombre que los nuevos gurús de las civilizaciones modernas tenga a bien poner
 
Voy a ir al reumatólogo
He estado en el médico
No me gusta llevar un teléfono pegado a mi culo todo el puto día
 
Hoy Tirana ha amanecido preciosa y he llevado flores a la urna de mi madre
Ante ella me he fumado un porro y he ensoñado una cabriola en el mar Caspio
A mí los porros no me producen risa más bien me llevan a lugares muy hondos (lo que no quiere decir que sean más serios, importante o trascendentes, son eso: lugares más hondos)
Me gustaba cuando me llamabas Olmo al oído
No me gusta volver a la niñez
Por algo como chocolate a escondidas y sueño eternamente lo recurrente
Siempre tuyo

Narrativa

Tags : Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/08/2015 a las 23:18 | Comentarios {0}



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