Picco della Mirandola. 1486
No te he dado Adán, ninguna morada ni forma que te sea exclusiva, ni ninguna función peculiar, con el fin de que, de acuerdo con tu deseo y tu juicio, puedas tener y poseer la morada, la forma y las funciones que tú mismo escojas. La naturaleza de todos los otros seres es limitada y está constreñida por las leyes que Nosotros hemos prescrito. Tú, sin límites que te compelan, de acuerdo con tu propio libre albedrío, en cuyas manos te he puesto, ordenarás por ti mismo los límites de tu naturaleza. Te he situado en el centro del Mundo para que puedas desde allí observar más fácilmente todo lo que hay en él. No te he hecho ni celestial ni terrenal, ni mortal ni inmortal, de modo que, con libertad de elección y con honor, como árbitro y artífice de ti mismo, te des la forma que prefieras.
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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/06/2010 a las 20:29 |