Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Hablaré de Enoc, queridos,
hasta quedarme ronco,
y cuando ya no pueda hablar más de Enoc
me quedaré dormido
junto a la cueva en la que Mozart sentenció un compás:
¡Oh, tú, hijo de Caín, maldito descendiente del maldito
Por las cuencas de mis ojos se vacía el ansia
Remite mi sangre en el dedo pulgar de mi pie izquierdo
Manejo el remo con el arte de una galeote
Desprecio a la mujer que me da a beber bajo el sol ardiente!
¡Oh, tú, hijo del Agricultor Nefando
no quieras convencernos que Yahvé te llevó con él
Sabemos que la nieve nunca alfombra el Sinaí
Sabemos que Getsemaní se ha quedado sin peras
No nos obligues a alzar una piedra de nuevo
Los meteoros han abandonado la tierra
Atlántida ha quedado sumergida 
Lanzarote es su única entrada!
Sobre el camino descansa el puercoespín
Se alza a lo lejos una ermita románica
Tras ella una sierra seca como teta de vieja
desafía la inclemencia
El futuro duerme
¡Oh, tú, hijo del traidor,
inaugura los ferrocarriles
mientras corremos por las grandes llanuras americanas
a pelo sobre caballos briosos
y lanzamos al aire gritos
que nos den las fuerzas suficientes para apagar
el fuego de los motores que funcionan a vapor!
¡Maldito Watt, mil veces maldito
Maldito Watt de los tiempos ilustrados
Maldito Watt de peluca empolvada
Maldito Watt descendiente de Enoc que desciende de Caín
el primer agrimensor!
Hasta quedarme ronco he dicho
desde esta Montaña lanzo el Sermón
Me recojo en mí
Lavo los pies de los más necesitados
sin saber, aún, que vendrá un tal Pablo
que extraerá sus riñones
para venderlos al peso
¡Enoc, Enoc, se pudra el vientre que te parió
y la simiente que lo engendró arda
en los pozos petrolíferos de Arabia Saudí
La llave del mundo te sea arrebatada
Los cantos en las iglesias se desvíen hacia el mar
Las naves que lo surcan respondan con ronquera
Desnudos los mástiles recuerden a Dios!
Hasta la madrugada se ha vuelto ciega
Te da la espalda la mujer que te amó
La lluvia se desprende de sus esencias húmedas
se transforma en arenas que ocultan serpientes
Raya el alba
Unos pastores adivinan tu figura
¡Corre, Enoc, corre
antes de que sus cayados tomen buena cuenta de tus huesos
antes de que sus perros prueben la fuerza de sus mandíbulas en ti
antes de que el amor -saeta envenenada- se clave por error en tu espalda!
¡Corre, Enoc, corre
hijo del traidor Sembrador de Cereales
el que nos arrastró a pegarnos a la tierra
el Patriarca de la Modernidad
el inventor de las Hipotecas!
María de Magdala me llama
Esta noche amaré sus nalgas
Entre sus brazos armonizaré el cosmos y el alma
Esta noche te habré olvidado Enoc
La embriaguez es un olor que jamás descansa

Ensayo

Tags : Atrofias Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/06/2019 a las 13:52 | Comentarios {0}



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