Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
El campo verde
El campo está verde
El campo está verde mientras pasea
El campo está verde mientras pasea y recuerda una fibra

Bullicio
Historia
Estaba
Anuncia que llega el amo
Le advierte que no lo maten
No saber organizar el material dramático
Destrucción de la vida humana
Objetivamente culpable
Conocida como Villa Rosario
La Costa del Sol
12 de diciembre de 1913
Lamentaciones del coro
La Nodriza hablará largo y tendido del pasado
La tía la jodió
Responde con la misma vehemencia y con un marcado egoísmo
En ninguna otra canción
Condicionamientos socio-políticos

El campo verde
El campo está verde
El campo está verde mientras pasea
El campo está verde mientras pasea y recuerda una fibra

El tema del esclavo
La Bella Geraldine suspendida del trapecio
A lo largo de su vida
entre sus propósitos se encontraba
La sangre salva a su hija
¡Cuánto va a doler!
Por los montes escondido
El blanco siparium de los mimos
Burlas y farsas dialogadas
También el cabello tuvo su importancia
El conflicto entre la pulsión del hombre y la pasión de la mujer
El ciclo épico
Ningún héroe será ya objetivamente culpable

El campo verde
El campo está verde
El campo está verde mientras pasea
El campo está verde mientras pasea y recuerda una fibra

Al final
La espera
y la pregunta ¿es el semen residuo del alimento?
La doctrina sagrada ¿es o no es ciencia?
Cuando se descubrieron unos papiros egipcios en el año de 1911
Año 431
Porque el humor suele ser conservador
Se alzan sobre el suelo podios y tinglados de madera
Hay que centrarse, ¡centrarse, hostias! en la cuestión formal
No clásicas
La dos festividades
El proceso
La luz del día
En todo el Occidente
No cejes. No llores. No mantengas encendida porque la Edad Media no fue más oscura que otras Edades
Abraham Maslow. Discusión con Abraham Maslow. Lectura de Abraham Maslow. Los psicólogos de Abraham Maslow. La excelencia humana en Abraham Maslow. La necesidad de la excelencia según Abraham Maslow.
Vuelve Autos Profanos
Bufones. Juglares. Vagantes.
Hacia 1100

El campo verde
El campo está verde
El campo está verde mientras pasea
El campo está verde mientras pasea y recuerda una fibra

Entonces llegó a Napoles
Era un gesto italiano
Llegó el día de zarpar
Cautivo
Esclavo
Vendido a un corsario
Extremo el silencio
La temática erótica
¡Oh, los versos de Ovidio!
Era la calma obligada fuente de inspiración
Aclamado
Vencido
Exorbitado
A lo largo de la materia oscura
Silente
Sonaba el riachuelo como manantial e invierno
La frente rota
El rito
Tu apuesta

El campo verde
El campo está verde
El campo está verde mientras pasea
El campo está verde mientras pasea y recuerda una fibra
 
Lejanamente Matisse. Fotografía de Olmo Z. 2014
Lejanamente Matisse. Fotografía de Olmo Z. 2014

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/05/2016 a las 00:22 | Comentarios {0}


No conoce la rabia del murciélago
apenas ha volado
más allá de una nube un viernes (cuando aún no existía esta nostalgia)
Se ha dejado empapar por la lluvia de la semana
y ha olido, sí, ha olido, lo que ahora cubre otro monte
Ha resuelto la cadencia
Ha desentrañado un manifiesto matérico (sin leerlo siquiera) como a veces se ahonda en la serpiente sin rozar su piel
No ha desencadenado el enigma
No ha decidido apartarse hasta la higuera y bajo su sombra alcanzar la perfección
porque no conoce ese concepto y rehúye con extraña antipatía a los dogmáticos de cualquier dogma
(se pregunta a menudo mientras obra por qué le resulta reaccionario aquel sabio que sabe lo que es mejor para los hombres y discierne mientras lucha contra un texto -de este señor tan culto- por qué habría que basarse en los mejores de la especie para alcanzar no sé qué extraño grado de excelencia)
Los mejores, se dice
Los mejores, se repite
Hay en su paso un desafío a su propia física
Hay en su cansancio un rendirse a la evidencia (que el sol y un paisaje bello son aliados naturales del amor)
Hay en su enfado por estar incomunicado, la ansiedad de la distancia, el imposible eco de una voz
Deshecho (como papel bajo la lluvia)
hay noches en las que la extrema soledad que ha elegido le persigue como Erinia
hay noches en que cuando se arropa con el edredón siente la congoja del niño que ve alejarse a la madre que le ama (porque hay madres que no aman a sus hijos) por el pasillo y él se queda en la oscuridad de su cuarto, indefenso ante los monstruos que la noche ampara
Repite como un mantra la palabra Antofagasta
porque nada le dice
porque a nada le recuerda
y luego se atreve a reventar sus sesos
cuando genera en su garganta
Perla del Norte

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/05/2016 a las 13:27 | Comentarios {0}


Documento 5º de los archivos de Isaac Alexander. Enero de 1946. Portbou.
Glosa a Ovidio en su Metamorfosis, III, 320-338


Dicen que habiendo bebido más de la cuenta Júpiter un día, y dejado los graves cuidados que le ocupaban, se divertía con Juno, estando ésta ociosa y de buen humor y, entre otras cosas, le dijo: "Yo me inclino a creer que las mujeres tienen más placer que los hombres en el comercio del amor." Juno le respondió que no era de tal opinión y para determinar esta contienda concertaron que decidiese el sabio y justo Tiresias, que había gustado del amor bajo los dos sexos porque, habiendo hallado cierto día en un bosque dos serpientes que estaban copulando, las hirió con su báculo y, al punto, (¡cosa admirable!) fue transformado en mujer y vivió siete otoños vida penosa. Al octavo, volviendo a encontrar las dos serpientes, asimismo juntas y ligadas, dijo: "Si es tanto el poder de vuestra herida que a quien os hiere dais opuesto sexo, también ahora he de heriros." Apenas lo había hecho, cuando adquiere la primera forma y figura con que había nacido. Nombrado éste por juez en causa jocosa, confirma el parecer de Júpiter. Sentida Juno más de lo justo, castigó al juez, privándole de la vista; pero Júpiter, por esta pérdida (porque dios no puede deshacer lo que otro dios ha hecho), le concedió el don de prever el futuro, compensando así el daño que Juno le infligiera.

Glosa: De la mujer y el hombre nace el mundo. El origen, sin embargo, es indiscutiblemente femenino. Y tengo para mí que si el hombre -en el comercio amoroso- hace gozar a la mujer hasta el delirio y hurga en sus más íntimos placeres con todos los miembros articulados que Naturaleza le otorgó y la mujer llega al orgasmo varias veces, dejando exhalar de este modo el gozo del ser, entonces el mundo nacido de entre ellos será un mundo de placer -por su origen-, hermoso como la tarde gris y verde; hermoso como el sonido de la lluvia en el bosque; hermoso como el horizonte al alcance de la mano; hermoso como la plegaria honda del creyente; hermoso como el dolor que quedó atrás y para siempre.
Hombre y mujer en la cama. Edvard Munch 1890
Hombre y mujer en la cama. Edvard Munch 1890

Invitados

Tags : Escritos de Isaac Alexander Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 08/05/2016 a las 14:51 | Comentarios {0}


Documento 4º de los archivos de Isaac Alexander. Enero de 1946. Portbou.
Glosa al soneto de Lope de Vega


Ambiguamente. Fotografía de Olmo Z. Agosto 2014
Ambiguamente. Fotografía de Olmo Z. Agosto 2014
Desmayarse, atreverse, estar
[furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y
[reposo,
mostrarse alegre, triste,
[humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
 
Glosa. Fuera del horror vuelvo a la vida. ¡Pasión! ¡Pasión! ¡Pasión, me entrego entero y desnudo a tus brazos! ¡Abrázame fuerte! ¡Hazme gozar hasta matarme! ¡No dejes nunca que la tranquilidad se adueñe de mi deseo! y cuando caiga en las redes de la melancolía, revive en mí los horrores de los campos de exterminio, la sequedad extrema de unos senos, la mirada loca del niño huérfano, el sabor del barro en mi boca. ¡Pasión, a ti me entrego! ¡Amor, por ti ya muero!

Invitados

Tags : Escritos de Isaac Alexander Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/05/2016 a las 14:12 | Comentarios {0}


Que duerme (y late alta la madrugada)
Duerme con el algodón húmedo
(existen las viscosidades anchas como también existen las alas)
Techo
Corona
El fin que es el principio...
Érase una vez
Érase el polvo
Érase un sonido entre dos grandes intervalos de silencio
(así nace el mundo)

Que duerme (sin inquietud y sin sosiego, en la frontera justa entre la injusticia y el sueldo)
Varapalo
Candela
Lo verde al quedar mohíno se vuelve pardo (lo pútrido)
Salve Regina
Corazón huido
Érase la costilla
Érase el desierto
Érase el vals roto (el vals siempre fue un baile mortuorio)

Que duerme muerto (late sí el corazón) (dormir es morir con sístoles y diástoles)
Esa vela se despliega
Ese nombre mudo no se pronuncia
El huracán degenera
El volcán tan sólo humea
Érase la pulcritud
Érase la uña cortada y perdida en el sumidero
Érase la bolsa marsupial
 
Devastación de ozono. Foto de Olmo Z. (Archivo particular)
Devastación de ozono. Foto de Olmo Z. (Archivo particular)

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/05/2016 a las 10:53 | Comentarios {0}


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